El Síndrome Confusional Agudo (SCA) está caracterizado por [1]:
1.-
Alteración del nivel de conciencia y de la atención.
2.-
Pueden existir afectación de otras funciones cognitivas, como la memoria, la
desorientación, el lenguaje, la percepción y la capacidad visuoespacial; y de
funciones no intelectivas como las alteraciones del ciclo sueño-vigilia,
actividad psicomotriz y del estado afectivo.
3.-
Su inicio se da en un periodo corto de tiempo y con fluctuaciones, es decir con
mayor o menor intensidad en intervalos cortos de tiempo, junto a empeoramiento
nocturno.
4.-
Su causa suele ser orgánica, es decir de causa no psiquiátrica.
Junto
a estas características, es importante señalar que dicho cuadro sindrómico
ocurre en el 15-30% de los pacientes ingresados en el hospital (es decir de 1,5
a 3 de cada 10), siendo un síndrome, como puede apreciarse, común en el ámbito
hospitalario.
El
diagnóstico se basa en dos pasos: identificar el síndrome clínico e investigar
la etiología, la causa que lo provoca.
La
identificación del síndrome clínico se basa en datos de la anamnesis
(entrevista clínica) y de la exploración física, por lo que no es necesaria
ninguna prueba complementaria.
Anamnesis: Se obtiene de informadores cercanos al paciente. Y se debe preguntar
por detalles como: el comienzo, duración, circunstancias previas, antecedentes
de enfermedades sistémicas, neurológicas o psiquiátricas así como exposición a
sustancias que pudieran provocar el cuadro.
Exploración física: Es importante buscar signos que sugieran la causa, como
suele ser la hipertensión arterial, fiebre, estado de hidratación y nutrición,
enfermedades sistémicas, consumo de tóxicos.
Exploración neurológica:
o El nivel de conciencia puede estar normal o alterado, puede ir desde un paciente somnoliento o un paciente con hiperactividad y agitado.
o
La atención se caracteriza por la distracción, y es la anomalía característica
del Síndrome Confusional Agudo.
o
La memoria suele estar alterada.
o
La desorientación espacial es también común en este síndrome.
o
Hay una desorganización del pensamiento, con un contenido incoherente y
razonamiento ilógico con ideas delirantes poco elaboradas.
o
Según la afectación del nivel de atención, existe una distorsión en la
información sensorial que recibe el paciente a través de sus sentidos, sobre
todo el de la vista y del oído, confundiendo unos sonidos con otros y unas
imágenes con otras, distorsión que se ve favorecida en horarios nocturnos.
o
La conducta está alterada, estando la actividad psicomotora aumentada o
disminuida, independientemente de la causa que provocó o desencadenó el cuadro
confusional.
o
Existe una alternancia rápida de las emociones, desde depresión hasta euforia,
pasando por todo el abanico de estados emocionales de la persona normal.
Etiología
o causa: Se trata de una entidad multifactorial y plurietiológica [2]. Entre
otras causas, depende de la interacción entre distintos factores de riesgo
predisponentes, edad avanzada, infecciones, deshidratación o malnutrición [3].
Si
sólo tenemos en cuenta las sustancias que pueden inducir dicho síndrome, son 53
las que pueden provocarlo, y, además, varían según la tabla que se use. Dentro
de esas 53 sustancias no sólo existen fármacos de varios tipos, sino también
intoxicaciones por drogas, por materiales industriales adquiridos por
inhalación (gasolina, pegamentos, etc.) o que penetran en el organismo a través
de otras vías, incluyendo también los venenos animales o vegetales.
Pero
al ser un síndrome plurietiológico, esto significa que existe multitud de
enfermedades que pueden dar lugar al mismo [4].
Tratamiento:
En primer lugar, su tratamiento requiere hospitalización. La actitud inicial es
prevención, detectando los factores predisponentes y evitando los factores
desencadenantes, teniendo en cuenta que no existen evidencias científicas de la
eficacia del tratamiento farmacológico profiláctico [5].
1.- Medidas de soporte:
a. Es necesario asegurar la
permeabilidad de la vía aérea.
b. También es necesario la toma de
constantes y la canalización de una vía venosa.
c. Interrumpir la medicación sospechosa
de causar el Síndrome Confusional Agudo, sin añadir ningún otro fármaco.
d. Evitar la administración de cualquier
fármaco no necesario.
e.
Prevenir lesiones mediante el uso de barras de protección en la cama.
2.-
Medidas ambientales:
a. Hay estímulos sensoriales que ayudan
a la orientación y mejoran el cuadro confusional (luz nocturna, ventana, etc.).
b.
Por otra parte, la agitación psicomotriz debe ser controlada mediante
contención verbal psicológica.
c. La contención física se debe usar
como último recurso pues aumenta la agitación, el riesgo de broncoaspiración
(grave en un paciente con patología respiratoria) y la aparición de úlceras por
presión en las zonas de sujeción.
d.
La contención farmacológica [6], se reserva única y exclusivamente para los
casos de agitación grave.
Una
vez revisado el Síndrome Confusional Agudo podemos concluir que las causas del
mismo no se pueden deber a un solo factor, sino al conjunto de factores
predisponentes y precipitantes y que requieren un estudio mucho más global,
pues la mayoría de ellos son orgánicos.
BIBLIOGRAFIA
[1]
Parra Santiago A., Barragán Martínez D., Tejeiro Martínez J. “Protocolo
diagnóstico y terapéutico del síndrome confusional agudo.” Medicine, 2019; 12
(74): 4371-5.
[2]
Tejeiro Martínez J., Gómez Sereno B. “Diagnostic and therapeutic guideline for
acute confusional síndrome.” Rev Clin Esp 2002; 202(5): 280-8.
[3]
Inouye SK., Westendorp RG., Saczynski JS. “Delirium in elderly people.” Lancet.
2014; 383(9920): 911-22.
[4]
O’Mahony R., Murthy L., Adunne A., Young J. “Guideline Development Group.
Synopsis of the National Institute for Health and Clinical Excellence guideline
for prevention of delirium.” Ann Intern Med. 2011; 154(11): 746-51.
[5]
Van Eijk MM., Roes KC., Honing ML., Kuiper MA., Karakus A., van der Jagt M., et
al. “”Effect of rivastigmine as an adjunct to usual care with haloperidol on
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doublé-blind, placebo-controlled randomised trial.” Lancet. 2010; 376(9755):
1829-37.
[6]
Leung JM., Sands LP., Rico M., Petersen KL., Rowbotham MC., Bahl JB., et al.
“Pilot clinical trial of gabapentin to decrease postoperative delirium in older
patients.” Neurology. 2006; 67(7): 1251-3.