Babilonia y Egipto son los más conocidos de los grandes imperios de la antigüedad. Que ese conocimiento se deba a la cultura judeo-cristiana no debe de ser discutido en ningún momento, pues ambos Imperios son protagonistas de varios libros del Antiguo Testamento. Parece que la tierra de Judea haya estado siempre entre Egipto, al sur, y Babilonia, al este. Pero ello no es cierto.
Cuando un curioso de la historia como yo empieza a profundizar un poco más en la Historia Antigua, y conoce los sucesos ocurridos en esos dos grandes imperios, alejándose del halo misterioso y esotérico del Egipto faraónico, y de la fama de lujo desenfrenado de Babilonia, se encuentra con una sorpresa mayúscula, pues hubo otros imperios que trataron de tú, e incluso llegaron a dominar, en el caso de Babilonia, a los dos grandes protagonistas de ese periodo de la Historia.
Resulta que en la zona de Babilonia, y del cual era sucesor éste, apareció en primer lugar la civilización sumeria. Ese área es Mesopotamia. Allí se asentaron sumerios, acadios, asirios, babilónicos, unas veces sucediéndose unos a otros, otras veces repartiéndose las zonas de influencia, y otras creciendo unos a expensas de otros.
Y hay aun otros dos imperios de los que nadie suele hablar fuera de los círculos de estudiosos de la Historia o de los, como es mi caso, curiosos de la Historia. Esos dos participantes son el Reino de Mittani y el Imperio de Hatti. Los mitanos y los hititas. En este libro se nos cuenta el devenir histórico de estos últimos.
Y, a pesar de que es un libro riguroso, un perfecto ensayo que se desplaza temporalmente desde el inicio de la organización que dio lugar al Reino de Hatti, hasta la desaparición del mismo; la forma que tiene el autor de ir explicando las distintas etapas del reino resulta didáctica, amena y mantiene el interés del mismo.
Quien quiera conocer el nacimiento de Hatti, su expansión por Anatolia y su lucha con todos los pueblos que lo rodeaban, sus enfrentamientos con los grandes Imperios vecinos, tanto por el sur, Egipto, como por el este; Mittani, Asiria, Babilonia; tiene aquí un texto imprescindible. El autor nos mete de lleno en las intrigas de la corte, en la relaciones exteriores del Imperio Hitita, en la forma de vida del pueblo hitita, y todo ello con una extraordinaria precisión, quedando constancia de ello las notas al pie de página, que sirven para completar las fuentes de las que bebe para poder afirmar los distintos hechos. Y no se le caen los anillos para reconocer, lo cual es de agradecer, las lagunas que existen en la Historia y que aun no han podido ser rellenadas.
Es un libro que nos acerca al Imperio que se enfrentó con Egipto en la batalla de Qadesh y que, al contrario de lo que reflejó Ramsés II en sus templos y construcciones, parece ser que salió bien parado, que consiguió un empate técnico ante la primera potencia de la civilización. Claro está, que lo que se iba a decidir en Qadesh es quién era esa primera potencia, si Egipto o Hatti.
Queridos amigos, nos vemos en la red.
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