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jueves, 15 de septiembre de 2016

LA CULTURA DE LOS PUEBLOS. Cap 35: Retazos de la historia del pueblo Maasai


Queridos amigos de La Cultura de los Pueblos, tras conocer la leyenda del origen del pueblo Maasai, tras haber presenciado, llevados por ese magnífico vehículo de que dispone el ser humano que es la imaginación, cómo un padre transmitía a sus hijos el saber ancestral sobre el nacimiento de su pueblo, sobre la razón de porqué y para qué estaban en el mundo; y no sólo eso, el cómo había nacido ese mundo; una vez que hemos conocido todo ello, vayamos a lo que los sesudos científicos conocen o han podido averiguar sobre el pueblo Maasai, sobre sus orígenes y su historia.

En primer lugar hay que decir que, según las distintas fuentes a las que acudamos, su población actual ronda los 880.000 individuos. Por tanto, nos encontramos con un pueblo indígena relativamente pujante. No se trata de las etnias del río Omo, la mayor de ella, los Hamer, alcanzaba los 46.000 individuos. Lo importante en el caso de los Maasai es que, a pesar de que constituyen uno de los mejores ejemplos de resistencia a la inculturación, al sometimiento a reglamentos, leyes o mandatos exteriores a su propio pueblo; sin embargo, su cultura puede estar diluyéndose. Sus formas de vida ancestrales chocan con las formas "civilizadas" actuales y, como veremos en las próximas entregas, tienden a la desaparición. Pero ya lo iremos viendo.
Maasailandia. Territorio Maasai.

Tienen una religión tradicional, con un Dios supremo, Ngai. Algunos han adoptado el cristianismo, fruto de la labor evangelizadora de los distintos grupos misioneros que han llegado a ellos. Son pastores nómadas, su vida gira en torno a su ganado vacuno que constituye su riqueza. Lo rico que es un hombre se mide por las vacas que posee. Por ello, siempre van buscando las mejores condiciones para criar a sus rebaños, y siempre se desplazarán allí dónde encuentren mejores pastos para sus reses. Viven en las llanuras abiertas al sudeste de Kenya, en la zona entre las ciudades de Narok y Namanga, y al norte y noreste de Tanzania.

Y su origen se encuentra en una zona que hemos visitado hace muy poco tiempo. El pueblo Maasai es un pueblo de origen nilótico, que en un primer momento se hallaban situados al noroeste del lago Turkana. Sí, justo al lado de la zona del río Omo, dónde hemos estado conociendo a las etnias anteriores, como los Surma, Mursi, Nyangatom, Dassanetch, Karo, Hamer. El pueblo Maasai, durante el primer milenio de nuestra era fue trasladándose junto con sus ganados, en un largo periplo migratorio, hacia el sur, recorriendo la gran fosa del Rift, de norte a sur. Y llegaron, casi como si fueran un pueblo elegido, a las llanuras situadas entre el lago Victoria al oeste, el Kilimanjaro al este, el monte Kenya y lago Nakuru al norte, y las Montañas Nguru al sur. Unas planicies llenas de herbívoros y carnívoros, de animales salvajes, y de hierbas. Unas planicies llenas de pastos donde sus ganados podrían alimentarse de forma continua con el correr de las estaciones. Y se hicieron dueños de las mismas, ocupando un terreno que se calcula aproximadamente en unos 16.000 kilómetros cuadrados, a finales del siglo XVI.
Periplo migratorio Maasai: Rojo = Zona asentamiento s. I; Verde = Zona asentamiento s. XVI.;
Azul = aproximación de la ruta que siguieron a través del valle del Rift

Desde entonces, y hasta la llegada del hombre blanco, a finales del siglo XIX, ejercen una especie de dominio sobre la zona. No sólo se ocupan de pastorear sus ganados. Son un pueblo guerrero. Y como tal, se lo demuestran a sus vecinos, robándoles el ganado y aumentando así sus propios rebaños. Ese continuo enfrentamiento con las tribus vecinas les lleva a ser una de las etnias más temidas, y al mismo tiempo admiradas, de todo el Oriente Africano.
La autora del libro "Memorias de Africa", Karen Blixen, dónde se narra
la vida de la colonia británica de Kenya a principios del s. XX

