Dos advertencias antes de leer este libro. Es "El grande oriente" no "El gran...". La segunda, se trata de una logia auténtica, que cobró importancia en los tiempos en que sitúa Galdós la narración de esta segunda serie de Episodios Nacionales, y que actualmente, por lo que he encontrado buscando la portada que iba a enseñar en la entrada, sobrevive al paso de los años.
Una vez dichas estas dos cosas, paso al comentario de la novela.
El Grande Oriente es el nombre de una logia o asociación masónica, de liberales moderados que intrigan desde 1819 para restablecer las libertades democráticas frente al régimen absolutista encarnado por Fernando VII.
Frente al Grande de Oriente, se describe otra asociación, esta vez de exaltados o extremistas, denominada "Los Comuneros", que pretenden los mismo que los masones, pero mediante vías más expeditivas. El asalto violento al poder, y la instauración por la fuerza de las armas de la Constitución y de los ideales liberales. Por sus formas, mucho más cercanos a la Revolución Francesa de 1792 que a la Constitución de Cádiz de 1812.
El acontecimiento histórico que describe aquí Galdós es el asesinato de Vinuesa, el cura de Tamajón, héroe de la guerra de la Independencia, en 1808, y que por sus ideas absolutistas y su cercanía a la camarilla del rey, al ser confesor de Fernando VII, intriga y conspira para derrocar la Constitución de 1812 que había sido restaurada por el levantamiento de Riego en 1820. Estamos en el año 1821.
El gobierno descubrió la conjura, detuvo a los implicados, entre ellos al cura Vinuesa, y también a un conocido de la retirada de José Bonaparte. El marido de Dª Pepita, protectora a su vez de Salvador Monsalud. Se trata de D. Urbano Gil, que tiene una hija llamada Soledad. Hago esta digresión porque van a ser los protagonistas de esta y la próxima novela, junto a otro personaje de mucha peor catadura.
Este personaje al que me refiero es un maestro de escuela, D. Patricio Sarmiento, el cual va a representar la facción extremada de la España liberal. Aglutina en su personaje todas las maldades que surgen en las posiciones extremadas que adoptan ciertos individuos, y todas las bajezas de un hombre cuyo ingenio sólo sirve para calumniar, sospechar y procurar el daño a su prójimo. Galdós sabe describir tan bien este tipo de individuos, sin que aún haya hecho algo reprobable, que lo hará, que consigue que lo odies. Sus acciones van siempre encaminadas al mal y a la violencia.
Vinuesa, debido a una algarada de los Comuneros, morirá en prisión. La cárcel es asaltada por dichas turbas y llegando a la celda de Vinuesa, le asestan dos recios golpes en la cabeza con un martillo de cantero, suficiente para dejarle sin vida. Pero, por si las moscas, el resto de la multitud le agujerea con las navajas que llevan consigo. D. Urbano conseguirá salvarse gracias a Salvador Monsalud, que también aparece en esta novela, teniendo una relación con la hija de D. Urbano, Soledad, que ambos califican como de hermanos, pero que dará mucho que hablar al malpensado D. Patricio.
Soledad es el personaje desdichado, sufriente, pero que, sin embargo, mantiene una dignidad que la eleva por encima del resto de los participantes en la trama de la novela de Galdós.
Aquí, las urdimbres de la trama ficticia y de la real se mezclan de una manera prodigiosa. Se puede observar que el genio de Galdós sigue creciendo, literariamente, sin parar.
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