Con el deseo de animar a su hijo, para que avanzara en el piano, una madre llevó a su pequeño a un concierto de Paderewski. Después de sentarse, la madre vio a una amiga en la platea y fue a saludarla. El pequeño, cansado de esperar, se levantó y comenzó a recorrer el lugar hasta que llegó a una puerta donde estaba escrito: Prohibida la entrada.
Cuando las luces se apagaron y el concierto estaba a punto de empezar, la madre regresó a su lugar y descubrió que su hijo no estaba allí... De repente, las cortinas se abrieron y las luces cayeron sobre un impresionante piano Steinway en el centro del escenario... Horrorizada, vio a su hijo sentado inocentemente al teclado, tocando las notas de "Mambrú se fue a la guerra". Entonces, el gran maestro entró, rápidamente fue al piano y susurró al oído del niño: "No pares, SIGUE TOCANDO".
Entonces, Paderewski extendió su mano izquierda y empezó a llenar la parte del bajo. Luego, puso su mano derecha alrededor del niño y añadió un hermoso arreglo a la melodía. Juntos, el viejo maestro y el joven aprendiz, transformaron una situación embarazosa en una situación maravillosamente creativa. El público, emocionado, aplaudió puesto en pie.
Anónimo.
No es que me haya dado por lo cuentos, pero este que he leído hoy merecía la pena. ¿Cuántas veces nos preocupamos por cosas que son superfluas? ¿Cuántas veces dejamos que las oportunidades de vivir una experiencia maravillosa queden truncadas por las convencionalidades o las conveniencias? ¿Cuántas veces, llevados de un sentido de la respetabilidad, nos olvidamos de lo realmente importante, el ser humano?
Si el maestro Paderewski hubiera pensado en su posición, en su trabajo, en su categoría, en su espectáculo, en su prestigio... ¿Qué hubiera ocurrido? Simplemente, que hubiera perdido la ocasión de poder experimentar la maravillosa armonía del ser humano.
¿Valió la pena? Eso es algo que es a tí, querido lector, a quién corresponde decidirlo. Pero termino con otra pregunta... ¿Habrías sido capaz de hacer lo mismo?
martes, 21 de octubre de 2014
domingo, 19 de octubre de 2014
EL CUENTO DE LA PRINCESA Y EL ZAPATERO
Después del paréntesis vacacional, comienzo esta nueva andadura con un cuento que inventé hace mucho, mucho tiempo, paseando por un jardín. No pretende ser más que eso. Un cuento que se pueda contar a los niños para que se duerman. Si es que aún existiera esa costumbre...
Una princesa se vio obligada por su padre, el rey, a casarse para asegurar la continuidad del reino. La princesa estaba triste porque no quería casarse por obligación. Y entonces decidió recorrer el reino de incógnito, pero sin que lo supiera su padre, y saber si había alguien que le gustara. Y en una parada del camino se le rompió un zapato.
Encontró a un zapatero y decidió que se lo arreglara. El zapatero aceptó el encargo sin saber que era la princesa, y le pidió que volviera a la semana siguiente. Cuando volvió se encontró con una par de zapatos nuevos que el joven zapatero le había hecho. Eran más bonitos que nos anteriores. Cuando la princesa quiso pagarlos, el joven insistió en que los había hecho para regalárselos, en sustitución de los viejos, y para que le recordara allí donde fuera. Al final, la princesa aceptó y se los puso. Nunca se había puesto unos zapatos tan cómodos y con ellos volvió a palacio.
Durante las siguientes semanas, estuvo pensando en todos aquellos que había conocido y siempre acababa por mirarse los zapatos y sonreír.
Dado que su hija no se decidía, el rey organizó un gran baile, al que invitó a todos los buenos partidos que había en el reino. Con ello quería que su hija se decidiera. Tenía la esperanza que el gran baile acabara con el compromiso de la princesa con alguno de loso nobles jóvenes que acudirían al mismo.
El baile transcurrió como es normal en esos casos y cuando al final del mismo la princesa le dijo a su padre que ya había decidido, éste se llenó de tanto júbilo que, sin mediar más, hizo parar la música para dar la gran noticia. todos quedaron muy atentos, y cuando la princesa dijo quién era el elegido, a su padre, el rey, casi le da un soponcio.
