He de confesar que las primeras páginas me resultaron, u olieron, a historia narrada con los principios y la visión actual. Y estuve a punto de dejar su lectura. Hubiera sido una equivocación tremenda.
Sin embargo, una vez que se fueron enlazando las historias de los diferentes personajes, me encontré con una novela sólida, bien estructurada, y en que la narración se va complicando conforme avanza y es al final de la novela cuando comprendes porque ciertos hechos, aparentemente incongruentes, son presentados por José Vicente Alfaro, Al inicio, e incluso al final de la misma.
Hay un personaje, Anghus, que sorprende su inclusión en el mundo de una narración ambientada en sociedades de la Edad del Bronce, y que hay que agradecer al autor dicha inclusión. Pues nos demuestra la posibilidad de la supervivencia de individuos que presentan algún déficit manifiesto en sus facultades, porque, si se piensa bien, todos presentamos déficits en alguna de nuestras facultades, por mucho éxito que se pueda tener en la vida.
La localización geográfica e histórica (es decir, en el tiempo) es correcta, incluso hasta precisa, pues las distintas culturas que aparecen en la novela (celtas, germanos, griegos) no se interrelacionan de forma fantasiosa como en otros relatos (no me resisto a nombrar un libro que ví hace años: "César contra Alejandro") sino que, siendo lo que cuenta José Vicente Alfaro totalmente verosímil, no por eso deja de ser interesante y, en algunos momentos, dramático.
Por otro lado, es de agradecer las notas, intercaladas hábilmente, sobre la civilización celta, incluidos los textos de autores clásicos que son las fuentes donde podemos hallar a día de hoy información sobre dicha cultura.
Es un libro agradable de leer y que al mismo tiempo sirve de divulgación de la cultura celta.