lunes, 24 de abril de 2023

CINCO CERDITOS. 1942. Agatha Christie

De nuevo el detective Hércules Poirot. Pero esta vez, se acentúa mucho más su técnica psicológica al plantearle un caso resuelto casi dos décadas atrás, y, sin embargo, puesto en duda por la hija de la condenada por el asesinato ocurrido entonces.

Agatha Christie profundiza en el conocimiento de la psique humana, al plantearse el que su detective más famoso indague sobre un hecho ocurrido mucho tiempo atrás. Será un ejercicio de recomposición, como si se tratara de un puzzle, y de observación como si se escudriñara un caleidoscopio. El caso es que se trata de unas novelas en las que más profundiza su autora en el tema psicológico de sus personajes.

Es una lectura que me dejó realmente pasmado debido a lo bien escrita, desarrollada y resuelta que está la trama. Quizá, en un momento, por la repetición de los hechos por distintos testigos de los mismos, pueda aparentar algo reiterativa, pero en absoluto. Es un ejercicio de la distinta visión que tienen las personas testigos de unos hechos y demuestra que esa diferencia en la apreciación de los mismo se debe, muchas veces, más a las características psíquicas de su personalidad que a lo que ven y oyen en sí mismo.

Un excelente estudio de las distintas naturalezas humanas que pueden presentarse en cualquiera de nosotros. Se trata de una novela imprescindible.

lunes, 17 de abril de 2023

VIDA DE LA MADRE TERESA DE JESUS. 1561-1562. 1568. Santa Teresa de Jesús. (Editado por Fray Luis de León en 1588)

 

En primer lugar, una aclaración. Hay tantas fechas porque Santa Teresa lo escribe en dos periodos. El primero abarca dos años. El siguiente comienza en 1568. Pero, sin embargo, debido a que la princesa de Éboli, por venganza sin duda alguna, la denunció a la Inquisición, el libro quedo custodiado por la misma hasta que fue exonerado, y personalidades tan altas como el rey Felipe II mandó que existiera una copia y se guardara en la Biblioteca del monasterio de El Escorial. Ese libro, junto con otra copia manuscrita por la propia Teresa que se hallaba en el convento de las carmelitas descalzas de Sevilla, fueron los que usó como fuente Fray Luis de León para editarlo, por orden del mismo monarca, en 1588, de la forma más fidedigna a la escrita por la Santa. Y ahí está, para que aquellos que gozamos con las expresiones de Santa Teresa, podamos disfrutar de su auténtica palabra. Ella directamente, sin intermediarios.

Aquel que crea que en este libro se habla de las andanzas de Teresa de Ávila contadas por ella misma, va un poco desencaminado. Sólo durante los primeros 10 capítulos, de los 40 en que se divide el texto, nos narra Santa Teresa su infancia y juventud, cómo era su comportamiento, sus ideas de niña, con sus padres y hermanos. El resto es una loa a "las grandes mercedes que hace su Majestad a una pequeña cosa pecadora como yo", aunque no es exactamente la expresión que usa la Santa, sí resume la idea que quiere transmitir a quién la lee. Su Majestad, por supuesto se refiere a Dios, no a ningún rey de la Tierra, por mucho poder que éste tuviera.

En los 30 capítulos restantes, Santa Teresa nos cuenta cómo es su relación con el Señor, con Dios, con Jesucristo. Nos habla de lo que siente, de sus arrobamientos, de las visiones que tiene. Y quien lea con atención el texto se dará cuenta que la Santa hacía mucho menos caso de las visiones que tenía que de la sensación espiritual, que no física, que experimentaba (aunque lo que acabo de escribir pueda parecer una contradicción) cuando Jesús, Dios, le comunicaba algo.

De esta forma nos habla de su primera fundación, el convento de San José. Nos dice cómo llevo adelante el proyecto, las ayudas que tuvo, más bien escasas, y los ánimos que recibía de su "Majestad" como muchas veces llama a Jesucristo.

