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jueves, 4 de septiembre de 2014

EL AVE TÍMIDA


Hoy toca escribir a las tantas de la madrugada, con un amigo molesto, como es el insomnio. ¿Qué podemos decir hoy? ¡Ah! Ya sé.

Existen unos animales, pájaros, que viven a las orillas de los ríos. Y digo bien, a las orillas. Se suelen esconder entre las zonas de marjales, carrizos y eneas. Son aves muy tímidas, pero aún así pueden nidificar cerca del hombre. De hecho se pueden ver en zonas de parques más o menos extensos, pero que tienen que tener una característica fundamental. Deben de tener agua corriente. Y no me refiero a grifos y cañerías, como tenemos los humanos. Me refiero a arroyos más o menos importantes, donde el agua fluye de forma continuada. ¿Por qué? Porque precisan que el agua esté limpia, no esté estancada, pues la base de su alimentación son vegetales y pequeños animales acuáticos que precisan que las aguas no bajen contaminadas. Primer punto de debilidad. Estas aves son delicadas en cuanto a sus características de alimentación.

También son aves que hacen su nido entre los carrizos, al amparo de la vegetación, para no ser vistos, donde ponen de cuatro a ocho huevos. Segunda debilidad, precisan de un rincón a salvo de intrusos para poder criar a su descendencia. Y la tercera sería la timidez de que hacen gala, de tal forma que, aunque están distribuidas en toda la península ibérica, son difíciles de ver.

Quizá esta ave nos sirva para pensar en tres debilidades que también puede tener el ser humano y que consigue sobreponerse a ellas cuando la vida le lleva a enfrentarse a situaciones complicadas por no decir límite.

La delicadeza, la exquisitez a la hora de alimentarse queda en segundo plano cuando lo importante es nutrirse. El refrán: "Hambre de quince días y el pan por las estrellas" es reflejo de ello. Cuando se pasa necesidad, hasta el hombre más sibarita dejará de lado sus gustos para dar paso a la alimentación para la supervivencia.

La exclusividad a la hora de buscarse un hogar, lejos de ruidos y molestias de vecinos, solemos tenerla superada en nuestras ciudades en que, como colmenas de termitas, nos aglomeramos. Pero es curioso observar que a mayor poder adquisitivo las casas tienden a ser unifamiliares. Tendencia que se rompe cuando es necesario compartir los recursos de una determinada zona. Y esa ruptura comenzó cuando el hombre pasó de recolector y cazador a agricultor y se asentó de forma sedentaria en ciertas áreas del planeta Tierra, más adecuadas para el desarrollo de la agricultura.

Por último, la timidez. En este caso, poco hay que explicar. "La fortuna sonríe a los valientes", yo aquí diría más bien a los audaces. Frases como ésta nos impelen a superar la timidez y el "respeto" humano y llevar adelante nuestros planes, enfrentándonos a los distintos obstáculos que van surgiendo conforme queremos ir realizándolos. Y aquí quería llegar. ¿Recordáis lo que decía en uno de los primeros posts? La superación humana. Algo que nos ayuda cada día a levantarnos y enfrentarnos a las situaciones y algo que hace que cuando vienen mal dadas sigamos adelante. No se trata de ser fuertes, valientes, héroes. Se trata simplemente de seguir adelante.

Por cierto, el ave al que me refería tiene un nombre común algo hilarante: Polla de agua. Os dejo un foto.