Esta vez la entrada está escrita a pecho descubierto. ¿A qué me refiero? A que lo hago sin guión previo, sin planificación, sin preparación alguna. Solamente a partir de los sentimientos, pensamientos y reflexiones que surgieron de la presentación que se realizó ayer de mi último libro publicado: "MI SUEÑO ES ÁFRICA".
Manuela Bravo, la dueña de la Librería Bravo, rodeada de los dos autores, Jesús Gallego y Cruz Gómez-Valades |
El autor con una de sus familiares |
Colegas de letras |
Mis compañeras de trabajo, amigas, y con las que he compartido alegrías y desdichas del lugar dónde pasamos muchas horas de nuestras vidas. Patricia y Fe, Fe y Patricia, que tanto monta, monta tanto. Porque, aunque nuestros puestos de trabajo son diferentes, nuestras personas, que es lo que realmente importa, hacen que entre nosotros exista una amistad serena, enraizada y estable. El marido de Fe, al que sólo conozco de la anterior presentación, pero nos caímos bien con los primeros cruces de palabras, como suele ocurrir entre los hombres de bien. Y eso no es fácil hoy en día. Y las amigas de Fe. Siempre es agradable que alguien que no te conoce directamente te estime y te valore, y eso lo ves en ellas.
El autor con Gema |
No pueden olvidárseme aquellos que recorrieron más de 70 km para ver mi presentación. Es una pareja estupenda, Gema y Valentín. Y tanto uno como otro están prestos a darme ideas para el desarrollo e interpretación de los personajes. Sus críticas me sirven siempre de contrapeso y siempre se puede sacar algo suculento de ellas. En el campo personal, creo que dice bastante el que se pegaran la "panzada" de viaje sólo para escuchar lo que yo podía decir de mi nuevo, no tanto, libro.
A todos ellos les deseo que disfruten con este pequeño libro de menos de 200 páginas, en donde se describen los momentos más cruciales, quizá, de la vida de una persona. Cuando llega el día en que la persona debe tomar la decisión de adonde quiere dirigir su vida. Y si quiere dirigirla él o dejar que la dirijan.
Pero si hay alguien que ha hecho especial esta firma, esta presentación de "MI SUEÑO ES ÁFRICA" en la Librería Bravo, ha sido una pequeña muchacha. Una niña de preciosos ojos azules, que cuando la ví, brotaban de ellos pequeños diamantes líquidos.
Yo ya estaba fuera, con los míos, preparándonos para marcharnos, cuando me llamaron.
-¡Jesús! ¡Por favor! ¡Qué queda aún una firma!
Por supuesto, volví a la librería. Había tiempo de sobra, y si alguien más quería mi firma, no iba a negársela. Pero cuando entré en el local, la escena que vi me llenó de ternura y de emoción.
La hija de la representante de la otra autora que presentaba conmigo el libro, que se llamaba Alejandra como después supe, estaba sollozando porque se había ido el autor sin firmarle el libro que deseaba tener para leer.
-No te preocupes, ahora mismo. ¿Cómo te llamas? -y ahí es cuando me dijo su nombre.
Y en ese momento me surgió la dedicatoria más bella de toda la noche. Esa dedicatoria queda entre ella y yo, y a quién ella la quiera enseñar.
Si con las vueltas que da internet, querida Alejandra, llegases a leer esta entrada, te digo:
-Gracias por poder firmarte aquel primer libro que escribí con 19 años. Ha sido todo un placer.
Queridos amigos, nos vemos en la red.
A todos ellos les deseo que disfruten con este pequeño libro de menos de 200 páginas, en donde se describen los momentos más cruciales, quizá, de la vida de una persona. Cuando llega el día en que la persona debe tomar la decisión de adonde quiere dirigir su vida. Y si quiere dirigirla él o dejar que la dirijan.
Pero si hay alguien que ha hecho especial esta firma, esta presentación de "MI SUEÑO ES ÁFRICA" en la Librería Bravo, ha sido una pequeña muchacha. Una niña de preciosos ojos azules, que cuando la ví, brotaban de ellos pequeños diamantes líquidos.
Yo ya estaba fuera, con los míos, preparándonos para marcharnos, cuando me llamaron.
-¡Jesús! ¡Por favor! ¡Qué queda aún una firma!
Por supuesto, volví a la librería. Había tiempo de sobra, y si alguien más quería mi firma, no iba a negársela. Pero cuando entré en el local, la escena que vi me llenó de ternura y de emoción.
La hija de la representante de la otra autora que presentaba conmigo el libro, que se llamaba Alejandra como después supe, estaba sollozando porque se había ido el autor sin firmarle el libro que deseaba tener para leer.
-No te preocupes, ahora mismo. ¿Cómo te llamas? -y ahí es cuando me dijo su nombre.
Y en ese momento me surgió la dedicatoria más bella de toda la noche. Esa dedicatoria queda entre ella y yo, y a quién ella la quiera enseñar.
Si con las vueltas que da internet, querida Alejandra, llegases a leer esta entrada, te digo:
-Gracias por poder firmarte aquel primer libro que escribí con 19 años. Ha sido todo un placer.
Queridos amigos, nos vemos en la red.