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El paso de la laguna Estigia. 1520-24, óleo sobre tabla. Joachim Patinir |
Se cumplen 8 meses de aquel feliz evento. Aunque cuando ocurrió nos dió un susto a todos. A todos los implicados. Al padre, que rezaba para que realmente no fuera tan grave como parecía. A la madre, que según me confesó más adelante sólo pensaba en que ella estuviera bien. Y a ella, a la protagonista, que lo pasó tan mal, tan mal, que sus ansias por luchar y salir de la situación la estaban abocando más y más a esa situación.
Tan grave fue que un equipo entero de médic@s, matronas, enfermeras, auxiliares corrieron por los pasillos del hospital para llevarlas al quirófano. A mí ni me dió tiempo a ponerme la bata transparentosa que dan cuando me ví sólo en la habitación, sin nadie alrededor. Pero la sensación de angustia creció al salir al pasillo de la planta para preguntar si esperaba o me acercaba. ¡No había nadie! Miento. Ví a una jóven en pijama verde corriendo en el pasillo paralelo al mío, que se dirigía hacia donde habían llevado a mi mujer.
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La Sagrada Familia del cordero. 1507, óleo sobre tabla. Rafael Sanzio |
Y todo acabó felizmente en diez minutos. Y ahora, quien provocó y sufrió al mismo tiempo todo aquello está ahora haciendo “pinitos”. Se agarra a lo que puede para intentar ponerse de pie. La posición de sentado, de sentada, ya la domina perfectamente. Y quiere más. Quiere superar obstáculos. Por el momento, los que suponemos su madre y yo cuando estamos con ella en la cama de matrimonio. Se ha vuelto exploradora. Curiosa lo ha sido siempre. Pero ahora intenta alcanzar todo aquello que le incita su curiosidad. Y así va creciendo, dando muestras de tener personalidad propia. Ya muestra sus gustos, sus disgustos, sus querencias, aquello con lo que está más tranquila, aquello que le asusta, o que le pone triste, o que le enoja. Las expresiones de su cara se han multiplicado.
Ahora toca una etapa estupenda. La de que empiece a experimentar mucha más con el mundo exterior. Con todo lo que tiene a su alrededor. Ya ha empezado a gatear de forma frecuente. Ya se desplaza sin miedo por distintos sitios y ya hay que aumentar la vigilancia y el cuidado sobre ella.
Escrito en el año de Nuestro Señor de 2017, a 19 de septiembre, festividad de San Jenaro.
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San Genaro |
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