La princesa había escogido el humilde zapatero que tan gentilmente la había hecho aquel par de zapatos. Y aunque el rey intentó impedir el enlace, pues no quería ver a su hija casada con un simple artesano, al final, ante la determinación de la princesa y su disposición a abandonar el palacio si no respetaban su decisión, tuvo que aceptar al sencillo zapatero.
No es necesario contar la sorpresa del zapatero cuando el heraldo real llegó a su humilde cabaña. Y mayor sorpresa aún cuando fue solicitado a ir a palacio para ser recibido por el rey. Y cada vez fue a más su sorpresa al darse cuenta que la bella joven a la que había hecho los zapatos, y de la que se había enamorado, era la princesa.
Los esponsales se celebraron con gran júbilo de todos los habitantes del reino. Y el rey, al ver a la princesa feliz, dió por buena la decisión y firmeza de su hija, que tantas preocupaciones le había dado.
Y colorín colorado... Os dejo pensando, y con la fantasía volando.
Una princesa se vio obligada por su padre, el rey, a casarse para asegurar la continuidad del reino. La princesa estaba triste porque no quería casarse por obligación. Y entonces decidió recorrer el reino de incógnito, pero sin que lo supiera su padre, y saber si había alguien que le gustara. Y en una parada del camino se le rompió un zapato.
Encontró a un zapatero y decidió que se lo arreglara. El zapatero aceptó el encargo sin saber que era la princesa, y le pidió que volviera a la semana siguiente. Cuando volvió se encontró con una par de zapatos nuevos que el joven zapatero le había hecho. Eran más bonitos que nos anteriores. Cuando la princesa quiso pagarlos, el joven insistió en que los había hecho para regalárselos, en sustitución de los viejos, y para que le recordara allí donde fuera. Al final, la princesa aceptó y se los puso. Nunca se había puesto unos zapatos tan cómodos y con ellos volvió a palacio.
Durante las siguientes semanas, estuvo pensando en todos aquellos que había conocido y siempre acababa por mirarse los zapatos y sonreír.
Dado que su hija no se decidía, el rey organizó un gran baile, al que invitó a todos los buenos partidos que había en el reino. Con ello quería que su hija se decidiera. Tenía la esperanza que el gran baile acabara con el compromiso de la princesa con alguno de loso nobles jóvenes que acudirían al mismo.
El baile transcurrió como es normal en esos casos y cuando al final del mismo la princesa le dijo a su padre que ya había decidido, éste se llenó de tanto júbilo que, sin mediar más, hizo parar la música para dar la gran noticia. todos quedaron muy atentos, y cuando la princesa dijo quién era el elegido, a su padre, el rey, casi le da un soponcio.
La princesa había escogido el humilde zapatero que tan gentilmente la había hecho aquel par de zapatos. Y aunque el rey intentó impedir el enlace, pues no quería ver a su hija casada con un simple artesano, al final, ante la determinación de la princesa y su disposición a abandonar el palacio si no respetaban su decisión, tuvo que aceptar al sencillo zapatero.
No es necesario contar la sorpresa del zapatero cuando el heraldo real llegó a su humilde cabaña. Y mayor sorpresa aún cuando fue solicitado a ir a palacio para ser recibido por el rey. Y cada vez fue a más su sorpresa al darse cuenta que la bella joven a la que había hecho los zapatos, y de la que se había enamorado, era la princesa.
Los esponsales se celebraron con gran júbilo de todos los habitantes del reino. Y el rey, al ver a la princesa feliz, dió por buena la decisión y firmeza de su hija, que tantas preocupaciones le había dado.
Y colorín colorado... Os dejo pensando, y con la fantasía volando.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
El domingo pasado, se celebró en varios pueblos de nuestro país una fiesta que se refiere a uno de los símbolos más importantes, por no decir fundamental de la religión cristiana. Tanto es así, que se trata de una celebración que no se circunscribe a los santos canonizados desde la Sede Apostólica Romana. Se celebra también dentro de la Iglesia Ortodoxa. No se trata de celebrar la vida de ninguna persona o personaje histórico a lo largo de estos últimos 2.000 años. Se trata de la fiesta denominada de Exaltación de la Santa Cruz.
