¿Por qué hablar de un libro de hace la friolera de 191 años? Todo el que me ha leído, ya sabe mi predilección por la literatura clásica, la buena literatura. Por ello, puede que no le resulte extraño que hable en este blog de libros de los que no hace falta crítica, explicación reseña o como quiera llamarse al hecho de escribir unas letras sobre letras tan famosas.
El caso es que este libro es la segunda vez que lo leo. Me ha gustado más que la primera. Cuando lo leí la primera vez era un adolescente enamorado de uno de los palacios más rutilantes del Occidente europeo, el palacio de la Alhambra. Mi viaje fin de EGB, la primaria de los años ochenta, fue a la ciudad de Granada, y quedé admirado de todo la que aquella ciudad nos ofrece a los que amamos el arte, la historia y las leyendas. Pues nuestro guía en la Alhambra no sólo nos habló de arte e historia. También, y, sobre todo, nos ilustró con las leyendas que guarda la ciudad andaluza, tanto de sus dueños musulmanes de antaño como de sus nuevos amos cristianos de estos últimos cinco siglos.
Cuando uno lee el libro de Washington Irving se está enfrentando a uno de los libros de viaje que más líricamente nos relata el alma de lo español, entendida desde el extranjero, de principios de siglo XIX. Mientras que Pérez Galdós, que ha salido muchas veces en este blog, nos muestra la realidad de la vida española del siglo XIX, con toda su crudeza y sencillez, Washington Irving nos lleva a un mundo rayano con la fantasía, con viejos nobles venidos a menos, pordioseros que viven en las estancias de los reyes musulmanes, y romances de amores imposibles.
Washington Irving nos cuenta numerosas leyendas que giran en torno a la Alhambra, Granada, tesoros escondidos, amores enfrentados. Pero también nos cuenta el talante de las gentes que vivían en ese primer tercio de siglo en España, y concretamente, en Andalucía, haciendo destacar todas las notas tradicionales y folklóricas (dicho en su mejor sentido) del pueblo llano. Porque, al fin y al cabo, ¿quién si no representa mejor el alma de una nación que el pueblo llano? En eso coincide con Galdós, que da al pueblo llano el protagonismo que merece en la historia, sea historia con mayúsculas, o sea leyenda con un trasfondo de verdad.
Querido lector, no te pierdas este libro. Te transportará a un mundo mágico. Te lo aseguro.
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