Se trata de una obra de un rigor histórico absoluto, y que desmenuza todo lo ocurrido en la guerra del Palatinado, entre 1620 y 1623, que se integra en lo que se ha venido en llamar la guerra de los Treinta Años (1618-1648). El autor, Hugo A. Cañete, se sirve en primer lugar de la transcripción de un manuscrito de la época en que se relata la campaña de Spinola, su entrada en el Palatinado, con objeto de influir en otro enfrentamiento que estaba ocurriendo más al este, en Bohemia y que era el origen de esta guerra de los Treinta Años.
En esta primera parte, el autor va introduciendo, conforme van apareciendo en el texto ciertas palabras o expresiones de época, la explicación de las mismas, así como las reseñas biográficas de los protagonistas de la narración, de forma que no se da el engorro de tener que suspender la lectura para tener que ir a las páginas finales del libro para enterarte de ciertos datos y aclaraciones, como ocurre en otros textos. Ello hace que la lectura resulte ágil y amena.
Una mención especial a los mapas, que justo pasa lo contrario de lo que he explicado en el párrafo anterior. Son mapas esquemáticos de la zona donde se producen los distintos movimientos de ejércitos y que clarifican mucho la situación y te permiten localizarte según lo vas leyendo. Pero, ¡ay! Van todos al principio del texto, con lo cual, cuando llega la referencia, hay que parar la lectura y volver a mirar las primeras páginas si quieres hacerte una idea de los distintos movimientos de tropas, localizaciones de ciudades, montes y ríos.
Por último, en la segunda parte del libro se habla de la campaña que realiza Gonzalo de Cordoba una vez que see marcha Spinola hacia Flandes. Aquí es el propio autor, Hugo A. Cañete, el que cuenta las distintas circunstancias, enfrentamientos y movimientos de tropas. Resulta, he de reconocer, más ameno, pues la diferencia entre la manera de contar las cosas en el siglo XVII y nuestro siglo XXI es muy distinta, con mayor fluidez para nuestro siglo. Lo que sí es de destacar que Hugo en ningún momento pierde el rigor histórico, lo cual es de agradecer.
Una última reflexión. Este libro muestra la guerra tal cual es. A pesar de presentar los enfrentamientos entre los ejércitos como llenos de valor, heroísmo, etc. también habla de las retiradas. Y muestra las penurias de la guerra. Cuando un ejército se asentaba en una zona, vivía a costa de los que tenía la población de la zona, "confiscándoles" (o sea robando, con uso de la fuerza si era necesario) los distintos productos que tenían los lugareños para prosperar o, incluso, para sobrevivir al invierno. Una acción poco "honorable" para cualquier ejército. Y también esta obra presenta lo que pasaba si decidías huir del campo de batalla. El enemigo no se quedaba en el sitio celebrando la victoria. Tenían la orden, por parte de sus dirigentes, de perseguir a ese ejército que huía, que había gritado aquello de "sálvese quien pueda", para darle caza y matarle. Y un detalle, normalmente los que huían iban a pie, los perseguidores a caballo. Los que huían iban solos o en grupos pequeños; los que los perseguían cabalgaban en grupos numerosos, y conforme iban encontrando a los primeros, los mataban sin el menor miramiento, normalmente degollándolos. Era, en resumidas cuentas, la "caza del hombre". Y en esos instantes es cuando se producían la mayoría de las bajas de la batalla. Y no nos equivoquemos. Todos, absolutamente todos, se comportaban de la misma manera, fueran de un bando o fueran de otro.
Por ello, aunque parezca que no, obras como ésta nos ayudan a conocer la barbarie que significa la guerra.