jueves, 16 de junio de 2022

LOS HERMANOS KARAMAZOV. 1878-1880. Fiódor Dostoyevski

Me he decidido a volver a adentrarme en los escritores clásicos del siglo XIX, tras el libro que leí el año pasado, titulado "El peregrino ruso". Y he comenzado con una historia que me llamaba la atención por varias razones. Una es que tiene una película, rodada a finales de los cincuenta del pasado siglo, protagonizada por Yul Brynner y María Schell. Otra es que no conocía la historia; no vi nunca la película y quería saber qué ocurría, cómo era la trama. Y la última ya le he señalado antes; quería leer algo de la literatura rusa clásica. Y me enfrenté al reto.

Me encontré con que la trama es sencilla: un asesinato, un supuesto culpable, una resolución distinta. No adelanto más, pues temo haber dicho ya demasiado. Pero lo que sí diré es que a mí me parece que el final del libro indica una especie de continuación de la historia, continuación que su autor, Fiódor Dostoyevski no pudo realizar, pues murió en 1881. De hecho, al buscar información sobre el autor, resulta que sí que había prevista una segunda parte de la obra, que no pudo escribir. Por otro lado, en esa misma información me encontré con que, de manera fortuita, me había enfrentado a la obra magna, no sólo a la última, del gran escritor ruso.

Pero lo más importante de la obra no es la trama en sí, sino el estudio profundo de la personalidad de los rusos del siglo XIX. Porque en la novela plantea un enfrentamiento entre el pensamiento liberal y socialista que venía desde Francia, debido a la emigración de estudiantes rusos a aquel país, y el pensamiento religioso, existencial y costumbrista ruso, no folklórico, sino de filosofía de vida. Ese pensamiento oscila entre los dos extremos: el religioso, por un lado, y el disipado, inmoral y ausente de normas por otro.

Dostoyevski presenta también un retrato de la sociedad de su época, desde aquellos más pobres y desheredados, que viven en un mísero granero acondicionado con una chimenea para tener calor en el invierno, hasta los mejor posicionados y más acaudalados de la ciudad, de la cual únicamente sabemos que se encuentra lejos de Moscú, unida a la capital por el ferrocarril. Y es aquí, en la caracterización de los personajes donde Dostoyevski alcanza la gran calidad y los méritos que le acreditan como uno de los mejores escritores rusos de su época. Porque no se conforma sólo con describirlos física y conductualmente, sino que se introduce en la mente de los personajes y consigue, narrando desde tercera persona, transmitirnos todos los sentimientos, emociones, turbaciones que inundan a sus personajes. Este hecho sólo lo había visto hasta ahora en aquellas novelas escritas en primera persona.

Es de destacar el gran número de citas que hace de otros escritores rusos, y el uso de las mismas para reflejar los estados de humor de los personajes, lo que muestra la gran cultura y dedicación a las letras por parte de Fiódor. Otro de los aspectos que me han llevado a admirar la cultura de este escritor es cómo es capaz de reflejar la doctrina cristiana ortodoxa vigente en aquel momento y que sólo habiendo leído tratados sobre la misma puede describirse como la describe Dostoyevski de la mano de uno de los personajes secundarios, el starets Zósima; el cual sirve para dar rienda suelta a todo el sentimiento ortodoxo ruso y contraponerlo a las filosofías que invadían en aquel entonces a Rusia procedentes del resto de Europa.

Por último, la relación entre los personajes es tan directa, tan humana y tan "sincera" en sus planteamientos que produce la magia de parecer que estás con ellos en la habitación, calle o campo donde está ocurriendo la acción en ese momento.

En resumen, por algo es considerada la obra magna de Dostoyevski, y por algo es un libro que merece la pena, a pesar de su tamaño, leerlo disfrutando de cada una de sus páginas.

sábado, 11 de junio de 2022

NAPOLEÓN EN CHAMARTÍN. 1874. Benito Pérez Galdós


El levantamiento del 2 de mayo de 1808, que acabó con los fusilamientos del 3 de mayo, supuso el levantamiento de todo el pueblo español ante el ocupante, pues no se le había dado carta de invasor hasta ese momento, pues todavía se vivía en el ensimismamiento de que los ejércitos de Napoleón venían para guerrear contra Portugal, y un retroceso en la mayoría de los frentes en que el ejército francés se había enfrentado con el pueblo español.

Tanto fue el descalabro sufrido que tuvo que venir el propio Napoleón, procedente del frente europeo, a poner orden en el "patio de atrás" de lo que consideraba su casa. Es en este momento en el que arranca esta novela de Galdós. Los madrileños están en espera de la llegada de las tropas francesas y del propio Napoleón.

