Nos habíamos quedado en la entrada anterior hablando de la "Didaché", término con el que se denomina el conjunto de normas o acciones y actitudes, recogidas a partir de la predicación de los apóstoles, que era necesario cumplir, o mejor dicho, los comportamientos que debía mostrar aquella persona que quería formar parte del grupo de los cristianos. Era algo así como un catecismo para aquellos que querían bautizarse y así profundizar en su vida de fe y creencia en Jesucristo.
|
San Bernabé |
Pues bien, detrás de este "ejemplo de vida cristiana", esta edición de Ivory Falls Books nos muestra la epístola de Bernabé. Bernabé es el compañero de viajes de San Pablo, en la primera etapa en la que este último recorre Siria y Asia Menor. Después vuelven a Jerusalén para asistir al que ha pasado a ser conocido como el "primer concilio de la cristiandad" y en el cual se van a enfrentar dos posturas muy distintas: Los dogmáticos, encabezados por Santiago, la cabeza visible, según los historiadores, de la Iglesia de Jerusalén, que abogaban por el mantenimiento de las normas y reglas judías dentro del grupo de los cristianos (hasta cierto punto, Jesús era judío, había venido a intentar "rescatar" al pueblo de Israel, y por tanto, se podía argumentar que debía cumplirse con los ritos judíos). Del otro lado se pone San Pablo, con una visión mucho más universal, mucho más integradora y mucho menos rigorista. Parece mentira que éste sea el mismo Saulo de Tarso que hasta hace unos años perseguía con saña a los cristianos, porque los consideraba unos herejes del judaísmo, que no merecían otra cosa que persecución y muerte. Pero nos volvemos a ir del tema.
El caso es que tras este concilio, más bien conciliábulo, en el que se reúnen los pocos "dirigentes" que eran, en ese momento, de los seguidores de Cristo, Bernabé se separa de Pablo. Sus caminos serán distintos. Pablo, siguiendo la costa del Levante Mediterráneo, llegará a Roma, donde sufrirá martirio, será decapitado por su creencia en un sólo Dios y por confesar que Jesús de Nazaret es su hijo. Bernabé, en cambio, desaparece de la historia de "Los Hechos de los Apóstoles", y según los historiadores, se dirigirá a Chipre, donde morirá también por su fe en Cristo.
La epístola de Bernabé tiene dos partes. La primera se dedica a demostrar que Jesús de Nazaret ha sido la culminación de la historia de la Salvación del pueblo judío. Y hace un repaso de todo lo acontecido en el Antiguo Testamento, llegando al Nuevo y enlazando ambos. Está dirigida a aquellos cristianos provenientes de la fe judía, a los que crítica sus dudas acerca de la autenticidad del relato de Jesús como el Mesías esperado por el pueblo judío.
La segunda parte de esta carta se dedica a enumerar una serie de preceptos, muchos de ellos inspirados en el Antiguo Testamento, y que podría constituirse como un añadido a la Didaché de la que hablábamos la semana pasada.
Tras la epístola a Bernabé viene el texto conocido como "El pastor de Hermas". Pero como se va alargando la entrada, lo dejo para la próxima, que será ya la última de esta "minitrilogía" sobre los escritos de los Padres Apostólicos.
Termina el libro que nos brinda la editorial Ivory Falls Books con una epístola y unos fragmentos. La epístola está dirigida a Diogneto, y fue encontrada en Constantinopla a mediados del siglo XV. Aquí el texto, cuyo autor es muy discutido, muestra el estilo de preguntas y respuestas. Respuestas a dudas y cuestiones que plantea, o hace el escrito que se plantee, el tal Diogneto. Parece ser que la fecha de producción de esta epístola es de aproximadamente primera mitad del siglo II. En la misma vemos como se da un repaso a los distintos cultos paganos y su inconsistencia, al sin sentido del culto judío en espera de un Mesías, el cuál ya se ha encarnado como Jesús de Nazaret, y por fin muestra a Dios como un Dios benigno y amante de los seres humanos.
|
San Papías |
Unas pocas palabras sobre los textos con que acaba este libro de los Padres Apostólicos. Los fragmentos de Papías. Éste parece haber nacido alrededor del 70 d.C. y muerto sufriendo martirio alrededor del 150 d.C. Puede haber sido discípulo de Juan el presbítero, no confundir con San Juan Evangelista, y ser compañero de San Policarpo. Sus fragmentos nos muestran sus opiniones sobre Dios y cómo se comprendían en su época ciertos aspectos de la vida de Jesús y de la liturgia cristiana.
Aunque queda todavía la entrada de "El pastor de Hermas", no me resisto a escribir en este momento la conclusión. "Los Padres Apostólicos. Siglos I-II" que nos presenta la editorial Ivory Falls Books es una inmersión en el mundo de hace 1900 años, en cómo veían la vida y se la planteaban aquellos primeros seguidores de lo que luego será una de las creencias mundiales más importantes y con gran influencia en el devenir de la historia. Nos muestra sus pensamientos, sus razonamientos y aquellos que les movía a lo largo de su vida, hasta incluso dejarse matar por sus ideas. Creo que, aunque en algunos momentos nos resulte pesado, vale la pena "bucear" en esos "mares" del tiempo.
Queridos amigos, nos vemos en la red.