Cambiamos totalmente de tercio y esta semana nos vamos a acercar a la novela, al primer libro publicado por el escritor del género policíaco que actualmente acapara más títulos y más ventas en el mundo editorial. Me estoy refiriendo, como se puede ver en el título de la entrada de hoy, a Michael Connelly y la novela con la que ganó el Premio Edgar a la Mejor Primer Novela por Parte de un Autor Estadounidense.
Tal como he dicho antes, se trata de un libro del género policíaco, y con el que inicia la serie de su detective emblemático, Harry Bosch. Se trata de una novela policíaca, no de una novela negra, en la cual se va desgranando, poco a poco, la personalidad del personaje, su pasado en las fuerzas armadas estadounidenses, la razón de su nombre, y para todo ello, Connelly se sirve de la muerte de un antiguo compañero de Bosch, de su paso por el ejército.
El comienzo no puede ser más prometedor. Un cadáver abandonado en una tubería inutilizada, al lado de una presa, y un testigo que llama a la policía. Pero después, el autor pasa a presentar al personaje, y la narración se vuelve más lenta, hasta que , al aparecer el segundo personaje de la historia, que volverá a aparecer en otros libros publicados por Connelly más adelante, vuelve a coger rítmo. Se trata de la detective del FBI Eleanor Wish. A partir de ese momento, vuelve la soltura narrativa y ésta se desarrolla en un "crescendo" hasta los capítulos finales.
Hay lectores listos que adivinaron el final de la trama desde el primer momento, pero nosotros no somos de esos. No intentamos ir un paso por delante del escritor. Nosotros, yo (pues estoy usando el plural de modestia) prefiero seguir al escritor en su desarrollo de la trama, y aunque vea venir el final, prefiero deleitarme con la forma en que el escritor lo va mostrando a través de la narración. En fin, los finales pueden ser buenos o malos, pero lo importante es toda la urdimbre de la historia que se encuentra detrás. Y en esto, Michael Connelly demuestra ser un maestro; pues, sin darte casi cuenta, comienzas a ver las escenas como si de una película o una serie televisiva se tratara.
Otra de las cosas de las que se puede disfrutar en esta novela es del ambiente. Al estar escrita al principio de los años noventa, sin la existencia de móviles y con unos ordenadores sin red wifi, nos encontramos con un aparataje diferente, que hace que los más talluditos recordemos aquella época de teléfonos fijos, buscas, faxes, expedientes en papel que pesaban kilos, cabinas telefónicas, etc. Se trata de un viaje a un pasado muy cercano.
En resumen, un libro que vale la pena leer, con un rítmo narrativo que en algunos momentos es trepidante y te hace creer que estás viendo una película o serie de televisión, y que es un buen ejemplo del género policíaco.
Queridos amigos. Nos vemos en la red.