¿Qué decir de Jerusalén, la ciudad tres veces santa, que no se haya dicho ya? Pues aquí Mikel Ayestaran nos muestra Jerusalén lejos de los focos de la actualidad política, lejos de los grandes hechos ocurridos en ella, lejos de la mística que puede provocar en aquellos que la visitan, recordemos el "Síndrome de Jerusalén".
El autor nos muestra la auténtica cara de la ciudad actual de Jerusalén, que no es otra que la cara de sus gentes. Repasa a los distintos habitantes de la ciudad, sobre todo de la Ciudad Vieja de Jerusalén, pues es ahí donde se da el enfrentamiento, la competencia, la lucha entre los diferentes pensamientos y las diferentes actitudes que conforman una amalgama de emociones y sentimientos que Mikel es capaz de transmitir a través de la historia de los personajes que hace aflorar en las páginas de este libro.
Yo he tenido la suerte de viajar dos veces a la ciudad disputada por palestinos e israelíes. Y tengo que reconocer que al leer las líneas del libro me he vuelto a sentir transportado a las sensaciones que viví en mi paso por Jerusalén, he vuelto a descubrir a la gente que puebla sus calles y he vuelto a vivir, por desgracia, la distinta actitud de unos y de otros, por no hablar de la discriminación que sufren unas personas respecto a otras, y el enorme abismo de intransigencia que las separa.
Jerusalén. Su triple santidad es una maldición de la que nunca conseguirá librarse.