Es la colonización del s. XX la que hace que este pueblo comience a abandonar su tradicional forma de vida. En un primer momento, comienza la presión del gobierno británico sobre sus tierras, las más fértiles, para incautárselas y cederlas a los colonos para su explotación. Así transcurre la primera mitad del siglo. Posteriormente, con el nacimiento de los movimientos de protección de la fauna, los británicos se dan cuenta de la gran riqueza faunística que poseen en las tierras que hasta entonces eran de los Maasai, y que es mucho más rentable su explotación turística y ecológica que su uso agrícola y ganadero. Esto llevará a la expulsión de los Maasai de amplias zonas de sus territorios, como ya vimos en la entrada sobre el problema de Loliondo.

Con la independencia de los países de la metrópoli británica en los años 60 del pasado siglo tampoco les va a ir mucho mejor, sobre todo en Kenya. Parte de su tierra será nuevamente embargada para utilizarla en la agricultura debido a la presión demográfica y pasarán por un periodo de pobreza y desorganización. Será a partir de la última década del siglo cuando, gracias a cambios en el gobierno, comience una colaboración con el mismo, aunque no todos en Kenya vean esta colaboración con buenos ojos.
1 de junio de 1963. Independencia de Kenya. Investidura de Jomo Kenyatta como primer presidente de la joven nación africana

También a partir de esos años, y vuelvo a hacer referencia como ejemplo a la entrada sobre Loliondo, los Maasai comienzan a ver las posibilidades que posee el ecoturismo, comienzan a organizarse, a defender sus derechos, a darse a conocer internacionalmente y de esa forma conseguir victorias sobre un progreso que en bastantes casos destruye más que construye. Aunque creo que esta reflexión la dejaremos para otro día, pues el pueblo Maasai nos espera con sus costumbres y tradiciones.

Pero hasta ese momento, tened buena navegación por la red. Nos vemos en ella.

lunes, 22 de agosto de 2016

LCP XXXII: GIBE III. LA GRAN PRESA DEL RÍO OMO.


En éste, nuestro último capítulo sobre los pobladores del río Omo, vamos a echar un vistazo a la situación en que se encuentran en este momento. Y, en concreto, a uno de los peligros que en este mismo instante se está materializando: la desertificación de su ambiente, la pérdida de los recursos naturales de los que han estado viviendo hasta ahora y que les eran dados, como a los antiguos egipcios, por las crecidas de las aguas del padre-río Omo. ¿Por qué? Porque el río Omo, cada temporada, con las lluvias, sufría un aumento en el caudal de sus aguas y éstas arrastraban limo, barro, nutrientes, desde las montañas lejanas hacia las planicies que preceden al lago Turkana. Y junto con la avenida de las aguas que ayudaban a llenar el lago Turkana; lago, por cierto, el más grande de los lagos desérticos del mundo; llegaban los elementos que fertilizaban sus orillas, que hacían que a lo largo de su territorio pudieran crecer cultivos, pudiera pastar el ganado y, en resumen, los pueblos afincados en sus alrededores pudieran crear una cultura tan rica y tan diferente como hemos podido comprobar y disfrutar en las entradas anteriores.


Sin embargo, el avance del ser humano como especie hará que estas crecidas de las que he hablado desaparezcan. El desarrollo económico de los distintos países provocará que toda una amplia zona del río Omo, dónde se encuentran dos parques nacionales, que se ha declarado Patrimonio de la Humanidad, se desertifique. El progreso de la sociedad creada por el ser humano como individuo "civilizado" llegará, incluso, a poner en riesgo la existencia del lago Turkana. ¿Y cómo está ocurriendo eso? Pues con algo tan "sencillo" como la construcción y puesta en marcha de una presa: la Gibe III.

Presa Gibe III en construcción

Cuando me estaba documentando para hablar de esta presa, he encontrado muchos artículos hablándome de los efectos devastadores de la misma. Pero, al ver que tenía un numeral, el III, me picó la curiosidad y decidí "descubrir" de dónde procedía y cuales eran la I y la II. Resultó que el proyecto Gibe, o mejor dicho Gigel Gibe se trata de un conjunto de presas y estaciones hidroeléctricas que constan de cinco construcciones, que llevan los numerales I, II, III, IV, V. De ellas, solamente están construidas las tres primeras.