Es una fiesta que, por diversas razones, la tengo un cariño especial. Pero dichas razones no vienen aquí al caso, pues a lo que me quiero referir es al trasunto cultural cristiano de la misma.
Si dejamos que nos expliquen esta fiesta, harán hincapié en los aspectos teológicos, sobrenaturales o escatológicos de la misma. Pero yo me quiero ceñir más bien a su origen.
Porque si buceamos en el origen de dicha fiesta, nos encontramos unas historias que podrían ser la base, y de hecho en algunos casos lo son, de importantes libros de éxito de ventas.
Todo comienza allá por el s.III de nuestra era. A principios, concretamente. El Imperio Romano se encuentra debilitado por luchas entre distintos líderes que quieren hacerse con el trono imperial. Acaba de pasar la gran persecución de Diocleciano contra los cristianos. La última, y quizá la más sangrienta que haya realizado el Imperio Romano. Es más peliculera la de Nerón, llevada al cine multitud de ocasiones por razones que no vienen aquí al caso. Pero Diocleciano extiende la persecución por todo el Imperio, no sólo por Roma, como ocurrió con la de Nerón. A pesar de ello, no consigue "extirpar" el mal cristiano que está dañando y socavando el imperio. O, al menos, es lo que él cree.
Tras su muerte se sucederán una serie de emperadores que intentarán extender su poder por todo el vasto imperio, y ocurrirán luchas civiles entre los partidarios de uno y otro candidato al cetro imperial.
En este estado de cosas, una joven, algunos señalan que era princesa britana, otros que pertenecía a la nobleza iliria (los actuales Gran Bretaña, y Croacia), se casa con un alto oficial de las legiones romanas. Tiene un hijo con él, le llaman Constantino y queda a su cuidado mientras el oficial se dirige a dirimir los distintos enfrentamientos que se suceden en las fronteras del imperio. Poco a poco la va olvidando y ella queda relegada a un segundo plano.
Por azares del destino, al cabo de un largo tiempo su hijo se convierte en general de las legiones romanas y augusto, siendo uno de los candidatos a la tiara imperial. Se enfrenta a su enemigo Majencio y le vence en la batalla del puente de Milvius, a las afueras de Roma. Corría el año 312.
Una vez que Constantino asume el poder de todo el imperio, hace traer a su madre con él, pues ésta vivía en retirada de forma más o menos forzosa en Iliria y decide la construcción de la capital oriental del Imperio: Constantinopla.
Esta mujer, ya avanzada en edad, madre de Constantino, es Elena. Santa Elena. La artífice del "descubrimiento" de la cruz donde estuvo clavado Jesús de Nazareth.
Santa Elena, que había dejado de lado los cultos paganos, y que había abrazado el cristianismo, decidió, a pesar de su avanzada edad, aproximadamente setenta años, realizar una peregrinación a la tierra donde habían ocurrido los hechos que narraban los Evangelios.
No se conocía el paradero de la cruz. De hecho, 300 años separaban el momento del ajusticiamiento de la investigación que se llevaba en ese momento. A pesar de ello, un judío de Jerusalén, llamado Judas (y que sería recordado más tarde con San Judas Ciriaco), dijo a la Emperatriz y sus colaboradores que conocía donde se encontraba el escondite del Santo Madero.
Santa Elena y su equipo de excavaciones encontraron tres crucifijos, en vez de uno, correspondiendo, como puede comprenderse, los dos sobrantes a cada uno de los dos ladrones que fueron crucificados junto a Jesús, tal como está escrito en el Evangelio. Al no saber cuál sería la Cruz de Jesús, se decidió acercarlas a una moribunda que yacía cerca, para ver si alguna obraba el milagro de curarla. Con las dos primeras no pasó nada, pero al sentir el tacto de la tercera cruz, la desahuciada se levantó diciendo: “¡Dios mío! ¡Estoy curada!”; con lo que supieron cuál era la que correspondía a Nuestro Señor.