El caso es que, a pesar de las grandes dificultades que le puso casi todo el mundo, empezando por el obispo de la diócesis, los superiores de la orden, sus propias compañeras del convento, y acabando por los habitantes del pueblo en el que se iba a fundar, encabezados por los dos corregidores, que eran la máxima autoridad civil de aquella época, de ese siglo XVI; a pesar, digo, de todas esas "fuerzas vivas" que se le pusieron en contra, ella contaba con la principal ayuda y valía (valimiento, según diría ella): el apoyo de Dios, de su Señor Jesucristo que la animaba en los momentos más bajos.

Pero no puede uno decir que eso era normal porque era una santa. Ella misma reconoce que hay muchas personas mucho más dignas que ella para recibir las "mercedes" que ella estaba recibiendo de Dios y la ayuda que de Él obtenía. Ella se tenía por una gran y pobre pecadora y que tenía gran temor de fallarle a Dios en ese punto.

En suma, no es la Santa Teresa fuerte, firme, tozuda que nos podemos encontrar en alguno de sus textos y en alguna biografía que se ha escrito sobre ella, y alguna serie televisiva. Teresa se muestra como humilde sierva de Jesús y viene a reconocer a lo largo de todo este relato autobiográfico que, sin Dios, sin Jesucristo, nada es y nada puede. Y constituye un aviso para los navegantes de la vida. No se es más por tener más, creerse más, gozar de los favores de las gentes o de la fortuna. La única riqueza, su única riqueza la cifraba Teresa de Jesús en su relación con Dios, con Jesucristo. El resto venía por añadidura.

El texto es difícil de leer, pues la versión que he usado conserva gran parte del lenguaje del siglo XVI, así como expresiones y giros que actualmente están en desuso o directamente desaparecidos. Por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez que alguno de nosotros ha leído, no ya oído o usado, sino leído la preposición "cabe" en su auténtico significado? Estoy seguro que muchos no sabrán ni lo que es, y muchos no sabemos usarla bien. Pues aquí, Santa Teresa la usa muchas veces: "sentí a su Majestad cabe mí". ¿Alguien es capaz de explicar que quiere decir con ello?

A pesar de todo, vale la pena leer la obra, pero recomiendo primero haber leído los otros dos libros que han salido aquí: "Camino de perfección" y "Las Moradas". Con todo lo dicho, ya no queda más que esperar que la lectura sea del agrado del lector.

Un saludo desde internet.

lunes, 10 de abril de 2023

TRAYECTORIA DE BOOMERANG 1934. Agatha Christie

Es una novela en la que Agatha Christie nos presenta la típica pareja de investigadores aficionados. Ya había comenzado su serie sobre "Matrimonio de sabuesos", pero a la autora le gusta salirse de las series que tanto éxito le daban (Hércules Poirot es un ejemplo). Aquí vuelve a enfrentar dos caracteres distintos, en los que es la mujer quién lleva la voz cantante, ella es la que sospecha, la que urde trampas a los criminales, y el hombre es un muchacho que sigue sus directrices, a pesar de ser el protagonista del hecho central con que arranca la novela: la muerte de un desconocido que se ha caído, o lo han lanzado, por un acantilado.

Los personajes están bien caracterizados, como suele ser habitual en Christie. Los hechos narrados tienen el suficiente ritmo como para que no se pueda dejar de leer sin desazón de parar la trama, que es otra de las características de la reina del crimen. Y el final, con una explicación totalmente convincente, es quizá de los más verosímiles de la autora, pues no se queda únicamente en descubrir al criminal, sino que explica las consecuencias de ese descubrimiento. Las explica no como un epílogo al margen, sino haciendo que formen parte de la trama. Algo que sólo podía hacerse gracias a la gran maestría de la autora.

Una lectura agradable, recomendable y que deja buen sabor de boca.

lunes, 3 de abril de 2023

ANA KARENINA. 1877. León Tolstói.

 

La segunda gran novela de Tolstói, tras "Guerra y Paz". Ninguna adaptación de esta obra literaria al cine o a la televisión hace honor a la auténtica calidad y grandeza de esta novela de Tolstói. Porque todas ellas se centran en la historia de amor de la protagonista. Una relación amorosa tempestuosa, que rompe con las reglas de la sociedad del momento; habría mucho que decir al respecto; y que culmina con el final trágico de la protagonista. Por eso la foto de portada he querido mantener los elementos clásicos de la historia.

