Un libro muy actual. Tanto es así, que parece escrito más tarde, no hace 10 años. Quería leer algo de Leonardo Boff, y he de reconocer que me ha gustado, aunque ha habido algunos momentos en que ha resultado difícil, pues usaba términos y expresiones propias de un erudito de filosofía, por lo que ciertos fragmentos del libro resultan arduos. Sin embargo, los razonamientos y planteamientos de final del mismo están de rabiante actualidad, me atrevería a decir que cada vez más.
En un primer momento, Leonardo recorre toda la figura de San José. No deja palo sin remover. El San José de los evangelios; el de los textos apócrifos; las distintas teorías, más o menos, históricas sobre la persona del carpintero de Nazareth; lo que dicen de él los Santos Padres (los Padres de la Iglesia Católica); los estudios que han empezado a profundizar en su figura en los últimos dos siglos y medio.
Y presenta a San José como la culminación de la hipóstasis, la figura teológica que hace comparar a la Familia Divina (Padre, Hijo y Espíritu Santo) con la Sagrada Familia de Nazareth (San José, Jesucristo y la Virgen María). En esa atribución de papeles, a la Virgen María correspondería el Espíritu Santo; Jesucristo es el Verbo Encarnado, por tanto, el Hijo; y a San José le asigna Leonardo Boff la figura del Padre, a quién se asemejaría en su cuidado a lo largo de su infancia y adolescencia, en la realización de una labor silenciosa y oculta a la vista de la mayoría del mundo, la enseñanza de la Ley y los Profetas a Jesús, su hijo, y la asunción de la paternidad legal de Jesús según las leyes judías que los regían en ese momento.
Por lo que hablamos en el párrafo anterior, San José pasa a ser la personificación de la figura del Padre en la Tierra. Ésta es la tesis principal de este libro, que se convierte en un estudio riguroso de la figura de San José y de su importancia silenciosa dentro de la Sagrada Familia de Nazareth.
Totalmente recomendable para leer y para reflexionar.