jueves, 26 de mayo de 2022
MASADA. EL SECRETO MEJOR GUARDADO. 2020. Conchi Aragón
jueves, 19 de mayo de 2022
EL ASESINATO DEL CALÍGRAFO DE BAGDAD. 2020. José Vicente Alfaro
Para empezar, está ambientada en la ciudad de Bagdad, lo cual lleva el exotismo de entrada. Pero no en una Bagdad actual, sino en la Bagdad que era la capital de un enorme imperio musulmán, durante el califato Abasí, que se extendía desde el Mediterráneo hasta el río Indo. Ahí es nada. Pero, resulta que los hechos ocurren a principios de siglo IX, entre el 820 y el 830 más o menos, durante el reinado de Al-Mamún, el califa que ha sido considerado por la historia el principal representante de dicha dinastía Abasí y que hizo que Bagdad refulgiera como la ciudad de la cultura a nivel mundial. A nivel mundial, del mundo que conocía el hombre occidental en aquellos momentos, que siempre habrá "pejigueros" que digan que no se conocía Bagdad en Sudamérica por aquellas fechas.
El caso es que el autor consigue algo que es lo ideal en cualquier novela de carácter histórico. Mezcla personajes históricos con personajes ficticios. Se inventa una trama que tiene parte de realidad, pues la conspiración que aparece en la novela existió realmente. Entra en el distinto entramado político, cultural y religioso de la Bagdad de principios del siglo IX como pez en el agua, se puede sentir como es capaz de moverse con desparpajo sin que la historia decaiga un momento y sin que se produzcan errores históricos de "bulto", como suelen ocurrir en otras novelas que son cortadas por el mismo patrón y en las que se pueden apreciar incoherencias o anacronismos.
Una novela histórica, verosímil, amena y que al acabar te deja un buen gusto en el paladar. Y quedas invitado para leer más obras de su autor.
viernes, 6 de mayo de 2022
LOS TERCIOS DE FLANDES EN ALEMANIA: LA GUERRA DEL PALATINADO 1620-1623. 2014. Hugo A. Cañete
Se trata de una obra de un rigor histórico absoluto, y que desmenuza todo lo ocurrido en la guerra del Palatinado, entre 1620 y 1623, que se integra en lo que se ha venido en llamar la guerra de los Treinta Años (1618-1648). El autor, Hugo A. Cañete, se sirve en primer lugar de la transcripción de un manuscrito de la época en que se relata la campaña de Spinola, su entrada en el Palatinado, con objeto de influir en otro enfrentamiento que estaba ocurriendo más al este, en Bohemia y que era el origen de esta guerra de los Treinta Años.
En esta primera parte, el autor va introduciendo, conforme van apareciendo en el texto ciertas palabras o expresiones de época, la explicación de las mismas, así como las reseñas biográficas de los protagonistas de la narración, de forma que no se da el engorro de tener que suspender la lectura para tener que ir a las páginas finales del libro para enterarte de ciertos datos y aclaraciones, como ocurre en otros textos. Ello hace que la lectura resulte ágil y amena.
Una mención especial a los mapas, que justo pasa lo contrario de lo que he explicado en el párrafo anterior. Son mapas esquemáticos de la zona donde se producen los distintos movimientos de ejércitos y que clarifican mucho la situación y te permiten localizarte según lo vas leyendo. Pero, ¡ay! Van todos al principio del texto, con lo cual, cuando llega la referencia, hay que parar la lectura y volver a mirar las primeras páginas si quieres hacerte una idea de los distintos movimientos de tropas, localizaciones de ciudades, montes y ríos.
Por último, en la segunda parte del libro se habla de la campaña que realiza Gonzalo de Cordoba una vez que see marcha Spinola hacia Flandes. Aquí es el propio autor, Hugo A. Cañete, el que cuenta las distintas circunstancias, enfrentamientos y movimientos de tropas. Resulta, he de reconocer, más ameno, pues la diferencia entre la manera de contar las cosas en el siglo XVII y nuestro siglo XXI es muy distinta, con mayor fluidez para nuestro siglo. Lo que sí es de destacar que Hugo en ningún momento pierde el rigor histórico, lo cual es de agradecer.
Una última reflexión. Este libro muestra la guerra tal cual es. A pesar de presentar los enfrentamientos entre los ejércitos como llenos de valor, heroísmo, etc. también habla de las retiradas. Y muestra las penurias de la guerra. Cuando un ejército se asentaba en una zona, vivía a costa de los que tenía la población de la zona, "confiscándoles" (o sea robando, con uso de la fuerza si era necesario) los distintos productos que tenían los lugareños para prosperar o, incluso, para sobrevivir al invierno. Una acción poco "honorable" para cualquier ejército. Y también esta obra presenta lo que pasaba si decidías huir del campo de batalla. El enemigo no se quedaba en el sitio celebrando la victoria. Tenían la orden, por parte de sus dirigentes, de perseguir a ese ejército que huía, que había gritado aquello de "sálvese quien pueda", para darle caza y matarle. Y un detalle, normalmente los que huían iban a pie, los perseguidores a caballo. Los que huían iban solos o en grupos pequeños; los que los perseguían cabalgaban en grupos numerosos, y conforme iban encontrando a los primeros, los mataban sin el menor miramiento, normalmente degollándolos. Era, en resumidas cuentas, la "caza del hombre". Y en esos instantes es cuando se producían la mayoría de las bajas de la batalla. Y no nos equivoquemos. Todos, absolutamente todos, se comportaban de la misma manera, fueran de un bando o fueran de otro.
Por ello, aunque parezca que no, obras como ésta nos ayudan a conocer la barbarie que significa la guerra.