La Gilgel Gibe I se trata de una presa situada en el río Omo, o más bien en uno de sus afluentes, el Gigel Gibe (según referencias). Tiene unos 40 m. de altura. Se encuentra a 57 km al noreste de Jimma, en la zona de Oromia, y puede producir 184 MW. Su construcción duró de 1986 a 2004. La Gilgel Gibe II es una estación hidroeléctrica que se encuentra a 80 km al este de Jimma, en la misma región que la presa I, y unida a ella por un túnel hidráulico de 26 km, que puede presumir de ser el más largo de África. Esta estación alcanza una producción de 420 MW, y se empezó a construir en marzo de 2005, siendo inaugurada en enero de 2010.

Gibe III en funcionamiento

Y llegamos a la Gibe III. Nuestra protagonista. Se comenzó a construir en el 2008, acabándose en el 2015. Se encuentra a 92 km al noroeste de Arba-Minch, Pero ahora vienen los datos más importantes, que son los que les darán una idea de la magnitud de la obra. Su altura es de 243 metros y su producción es de 1870 MW. De hecho, está previsto que suministre energía eléctrica no sólo a Etiopía, que es el país donde se encuentra, sino también a Kenya, Sudán y Djibouti.

Pero no se trata sólo de un problema energético. A partir del 2011, el gobierno etíope ha comenzado a arrendar terreno fértil del valle bajo del río Omo a empresas extranjeras para cultivos extensivos de biocombustible y otros cultivos de alto valor económico. Pero os preguntareis, ¿qué ocurre con las poblaciones asentadas en esos terrenos? Fácil, se resume en dos palabras: Expulsión, reasentamientos. Así de sencillo. El proyecto gubernamental Kuraz Sugar proyecta cubrir de esta forma unas 245.000 hectáreas.

La ministro de asuntos exteriores de Kenya, Amina Mohamed

Sin embargo, ante tal imagen desoladora, en mi documentación también me he encontrado con datos para la esperanza. Por ejemplo, en mayo el gobierno de Kenya ha decidido iniciar negociaciones con el de Etiopía para intentar una mejor solución al problema que plantea la presa Gibe III. Tanto en cuanto a la reducción, que se calcula en casi dos tercios, del volumen de agua del lago Turkana cuya principal fuente de abastecimiento es el río Omo, como de la vida de los pueblos de los alrededores, pues se ha podido comprobar un aumento de los enfrentamientos entre individuos de la etnia turkana, de Kenya, y de la etnia Dassanetch.

Por otro lado, los mismos pueblos del río Omo parecen querer ser los protagonistas de sus vidas y de su desarrollo. Ya en el año 2008 desarrollaron un Área de Conservación Comunal (CCA siglas en inglés) junto con un proyecto de turismo, parecido al que tienen los massai en zonas de Kenya y Tanzania, lo que les permitió obtener unos ingresos de 10.000 dólares americanos. Por desgracia, no consiguieron el reconocimiento del gobierno y tuvieron que parar el proyecto. Sin embargo, sirvió para que tomaran conciencia de las posibilidades de desarrollo dentro de sus propias comunidades, e incluso personal de los parques nacionales Mago y Omo, con los que siempre tenían conflictos, recibieron este tipo de proyecto de forma totalmente favorable.

Paisaje del parque nacional Mago

Como en muchos otros sitios de nuestro planeta, podemos ver que cuando al hombre se le deja administrar su propia tierra, cuando al indígena se le permite vivir la vida que él quiere y se le dan los medios necesarios para que ésta sea digna según su cultura, los conflictos suelen tener soluciones más sencillas de las que se pueden plantear desde sillas o sillones en despachos más o menos alejados de las tierras sobre las que se toman las decisiones.