Entonces, Santa Elena dispuso que la Cruz se dividiera en tres partes, para que pudiera ser venerada tanto en Roma como en Constantinopla y Jerusalén, desde donde se ha ido dividiendo hasta nuestros días. La Emperatriz y su hijo, Constantino el Grande, encomendaron entonces la construcción de la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, para que fuera custodiada una tercera parte del madero y pudiera ser venerada por todos aquellos que así lo quisieran.
Hasta aquí la historia del descubrimiento de la Cruz. Y el lector pensará, bien el 14 de septiembre se conmemora esto. Pues no es así. Aparte de los datos legendarios, como encontrar justamente tres cruces, que no estuvieran carcomidas por el tiempo, y que una de ellas sanara a una moribunda y las otras dos no, aún no estaba tan extendido el culto a objetos. Nos encontramos en los principios del cristianismo y hasta este momento, bastante han tenido los seguidores de Cristo con contarse de forma oral su tradición, desarrollar ciertos conceptos y procurar no sucumbir a las distintas persecuciones que de forma regular se producían en el Imperio Romano.
Todo esto ocurría en el año 320. Trescientos años más tarde, en el 614, Jerusalen es invadida por las tropas del Imperio Persa, Cosroes II saquea la ciudad y se lleva el trozo de cruz que quedaba en Jerusalen, colocándola bajo los pies de su trono, como manifiesto de su desprecio ante la fe de sus enemigos.
Poco le durarían a los persas las conquistas de Cosroes. Jerusalen será recuperada, y el 628, el emperador bizantino Heráclio consigue recuperar la Santa Cruz y el 14 de septiembre de ese año entra triunfalmente en la Ciudad Santa con Ella. Sin embargo ocurre algo que recogerán las crónicas como prueba de la autenticidad de la Cruz que habían arrebatado a los persas.
Según manifiesta la historia, al recuperar el precioso madero, el emperador quiso cargar una cruz, como había hecho Cristo a través de la ciudad, pero tan pronto puso el madero al hombro e intentó entrar a un recinto sagrado, no pudo hacerlo y quedó paralizado. El patriarca Zacarías que iba a su lado le indicó que todo aquel esplendor imperial iba en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo cuando iba cargando la cruz por las calles de Jerusalén. Entonces el emperador se despojó de su atuendo imperial, y con simples vestiduras, avanzó sin dificultad seguido por todo el pueblo hasta dejar la cruz en el sitio donde antes era venerada.
Ahí se veneraría hasta un día aciago para los ejercitos cruzados de los reinos latinos de Levante, en 1187. La batalla de Hattin. En la batalla de Hattin, los generales cruzados creyeron que pararían a Saladino con la exposición de la Veracruz y esta se perdió para siempre, pero eso es otra historia.
Fuentes: Catholic.net; aciprensa.com; infovaticana.com; webcatolicodejavier.org
Es una fiesta que, por diversas razones, la tengo un cariño especial. Pero dichas razones no vienen aquí al caso, pues a lo que me quiero referir es al trasunto cultural cristiano de la misma.
Si dejamos que nos expliquen esta fiesta, harán hincapié en los aspectos teológicos, sobrenaturales o escatológicos de la misma. Pero yo me quiero ceñir más bien a su origen.
Porque si buceamos en el origen de dicha fiesta, nos encontramos unas historias que podrían ser la base, y de hecho en algunos casos lo son, de importantes libros de éxito de ventas.
Todo comienza allá por el s.III de nuestra era. A principios, concretamente. El Imperio Romano se encuentra debilitado por luchas entre distintos líderes que quieren hacerse con el trono imperial. Acaba de pasar la gran persecución de Diocleciano contra los cristianos. La última, y quizá la más sangrienta que haya realizado el Imperio Romano. Es más peliculera la de Nerón, llevada al cine multitud de ocasiones por razones que no vienen aquí al caso. Pero Diocleciano extiende la persecución por todo el Imperio, no sólo por Roma, como ocurrió con la de Nerón. A pesar de ello, no consigue "extirpar" el mal cristiano que está dañando y socavando el imperio. O, al menos, es lo que él cree.
