Vista aérea de la ciudad de Loliondo, al norte de Tanzania. |
Guerrero masai |
Pero al hablar del pueblo del que quiero hoy hablar, tengo que retrotraerme a mi niñez. A aquella niñez en que uno oía historias de unas tierras muy lejanas, en dónde los hombres y mujeres eran recios, altos, fuertes, sin un gramo de grasa en sus cuerpos, hechos de ébano, forjados por el sol y la sabana africana. Aquellas historias en las que un joven, armado sólo del escudo y de la lanza, se enfrentaba al gran rey de los animales, que no de la selva, para demostrar su valentía. Historias, en suma, dónde la arrogancia no era un defecto, pues ante un guerrero massai, la arrogancia y la gallardía de su porte no muestran ni más ni menos que uno de los cuerpos mejor esculpidos por la madre naturaleza para vivir en un ambiente tan hostil como es el de la sabana africana.
Y cómo es posible que a lo largo de todos estos días surjan muchas historias de éste tipo. Como creo que las historias que oí, puede ser interesante que ahora sea yo el que las cuente, para así ir pasando el testigo a aquellos que, como yo en aquellos días, quieran oírlas. Como puede que hablemos de muchas más cosas a partir de hablar de los masai, por eso mismo, hoy empiezo por el final. Empiezo hablando por el conflicto que ha hecho que los incluya en este viaje por los distintos pueblos amenazados de nuestro planeta Tierra.
Mapa que muestra la localidad de Loliondo, situada en una zona rodeada de los principales parques nacionales y reservas naturales de África Oriental. |
Y empezamos la historia en una localidad de Tanzania. Para aquellos que no lo sepan, Tanzania es un país de África Oriental, fruto de la unión de Tanganika, la parte continental, y de la isla de Zanzíbar, la parte isleña. Y tiene una de las zonas de fauna más rica y privilegiadas de todo el mundo. Y sé que no exagero. En el norte de Tanzania se encuentra el mítico Parque Nacional del Serengueti, cuya prolongación en el vecino país de Kenya forma el Parque Nacional del Masai Mara, se encuentra el también mítico cráter del Ngorongoro, cerca de él la Garganta de Olduvai, el monte Kilimanjaro, el lago Natrón y tantos otros lugares. Pues bien, Loliondo, que es la localidad que nos ocupa hoy, se encuentra situado en medio de todo ese paraíso. Y sufre la desgracia de todo aquello que se encuentra en medio del paraíso, sin serlo.
En Loliondo vive una comunidad Masai importante, que ha venido siendo desplazada de los parques nacionales. En un primer momento, en la década de los años 40 del s.XX, creyendo que la acción de las poblaciones indígenas era negativa para los animales de las zonas protegidas, se produjo el desplazamiento de las poblaciones masai de dichos parques a áreas fuera de los mismos, con lo que perdieron ricas zonas de pastoreo. Posteriormente, estudios más concienzudos dieron al traste con el concepto simplista de que cualquier tipo de actividad humana perjudicaba el entorno natural. Con ello, los gobiernos de la ya independiente Tanzania prometieron a los masai la recuperación de sus tierras, al menos para vivir en ellas de la forma tradicional, hecho que nunca se produjo. Y al final, en los años 90 ocurrió la gota que colmó el vaso. El gobierno decidió asignar la zona de Loliondo a una empresa extranjera de safaris de caza, sin tener en cuenta los derechos de las tierras comunitarias existentes de los masai.
Foto de la cacería en Loliondo en 2009 del príncipe heredero de Dubai. Posan con una avutarda de Kori, una de las presas abatidas en dicha cacería. |
El desalojo de cientos de masai en 2009 por parte del gobierno fue la mecha que encendió el fuego que permitió que la comunidad internacional se fijara en este problema. Numerosos grupos de derechos humanos, nacionales e internacionales, se pusieron a favor de los masai e iniciaron acciones tendentes a la recuperación de la zona y la paralización del proyecto. Sin embargo en marzo del 2013, el ministro de Turismo y Recursos Naturales anunció un plan según el cual el 40% del área de Loliondo se convertiría en Reserva Natural, exclusiva para la fauna salvaje, y precisamente afectaría a los seis pueblos masai de la zona. Y el movimiento comunal masai se puso en marcha nuevamente.
Las comunidades masai, apoyadas por ONGs de Tanzania, se movilizaron política y legalmente para defender sus derechos. Ésto atrajo una mayor cobertura por parte de los medios de comunicación y abrió el debate sobre los derechos de la tierra y los distintos modos de desarrollo tanto en Tanzania en particular como en África en general.
Mizengo Pinda, primer ministro tanzano de 2008 a 2015 |
1ª/ Uno de los puntos que ha permitido la victoria ha sido el posicionamiento de distintos organismos sociales, tanto nacionales como internacionales, detrás de la causa de los masai de Loliondo. La lucha de la comunidad local precisa del apoyo de organizaciones que sepan estructurar sus esfuerzos y encauzarlos hacia las vías adecuadas.
2ª/ La cobertura mediática internacional también ha jugado un papel muy importante. Seguramente, sin esa repercusión internacional, muy posiblemente, la decisión de realojo del pueblo masai no se hubiera desechado con tanta celeridad. Pero no nos "pongamos medallas" los medios internacionales. Han sido los propios masai los que, con sus redes locales de teléfonos móviles y su imaginación, han sido capaces de atraer la atención de los grandes medios de comunicación y del gran público.
Uno de los "utensilios tecnológicos" que sirvió al pueblo masai para hacer visible su movimiento comunal de defensa de sus tierras. |
4ª/ Las mujeres han jugado un papel fundamental en esta labor. A pesar de que la sociedad masai está dominada por hombres, las mujeres han asumido un papel de liderazgo y de trabajo que es el que las ha convertido en el auténtico motor de esta "pequeña" revolución. Son las que han sido capaces de caminar decenas de kilómetros para montar reuniones y dar charlas de información sobre la situación que se estaba viviendo.
5ª/ Tanzania tiene una de las leyes más progresistas del continente africano en términos de protección de derechos de las comunidades sobre la protección de las tierras. Los masai de Loliondo tenían esos derechos sobre sus tierras documentados, por lo cual pudieron presentar su caso con total eficacia ante los tribunales tanzanos.
Una de las voluntarias explica al grupo local los distintos derechos sobre las tierras y las distintas acciones que se estaban realizando en esos momentos. |
5ª/ Tanzania tiene una de las leyes más progresistas del continente africano en términos de protección de derechos de las comunidades sobre la protección de las tierras. Los masai de Loliondo tenían esos derechos sobre sus tierras documentados, por lo cual pudieron presentar su caso con total eficacia ante los tribunales tanzanos.
6ª/ Tanzania se está convirtiendo cada vez más en una vibrante democracia multipartidista, en donde el ciudadano tiene la oportunidad de ser oído, pero también tiene la oportunidad de sancionar a sus dirigentes con su voto en contra en las siguientes elecciones, algo que no se puede decir de otros estados africanos.
Fila de votantes en las elecciones de 2013, en la localidad de Loliondo, en su mayoría de etnia masai. |
Hoy, como veis, acabamos con una buena noticia para nuestros protagonistas. A partir de la próxima entrada, comenzaremos a hablar de su cultura, sus usos y sus costumbres.