Desde aquí, con un llamamiento al gobierno de Etiopía para que, en las decisiones que tome, tenga en cuenta a todos sus ciudadanos, incluidos aquellos que no viven en ciudades, sino en las llanuras y en las riberas de un río llamado Omo, me despido de ustedes, de vosotros, hasta la próxima entrada.

Anciano de la etnia Karo. Al fondo, el curso del río Omo

viernes, 1 de abril de 2016

LCP XIX: NYANGATOM, LOS PASTORES GUERREROS

Mujer Nyangatom

Queridos amigos de "La cultura de los pueblos". Tras el descanso de la Semana Santa, volvemos a introducirnos nuevamente en un nuevo episodio de esta serie que estamos dedicando a los distintos pueblos que viven a las orillas del río Omo. Hoy concretamente conoceremos a un pueblo guerrero. Un pueblo que, siendo desplazado de una zona mucho más fértil, ha tenido que adaptarse a la franja de tierra que va desde la margen derecha del río Omo hasta la frontera con Sudán del Sur. Me refiero al pueblo Nyangatom.

Mapa de la zona del Omo
Ya hablamos del pueblo Nyangatom en entradas anteriores, y nos referimos a algunas de sus características. Aquí completaremos su retrato. Este pueblo parece ser originario de la zona correspondiente al nordeste de la actual Uganda. Una zona, como decía más arriba, más fértil. Allí vivía junto con otro pueblo que actualmente se encuentra en Sudán del Sur, los Topossa. Y ambos fueron desplazados hacia el norte por la presión de una población procedente del sur, los Turkana, que los fueron empujando, hasta expulsarlos de las zonas que anteriormente habían constituido su hogar. Parece ser que debido a esa vida en común entre los pueblos Topossa y Nyangatom, la agresión entre ambos pueblos es tabú para ellos. No existe, o es mínimo, el conflicto entre ellos.

Hablando ya más específicamente de los Nyangatom hay que decir que pertenecen a la familia de lenguas nilo-saharianas, y que en ciertos tratados de antropología también se les conoce como pueblo Bume o Bumi. Ocupan la parte occidental, la margen derecha, del Bajo Omo y la cuenca del río Kibish hasta alcanzar la frontera de Sudán del Sur, donde serían sustituidos por los Topossa.

Pastor Nyangatom con su ganado
Cuando los Nyangatom ocuparon estas zonas, se encontraron con dos ambientes climáticos distintos. Los márgenes del río Omo, a pesar de su humedad y vegetación, o quizá por ello mismo, eran peores para el ganado. ¿Por qué? Porque eran el "reino" de la mosca tsetsé. Perdieron la mayoría de su ganado y se tuvieron que adaptar a la agricultura y a la pesca. En cambio, los Nyangatom que fueron más hacia el oeste se encontraron con un clima más árido, y sin embargo, libre de la mosca que transmitía la enfermedad del sueño, y pudieron conservar su medio de vida: la ganadería. Ello los llevó a que se diferenciaran en dos grupos:

A) Occidental: Alrededor del río Kibish. Practican el pastoreo, con algo de agricultura.
B) Oriental: Márgenes del río Omo. Son sedentarios. Se dedican sobre todo al cultivo del sorgo y del maíz.

Entre ambos grupos existen mercados semanales que sirven para intercambios, no sólo de productos, sino que permiten el establecimiento de relaciones sociales entre ellos, siempre y cuando no exista algún conflicto entre los distintos clanes que las dificulte.

Guerreros Nyangatom con sus armas de fuego

El crecimiento demográfico que presentaron a partir de los años 70 del pasado siglo, junto con la facilidad en la adquisición de armas de fuego, procedentes sobre todo de Sudán, hizo que los conflictos con sus vecinos, y enemigos tradicionales, los mursi, koro y dassanetch, fueran en aumento, provocando numerosas víctimas. Esta situación llevó a la inestabilidad de la zona y a la intervención gubernamental.

En cuanto a los adornos, existen cuatro elementos destacados:

Mujer Nyangatom con collares y piercing labial vegetal
1.-Collares: Los llevan las mujeres. Su número, color y disposición no es aleatorio. Indican el rango social de la persona que los luce.

