martes, 2 de julio de 2024

MEDICINA: Cuerpos extraños intravasculares

 


El empleo cada vez mayor de procedimientos intervencionistas mínimamente invasivos ha supuesto que, con más frecuencia, fragmentos de los materiales utilizados se rompan y permanezcan retenidos en el organismo, tanto en el órgano donde se está interviniendo como a distancia (por embolización de dicho fragmento); en otras ocasiones se trata de materiales que han sido mal implantados.

Estos “cuerpos extraños” pueden estar localizados en el territorio vascular más frecuentemente como: fragmentos de catéteres venosos centrales o de catéteres diagnósticos, fragmentos de catéteres-balón, stents vasculares, coils de embolización, filtros de vena cava, guías, etc., aunque también pueden localizarse en territorios no vasculares como la vía biliar, vía urinaria, tracto gastrointestinal, cavidad abdominal, etc.

Estos materiales deben ser retirados inmediatamente o de forma programada (antes de la primera semana) con control fluoroscópico para prevenir posibles complicaciones graves (que pueden aparecer en el 70% de los casos, con una mortalidad del 25%-60%), como formación de trombos con potencial de embolización periférica repetida, endocarditis, arritmias, perforación cardíaca o vascular, infección, etc. [1]. En caso de que algún fragmento no haya podido extraerse, se requerirá un seguimiento clínico estrecho por parte del médico responsable del enfermo durante, al menos, dos años. La posibilidad de extraer íntegro ese cuerpo extraño es mayor al 90% en ambos territorios, utilizando un material o una combinación de diferentes materiales.

Es recomendable que se haga en el mismo acto del procedimiento diagnóstico o terapéutico que se viene realizando. En caso de que la liberación del cuerpo extraño ocurra en otra unidad dentro del propio hospital u otro hospital, deberá programarse su extracción antes de la primera semana para evitar que éste produzca complicaciones agudas o para prevenir una posible emigración distal que provoque “impactación” del mismo en territorios mucho más lejanos que impidan su extracción [1].

Los cuerpos extraños dentro del espacio intravascular se pueden clasificar en no iatrogénicos (ej.: proyectiles, fractura de agujas en pacientes drogadictos) e iatrogénicos, los cuales a su vez se subclasifican según que su fin sea diagnóstico (ej.: cuerda guía, catéter diagnóstico, agujas) o terapéutico (ej.: filtro de vena cava, stent, coils, balón de angioplastia, hilos de sutura, válvulas o electrodos de marcapasos, entre otros).

Una vez que se identifica un cuerpo extraño intravascular, se debe realizar una exhaustiva anamnesis para determinar el tiempo de evolución de dicha complicación. A mayor tiempo de permanencia de un cuerpo extraño dentro del espacio intravascular, mayor es el riesgo de la tasa de fracaso y aparición de complicaciones durante su extracción [2].

La decisión de cuándo recuperar un cuerpo extraño debe tomarse de manera particular en cada paciente [2]. La prevalencia de infección de cuerpos extraños endovasculares no está claramente definida, pero existen descripciones en la literatura de porcentaje de colonización de los materiales extraídos entre un 28 % y un 52 %. La probabilidad de trombosis a largo plazo tampoco está definida, pero existen múltiples publicaciones que sugieren que dejar un CE que se encuentra firmemente adherido a la pared del vaso y/o completamente endotelizado no implicaría mayores riesgos [3].

La canulación arterial es una práctica común en anestesiología y cuidados intensivos y está indicada cuando se requiere un monitoreo hemodinámico continuo de la presión arterial. Las complicaciones principales son hemorragia o hematoma en la inserción del catéter, oclusión temporal de la arteria, trombosis, gangrena digital y necrosis de la piel, pseudoaneurisma, parálisis del nervio mediano, infección local, sepsis o complicaciones mecánicas como la migración del catéter o fractura [4].

La arteria radial es el sitio más común para el cateterismo arterial [5]. Se prefiere la canulación de la arteria radial [6] debido a la presencia de circulación colateral desde la arteria cubital, lo que reduce el riesgo de lesión isquémica. Sin embargo, el acceso radial se asocia con complicaciones como oclusión de la arteria, sepsis, infección local, hematoma, pseudoaneurisma o hemorragia [7].

La complicación más común fue la oclusión temporal de la arteria radial (19,7%) y el hematoma (14,4%), seguido de infección del sitio de punción (0,72%), hemorragia (0,53%) y bacteriemia (0,13%) [5]. Hay casos que informan sobre la aparición de síndrome de dolor regional complejo debido a lesión arterial después de la punción [8]. La presencia de fragmentación del catéter intraarterial es muy rara [5].

La presencia de un fragmento de catéter en la arteria radial puede provocar complicaciones graves. Si la circulación colateral de la arteria cubital es insuficiente, puede causar claudicación de la mano o isquemia aguda debido a trombosis o embolización. La presencia de un cuerpo extraño intraarterial también puede causar daño a la íntima (la capa interna de la pared arterial), ya sea debido a la pérdida de integridad en la introducción o la reacción local del cuerpo extraño [9].

La recuperación percutánea de cuerpos extraños intravasculares es una técnica segura, efectiva y asequible. Su tasa de éxito puede variar de 50% a 100% [9].

BIBLIOGRAFÍA

[1] Zurera LJ. “Extracción percutánea de cuerpos extraños. Estándar de procedimiento”. Comisión científica de SERVEI. Estándares de trabajo. servei.org/mdocs-posts/extracción-percutanea-de-cuerpos-extraños/.

[2] Kass J, Sherkat A, Nahum E, Hartman M. “Search and Rescue: A Case Report and Discussion of Iatrogenic Intravascular Foreign Bodies”. Curr Probl Diagn Radiol. 2018; S0363-0188(18)30160-9.

[3] Carroll MI, Ahanchi SS, Kim JH, Panneton JM. “Endovascular foreign body retrieval”. J Vasc Surg. 2013; 57(2):459-463.

[4] Nuttall G, Burckhardt J, Hadley A, Kane S, Kor D, Marienau MS, et al. “Surgical and Patient Risk Factors for Severe Arterial Line Complications in Adults.” Anesthesiology. 2016 Mar; 124(3):590-7.

[5] Scheer B, Perel A, Pfeiffer UJ. “Clinical review: complications and risk factors of peripheral arterial catheters used for haemodynamic monitoring in anaesthesia and intensive care medicine”. Crit Care. 2002 Jun; 6(3):199-204.

[6] Bengezi OA, Dalcin A, Al-Thani H, Bain JR. “Unusual complication of radial artery

Cannulation”. Can J Plast Surg. 2003; 11(4):213-5.

[7] Luo CF, Mao CC, Su BC, Yu HP. “An iatrogenic complication of radial artery cannulation”. Acta Anaesthesiol Taiwan. 2010 Sep; 48(3):145-7.

[8] Lazaro RP. “Complex regional pain syndrome and acute carpal tunnel síndrome following radial artery cannulation: a neurological perspective and review of the literatura”. Medicine (Baltimore). 2015 Jan; 94(3):e422.

[9] Nuno N., Reis D., Carreira C., Bernardino A. “Intravascular fracture of an arterial catheter: an uncommon nevertheless real complication”. Rev Chil Anest 2020; 49: 915-918.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cualquier comentario será bienvenido. Anímate y ayúdame a mejorar. Un saludo.