En un primer momento, cabe destacar una larga escena en la que una noble, dos frailes y el protagonista de la novela, se dedican, sobre todo los tres primeros, a realizar una selección de las distintas obras literarias, libros, libretos y panfletos que ha ido recibiendo la noble, de todas las publicaciones que se han hecho relacionadas con Fernando VII, Napoleón y las distintas relaciones de estos dos personajes con el pueblo español. Lo que más admira de esta extensa escena es el gran conocimiento de Galdós sobre las publicaciones de la época, pues no habla de las más comunes o famosas, sino que se refiere a distintas obras de tono menor, o de poca tirada o poco éxito, que pululaban en el Madrid de ese verano y principios de otoño de 1808.

Posteriormente, nos muestra una escena que podría calificarse de costumbrista, tal como se entendía en la época de Galdós, dónde nos muestra la relación entre las distintas clases sociales, la influencia del clero en la población en general, las pequeñas muestras de la Ilustración que había llegado tan sólo a las altas esferas de la nobleza y aristocracia española, pero que no habían calado en absoluto en las clases populares. En algún momento da la impresión al lector que está leyendo un sainete costumbrista, más que una novela de tintes históricos.

Por último, llega el momento de la movilización, del enfrentamiento con el enemigo, del cual se deseaba no pasara Navacerrada y de la floja resistencia, por falta de medios de que se disponía, que se podía presentar al mismo.

Otro de los aspectos que se pueden ver en esta novela es cómo los aprovechados, siempre moviéndose según el ritmo que toque, se valen de las circunstancias cambiantes para, al fin y al cabo, cambiar las opiniones de la muchedumbre, la cual se cree que decide en libertad, cuando únicamente es una bestia bien domada por aquellos que saben hacerla saltar al son que les conviene. Y se ve a uno de los personajes secundarios que, antes de la entrada e Napoleón, es el más fervoroso defensor de Madrid y los madrileños, y tras la entrada del emperador francés se consigue hacer con un puesto de inspector de policía que le permite hacer y deshacer a su gusto.

Pero para conocer más de cerca todo esto, lo mejor es leer la novela, que no dejará de hacer que se pase un buen rato con ella.

lunes, 6 de junio de 2022

LA CORTE DE CARLOS IV. 1873. Benito Pérez Galdós

Y me fui a otro escritor consagrado ya en la historia de la literatura. Cuando era pequeño, me mandaron en la escuela leer la novela "Trafalgar", novela con la que comienza Benito Pérez Galdós sus Episodios Nacionales, en los que relata de forma novelada toda las vicisitudes político-militares que sufrió España y los españoles a lo largo del s. XIX, desde la batalla de Trafalgar a la restauración borbónica con Alfonso XII. Después, habiendo pasado mucho tiempo, leí alguna otra, como "El 19 de marzo y el 2 de mayo", y "Bailén". Como resulta que me picaba la curiosidad de saber las circunstancias en las que se mueve el que es el protagonista de estas primeras novelas, me decidí a empezar a leer "a corte" como se suele decir, o lo que es lo mismo, de forma cronológica, las que me quedaban.

Pues bien, la primera que me tocaba era ésta en que, a pesar de su título, no habla tanto de la corte de Carlos IV, sino que más bien presenta el ambiente que existía en Madrid desde el desastre de Trafalgar hasta que se produjeron los hechos de Aranjuez y de Madrid en 1808. Nos presenta la vida de los cómicos en ese principio de siglo, gracias a que Gabriel se hace criado de una de las actrices más importantes del momento, y una de las cosas que llama la atención es que no eran tanto las representaciones teatrales, sino las que se hacían en las casas de la gran nobleza la que permitían vivir de forma holgada a esos cómicos.

Por otro lado, y a partir de esos cómicos, Pérez Galdós nos muestra los tejemanejes que existían en la corte de Carlos IV, la existencia de dos partidos definidos, unos a favor de los reyes y Godoy, su válido; y otro a favor del futuro Fernando VII, más popular que el anterior.

Una vez que ha ambientado la novela, ha creado el marco adecuado y, sin que nos demos cuenta, nos ha hablado de los personajes principales, pasa a la acción política que realmente quiere contar: el intento de golpe de Estado protagonizado por Fernando VII contra su padre Carlos IV y su valido Godoy, que no paso de un ridículo pronunciamiento, y en el cual ya presenta Galdós la pusilanimidad que caracterizó la personalidad de Fernando VII, sobre todo en su juventud y primera madurez.