Piercing labial en anciano
Nyangatom
2.-Piercings: Los labiales los llevan tanto los hombres como las mujeres. Se trata de elementos puramente decorativos y pueden ser de madera, metal o marfil. 

3.-Anillos y brazaletes: Ocasionalmente los llevan los hombres. Se usan como arma de defensa, pues son punzantes. Destaca una pulsera en forma de disco con los bordes afilados.

4.-Escarificaciones: Tal como veíamos en entradas anteriores, los Nyangatom es el pueblo que más destaca por el número de escarificaciones. Son los hombres los que las lucen, y son debidas a los continuos conflictos que presentan con sus distintos vecinos. 

Escarificaciones realizadas en hombro y
espalda
La realización de estas escarificaciones va incluida dentro de un gran ceremonial. Dicho ceremonial incluye el sacrificio de un animal, normalmente una cabra. Al final de la ceremonia es cuando se realizan dichas escarificaciones, que suelen realizarse en el hombro, pecho o espalda del guerrero. Este guerrero es el que ha demostrado su valor en la lucha, y el que las mostrará con orgullo como medallas de honor allí donde vaya.

lunes, 18 de enero de 2016

LCP XI: EL VALLE DEL OMO

Río Omo

Queridos amigos de "La Cultura de los Pueblos". Dejamos atrás al entrañable pueblo sam, para viajar a otra zona de nuestro planeta. No abandonamos África. Nos dirigimos hacia el norte, desde el árido desierto del Kalahari hasta un valle. Un valle que se encuentra en la confluencia de tres naciones, Etiopía, Kenia y Sudán del Sur. Pertenece geográficamente al suroeste de Etiopía; pero, sin embargo, es una zona habitada desde hace cientos de años por una serie de tribus cuyo contacto con el ser humano "civilizado" ha sido escaso. Sólo en las últimas décadas ha comenzado a mantener una relación con nuestra civilización y a partir de ahí han aparecido los problemas. Pero comencemos por el principio.

Recorrido río Omo hasta su
desembocadura en el lago
Turkana
Este valle al que me refiero está surcado por el río Omo, del cual recibe el nombre. Recorre de norte a sur la región suroeste de Etiopía, que era una de las más aisladas del país. Desemboca en el norte del lago Turkana, en la frontera con Kenia, y en su margen occidental, marcado por el río Kibish, se encuentra la frontera con Sudán del Sur.

Vittorio Bottego
El río Omo es un gran río que en Europa era conocido ya desde el siglo XVII, pero que, como todo lo relativo a estas regiones del África Oriental, no se sabía adonde llegaba, dónde desembocaba. Las teorías más populares señalaban al Océano Índico como destinatario de sus aguas; una segunda teoría era que el río Omo era un afluente del río Nilo; y una tercera que vertía sus aguas en el recién descubierto por aquellas fechas lago Rodolfo, que es el actual lago Turkana. Pues bien, tuvieron que pasar casi dos siglos y medio hasta que en 1896, la expedición dirigida por el explorador italiano Vittorio Bottego y patrocinada por la Sociedad Geográfica Italiana confirmara como auténtico fin y desembocadura del río Omo el lago Turkana, confirmando al mismo tiempo que este río era la gran fuente de la que se nutrían las aguas de dicho lago.

Menelik II
A partir de finales del siglo XIX, Menelik II, Negus de Etiopía -que ese es el título que ostentaba el monarca de Etiopía- integró la región del Omo a su reino. Sin embargo, la zona continuó aislada y ajena al devenir histórico y político de Etiopía. Cuando en los años setenta y ochenta del siglo XX los antropólogos se interesan por esta región y comienzan los estudios de los distintos grupos étnicos que la forman, se encuentran con una gran sorpresa. Existe tal diversidad de grupos étnicos-culturales que intentar sistematizarlos es algo así como resolver un intrincado rompecabezas de miles de piezas. El tamaño reducido de los grupos; la evolución independiente de los mismos; las relaciones entre ellos bien amistosas o bien conflictivas, los desplazamientos de los grupos, todo ello hace que los pueblos del río Omo constituyan uno de los grupos culturales más apasionantes en los que nos podamos sumergir.

Y a ello nos dedicaremos en las próximas entradas.