Endometriosis
La
endometriosis es un trastorno a menudo doloroso, en el cual el tejido similar
al tejido que normalmente recubre el interior del útero —el endometrio— crece
fuera del útero. La endometriosis afecta más comúnmente a los ovarios, las
trompas de Falopio y el tejido que recubre la pelvis. En raras ocasiones, el
tejido endometrial se puede diseminar más allá de los órganos pélvicos (1).
Si
el endometrio, que se sitúa fuera del útero, se desarrolla incorrectamente,
puede asentarse en cualquier lugar del abdomen. Puede provocar implantes
(placas pequeñas), nódulos (placas grandes) y endometriomas (quistes en los
ovarios).
La
endometriosis es un proceso de evolución imprevisible. Algunas mujeres
presentan pequeños implantes que no se modifican, mientras que en otras puede
desarrollarse extensamente dentro de la pelvis. Es una enfermedad inflamatoria,
lo que a su vez ocasiona adherencias entre órganos (2).
Con
la endometriosis, el tejido similar al endometrio actúa como lo haría el tejido
endometrial: se engrosa, se descompone y sangra con cada ciclo menstrual. Pero
debido a que este tejido no tiene forma de salir del cuerpo, queda atrapado.
Cuando la endometriosis afecta a los ovarios, se pueden formar quistes llamados
endometriomas. El tejido circundante puede irritarse y eventualmente
desarrollar tejido cicatricial y adherencias, es decir, bandas anormales de
tejido fibroso que pueden hacer que los tejidos y órganos pélvicos se peguen
entre sí.
Con
lo dicho en el párrafo anterior, es fácil entender que la endometriosis pueda
causar dolor, a veces intenso, especialmente durante los períodos menstruales. También
se pueden presentar problemas de fertilidad (1). La endometriosis constituye
una enfermedad crónica que cursa con un dolor intenso durante la menstruación,
las relaciones sexuales, al defecar o al orinar que afecta en gran medida la
vida de las pacientes; además, provoca dolor pélvico crónico, distensión
abdominal, náuseas, fatiga y, en ocasiones, depresión, ansiedad e infertilidad
(3).
Existen
ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de padecer endometriosis (4):
Edad. Sobre todo, entre los 30 y 40
años de edad, pero puede afectar a cualquier mujer con menstruaciones.
Asociación familiar. Madre, hermana o
hija con endometriosis
Menarquía temprana (es decir, que la
primera menstruación haya ocurrido antes de los 11 años).
Ciclos intermenstruales cortos (de
menos de 27 días).
Ciclos menstruales intensos y de duración superior a 7 días.
Hay
otros factores que disminuyen el riesgo de endometriosis (4) como:
Existencia de embarazos anteriores.
Menarquía tardía, en la adolescencia.
Ejercicio regular durante más de 4
horas a la semana.
Poca grasa corporal.
A
modo de resumen, podemos decir que los síntomas presentes en la endometriosis
son los siguientes:
Dismenorrea
o dolor menstrual: Se trata de dismenorrea secundaria, que aparece más tarde
que la de los primeros meses de los ciclos menstruales, aumenta con el tiempo y
se acompaña de otros síntomas típicos de la endometriosis. Ese dolor suele
deberse a la formación de las prostaglandinas, que provocan fuertes
contracciones uterinas.
Dispareunia
o dolor con las relaciones sexuales: La penetración vaginal puede presionar
alguna zona con afectación por endometriosis: ovarios, techo vaginal y
ligamentos útero-sacros.
Sangrado
uterino anómalo: Muchas mujeres con endometriosis no presentan alteraciones
menstruales ni pérdidas entre reglas, pero se puede alterar el ciclo
endometrial y generar pequeñas pérdidas extemporáneas.
Problemas
reproductivos: En algunas mujeres la esterilidad o la infertilidad son el
motivo de consulta que permite diagnosticar la endometriosis.
La endometriosis puede producir infertilidad
por:
Inflamación en el abdomen, que impida la unión
del óvulo y el espermatozoide.
Adherencias pélvicas, que impidan el movimiento
normal de las trompas e incluso las obstruyan.
Endometriosis en los ovarios, que impida la
normal ovulación y fabricar las hormonas sexuales.
Secreción de sustancias no habituales en el
abdomen, que entorpezcan el proceso normal de fertilidad.
Las mujeres con endometriosis presentan un riesgo
mayor de aborto, que disminuye una vez corregida la enfermedad.
Diagnóstico
La ecografía es la técnica básica que inicialmente
apunta el diagnóstico de endometriosis. La imagen es relativamente típica:
quistes ováricos con un patrón específico.
También se realizan análisis sanguíneos, aunque no
es un test que se utilice rutinariamente en el protocolo de diagnóstico.
La laparoscopia es una técnica operatoria que
permite observar el interior del abdomen, pudiendo obtener muestras que
confirmen anatomo-patológicamente la existencia de la patología. Lo lógico es
que la laparoscopia, en el caso de endometriosis, se use de forma doble en un
mismo tiempo quirúrgico (es decir, en una única intervención quirúrgica),
diagnóstica y terapéutica. Para ello, se extirpa el tejido patológico y este
tejido se envía a analizar para confirmar el diagnóstico de sospecha de
endometriosis y quiste endometriósico.
Tratamiento
El tratamiento de la endometriosis incluye dos
tipos de terapias (2): la quirúrgica y la médica.
Técnicas quirúrgicas (2):
Laparoscopia, para extirpar los crecimientos
endometriales, incluidos los quistes endometriales o endometriomas.
Laparotomía, cirugía más extensa para extirpar
todo el endometrio que está fuera de su sitio.
Histerectomía, extirpación del útero y,
posiblemente, los ovarios.
En pacientes jóvenes, máxime si el objetivo es la
fertilidad, la pretensión es eliminar la enfermedad conservando todo el tejido
sano que sea posible.
En pacientes a partir de los 45-50 años, la
propuesta es eliminar ambos ovarios para evitar la degeneración maligna.
Tratamientos médicos (2):
Los antiprostaglandínicos y antiinflamatorios
para tratar la dismenorrea; y los anticonceptivos orales, que ayudan a que
remita parte de la sintomatología, como el dolor menstrual y las reglas
abundantes.
Gestágenos.
Danazol, que disminuye los niveles de hormonas
ováricas, con lo que genera una pseudomenopausia.
Análogos de la Gn-RH (gonadotropin-releasing
hormone).
Sustancias que actúan a nivel cerebral: es la
medicación más novedosa. Suprime más intensamente la génesis de hormonas desde
el ovario y causa una menopausia reversible al dejar de tomar esta medicación.
Antagonistas de la Gn RH, en estudios
experimentales. Su objetivo es lograr una menopausia temporal desde la primera
administración.
Como podemos observar, la mayoría de los
tratamientos médicos provocan una menopausia, por lo que no estarían indicados
en una paciente que desea quedarse embarazada. De esta forma, dentro del
arsenal terapéutico médico, sólo quedan aquellos medicamentos que intentan
controlar, de forma más o menos exitosa, la sintomatología.
Por último, señalar que la endometriosis afecta
aproximadamente al 10 % (190 millones) de las mujeres y niñas en edad
reproductiva en todo el mundo (5).
BIBLIOGRAFÍA
(1)
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/endometriosis/symptoms-causes/syc-20354656.
(2)
https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/endometriosis.
(3)
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/endometriosis.
(4)
https://medlineplus.gov/spanish/endometriosis.html.
(5) Zondervan KT, Becker CM, Missmer SA.
Endometriosis. N Engl J Med 2020; 382:1244-56.