viernes, 12 de abril de 2019

UN MIRLO, MI HIJA Y UNA ALEGRÍA TONTA

Mirlo (Turdus merula)

Tras mucho tiempo sin publicar nada, hoy me atrevo a escribir unas líneas. Va a ser simplemente una reflexión y me gustaría compartirla con todos vosotros.

Hoy, al bajar a la niña a la guardería donde va, estábamos saliendo de casa y, de pronto, ella vio un pájaro frente a nosotros. Se trataba de un mirlo (Turdus merula). Para quién no lo conozca, el mirlo es un ave pequeña, de aproximadamente 10-15 cm, de color negro intenso y pico rojo los individuos adultos, y que suele vivir en el sotobosque y las arboledas al lado de los ríos.


Pertenece al orden de los paseriformes, los que llamamos vulgarmente pájaros, y gracias a su gran capacidad de adaptación, ha asentado sus "reales" en los distintos jardines y parques de nuestras ciudades. La humedad que provocamos los seres humanos al regarlos, el césped, los setos que sirven para dividir o rodear los espacios dedicados a los vegetales frente a nuestros portales, le han venido de maravilla a éste pequeño pájaro.

Pues bien. Ahora viene la alegría tonta. Mi hija, que tiene poco más de dos años, al verle le ha señalado y con voz ilusionada ha dicho: "írlo". ¿Qué que tiene eso de especial? Yo creí que sólo iba a decir pájaro, u otra cosa por el estilo, en su "media lengua". Pero no. Ha reconocido perfectamente a la especie, y sin yo decir nada le ha dado su nombre común.


Me imagino que ésto os habrá pasado a muchos con vuestros hijos. No lo cuento por lo extraordinario, sino por la alegría que me he llevado. Como muchos me conocéis, sabéis que me gusta mucho la naturaleza y el medio ambiente. Me hubiera gustado que mi hija creciera en un mundo más natural, más unido a la Tierra, como yo hace ya bastantes años. Pero su vida es distinta, no sé si será mejor o peor, pero distinta. Aunque me alegra que en esencia, se fije en las cosas naturales y sepa reconocerlas. ¿Se me cae la baba? Pues sí. Sería de necios no reconocerlo.

Muchas gracias por vuestra lectura, y, Dios mediante, sin saber cuando, nos volveremos a ver en la red.


2 comentarios:

  1. Qué alegría más grande que tu hija haya aprendido el nombre de un ave, el contacto con la naturaleza es de las cosas más plenas que existen, muchos psicólogos lo usan como ansiolíticos naturales , sigue con esa educación, el respeto por los animales es de las cosas más plenas que hay!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Precisamente por lo que comentas, me parece un hecho relevante. En nuestra sociedad nos sobra mucha "tecnología", que lo único que hace es excitar nuestros cerebros y no permite los ratos de serenidad que precisan. Un cordial saludo.

      Eliminar

Cualquier comentario será bienvenido. Anímate y ayúdame a mejorar. Un saludo.