Pero "Ana Karenina" es en realidad un fresco de la sociedad rusa de la segunda mitad del siglo XIX. Mientras en "Guerra y Paz", Tolstói nos muestra todas las luces de la aristocracia de principios de siglo, en esta novela, en cambio, nos muestra una aristocracia venida a menos. Mientras en "Guerra y Paz" eran héroes enfrentándose al invasor, aquí se han convertido en tahúres, viciosos, rentistas y descreídos. Incluso uno de los personajes principales, Levin, llega a imbuirse de ese espíritu durante los meses que pasa en Moscú.

No sólo es, por tanto, la historia del adulterio de Ana Karenina con su amante Vronski. Aunque pueda ser el hilo conductor de la novela. De hecho, este hilo conductor es la antítesis del personaje de Levin y del de su esposa Kitty. La unión entre ambas parejas es otra pareja. Él, Stepan, hermano de Ana. Ella, Dolly, hermana de Kitty. Ellos constituyen el matrimonio aceptado en la época. Él mujeriego, ella amante de sus hijos y de su casa.

Para mí, la historia de amor entre Ana y Vronski es la historia de un amor que se pierde por parte de él, y que se convierte en una obsesión por parte de ella. Muestra cómo puede destruirse una pareja cuando lo único que buscan es satisfacer la atracción mutua que tienen entre sí y que la confunden, trágicamente, con amor. Tolstói lleva el enfrentamiento entre ambos a un extremo límite, en el que ya no hay vuelta de hoja.

Las versiones de cine y televisivas muestran a Ana como la mujer que ama hasta los límites, y que se ve abocada a un fin trágico por el amor que siente. ¡Nada más lejos de la realidad! Ana se deja llevar de un sentimiento egoísta de orgullo según el cual debe acaparar para sí misma el objeto de su amor. Cuando se da cuenta de que esto no es posible, la desdicha y la soberbia que la invaden la empujan a ese fin trágico. He leído por ahí que es una mujer adelantada a su época, que rompe reglas, que se enfrenta a la sociedad para hacer triunfar su amor y que, al final, pierde, queda vencida. Quien así piensa, o no ha leído la novela, que será lo más probable, o no ha entendido en absoluto lo que nos quiere plantear Tolstói con el personaje titular de la novela. Y digo titular y no protagonista, porque creo que el auténtico protagonista de la novela es Levin.

La historia de Levin muestra la distancia que existía en el siglo XIX entre la vida artificiosa que llevaban en la ciudad las clases altas de Rusia, y la realidad de la población campesina. Muestra cómo se venían a pique los esfuerzos por modificar y mejorar las condiciones de trabajo y producción en la Rusia zarista debido a la enorme fuerza de la costumbre y de la tradición. Y sirve de ejemplo, en fin, tal como he dicho más arriba, para ver lo seductora que era la vida de las clases altas y lo pronto que podían corromper a un hombre que tenía por vocación la mejora de las condiciones de vida del ser humano. Pero, para enterarse mejor, lean la novela, por favor.

Dije que habría mucho que hablar sobre aquello de romper las reglas de la sociedad y no me resisto a decir algo más. Ana no rompe ninguna regla. Es un ejemplo claro de la hipocresía de una sociedad en el que el adulterio estaba mal visto, pero estaba a la orden del día, y se cubría con un tamiz de honorabilidad. Salvo con el personaje de Ana. Tolstói quiere hacer la excepción con ella. De hecho, su comportamiento se iguala en todo al de una adúltera de las clases altas de la sociedad rusa. Tolstói nos lo avisa varias veces en la novela. Sólo que a ella no se le perdonan los pecados como al resto.

Ella no se pone el mundo por montera, sino que siempre está dependiendo de su amante, de tal forma que, al final, esa relación se vuelve enfermiza. Siempre espera que la solución le venga de los demás, su marido, su hermano, su cuñada, pero no busca la solución ella misma. Por eso no es ninguna heroína. Es una persona desdichada que teniéndolo todo, o casi todo, ella misma lo reconoce al final de la novela, lo acaba perdiendo por un concepto equivocado y totalmente erróneo del amor. Su vida acaba siendo una ficción. Hasta el amor que cree tener por su hijo es una ficción.