Así, de una forma amena, con intrigas de la corte, con un protagonista que es el hilo principal y que mezcla adecuadamente su historia con las vicisitudes que están pasando los últimos días de la corte de Carlos IV y Godoy, Galdós nos ha permitido aprender un trocito de la historia de España, que, al estar rodeado de hechos tan punteros, suele dormir el sueño de los justos en las explicaciones de los profesores de Historia.

jueves, 26 de mayo de 2022

MASADA. EL SECRETO MEJOR GUARDADO. 2020. Conchi Aragón

 

Una nueva novela que mezcla la aventura, la historia, el suspense y los lugares exóticos o más atractivos para el ciudadano medio.

Con estos mimbres se escribe una novela que, aunque cae en algunos tópicos, está bien estructurada. Adolece de profundidad en sus personajes, pero está claro que en el mercado literario actual prevalece la acción y conflicto sobre la profundidad de los personajes y las ideas planteadas por el escritor, si no, no hay más que ver los últimos premios Planeta, buenos, sí, pero que quedan muy lejos de la profundidad de planteamientos de otros tiempos.

Lo que sí resulta curioso es que las dos historias que cuenta, la histórica y la actual, se diría que siguen una línea diferente. Mientras la historia actual va de más a menos, la que se planta en el año 73 d. C. va de menos a más. En ésta última, a pesar, como he dicho antes, de algún tópico, los personajes están mejor cuidados y tiene la virtud de que, a pesar que el final se sabe desde el principio de la novela, consigue mantener una tensión en que hace creíble que puede existir un giro lo suficientemente fuerte en la trama como para que el final sea distinto. Si dijera más, estropearía dicho final.

Respecto a la historia actual, algo que agradece un montón el lector, sobre si, como yo, también ha estado en aquellos lugares, es que la autora, al situar a su personaje principal en el terreno cuenta dos o tres detalles que sólo alguien que haya estado allí puede saber. ¿Tinte autobiográfico, aprovechar experiencia propia? Llamadlo como queráis, pero es de muy agradecer el ver que no ha escogido el ambiente por lo exótico del lugar o lo atrayente que pueda ser, sino porque realmente ha estado allí y ha "respirado" esa atmósfera. Lo que te indica que la autora no escribe una novela como un "churro", como otras autoras actuales de renombre, sino que se preocupa de que sus historias tengan algo de solidez, lo que es muy de agradecer en los tiempos que corremos.

jueves, 19 de mayo de 2022

EL ASESINATO DEL CALÍGRAFO DE BAGDAD. 2020. José Vicente Alfaro

 


Cuando un libro gusta, ya lo he repetido en alguna otra entrada, se nota desde las primeras páginas. Y eso es lo que pasa con el que tenemos entre las manos. Se trata de una novela histórica, con su parte de suspense y que el escritor consigue que sea verosímil. Casi nada del aparato.

Para empezar, está ambientada en la ciudad de Bagdad, lo cual lleva el exotismo de entrada. Pero no en una Bagdad actual, sino en la Bagdad que era la capital de un enorme imperio musulmán, durante el califato Abasí, que se extendía desde el Mediterráneo hasta el río Indo. Ahí es nada. Pero, resulta que los hechos ocurren a principios de siglo IX, entre el 820 y el 830 más o menos, durante el reinado de Al-Mamún, el califa que ha sido considerado por la historia el principal representante de dicha dinastía Abasí y que hizo que Bagdad refulgiera como la ciudad de la cultura a nivel mundial. A nivel mundial, del mundo que conocía el hombre occidental en aquellos momentos, que siempre habrá "pejigueros" que digan que no se conocía Bagdad en Sudamérica por aquellas fechas.

El caso es que el autor consigue algo que es lo ideal en cualquier novela de carácter histórico. Mezcla personajes históricos con personajes ficticios. Se inventa una trama que tiene parte de realidad, pues la conspiración que aparece en la novela existió realmente. Entra en el distinto entramado político, cultural y religioso de la Bagdad de principios del siglo IX como pez en el agua, se puede sentir como es capaz de moverse con desparpajo sin que la historia decaiga un momento y sin que se produzcan errores históricos de "bulto", como suelen ocurrir en otras novelas que son cortadas por el mismo patrón y en las que se pueden apreciar incoherencias o anacronismos.

Una novela histórica, verosímil, amena y que al acabar te deja un buen gusto en el paladar. Y quedas invitado para leer más obras de su autor.