Tras su muerte se sucederán una serie de emperadores que intentarán extender su poder por todo el vasto imperio, y ocurrirán luchas civiles entre los partidarios de uno y otro candidato al cetro imperial.
En este estado de cosas, una joven, algunos señalan que era princesa britana, otros que pertenecía a la nobleza iliria (los actuales Gran Bretaña, y Croacia), se casa con un alto oficial de las legiones romanas. Tiene un hijo con él, le llaman Constantino y queda a su cuidado mientras el oficial se dirige a dirimir los distintos enfrentamientos que se suceden en las fronteras del imperio. Poco a poco la va olvidando y ella queda relegada a un segundo plano.
Por azares del destino, al cabo de un largo tiempo su hijo se convierte en general de las legiones romanas y augusto, siendo uno de los candidatos a la tiara imperial. Se enfrenta a su enemigo Majencio y le vence en la batalla del puente de Milvius, a las afueras de Roma. Corría el año 312.
Una vez que Constantino asume el poder de todo el imperio, hace traer a su madre con él, pues ésta vivía en retirada de forma más o menos forzosa en Iliria y decide la construcción de la capital oriental del Imperio: Constantinopla.
Esta mujer, ya avanzada en edad, madre de Constantino, es Elena. Santa Elena. La artífice del "descubrimiento" de la cruz donde estuvo clavado Jesús de Nazareth.
Santa Elena, que había dejado de lado los cultos paganos, y que había abrazado el cristianismo, decidió, a pesar de su avanzada edad, aproximadamente setenta años, realizar una peregrinación a la tierra donde habían ocurrido los hechos que narraban los Evangelios.
No se conocía el paradero de la cruz. De hecho, 300 años separaban el momento del ajusticiamiento de la investigación que se llevaba en ese momento. A pesar de ello, un judío de Jerusalén, llamado Judas (y que sería recordado más tarde con San Judas Ciriaco), dijo a la Emperatriz y sus colaboradores que conocía donde se encontraba el escondite del Santo Madero.
Santa Elena y su equipo de excavaciones encontraron tres crucifijos, en vez de uno, correspondiendo, como puede comprenderse, los dos sobrantes a cada uno de los dos ladrones que fueron crucificados junto a Jesús, tal como está escrito en el Evangelio. Al no saber cuál sería la Cruz de Jesús, se decidió acercarlas a una moribunda que yacía cerca, para ver si alguna obraba el milagro de curarla. Con las dos primeras no pasó nada, pero al sentir el tacto de la tercera cruz, la desahuciada se levantó diciendo: “¡Dios mío! ¡Estoy curada!”; con lo que supieron cuál era la que correspondía a Nuestro Señor.
Entonces, Santa Elena dispuso que la Cruz se dividiera en tres partes, para que pudiera ser venerada tanto en Roma como en Constantinopla y Jerusalén, desde donde se ha ido dividiendo hasta nuestros días. La Emperatriz y su hijo, Constantino el Grande, encomendaron entonces la construcción de la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, para que fuera custodiada una tercera parte del madero y pudiera ser venerada por todos aquellos que así lo quisieran.
Hasta aquí la historia del descubrimiento de la Cruz. Y el lector pensará, bien el 14 de septiembre se conmemora esto. Pues no es así. Aparte de los datos legendarios, como encontrar justamente tres cruces, que no estuvieran carcomidas por el tiempo, y que una de ellas sanara a una moribunda y las otras dos no, aún no estaba tan extendido el culto a objetos. Nos encontramos en los principios del cristianismo y hasta este momento, bastante han tenido los seguidores de Cristo con contarse de forma oral su tradición, desarrollar ciertos conceptos y procurar no sucumbir a las distintas persecuciones que de forma regular se producían en el Imperio Romano.
Todo esto ocurría en el año 320. Trescientos años más tarde, en el 614, Jerusalen es invadida por las tropas del Imperio Persa, Cosroes II saquea la ciudad y se lleva el trozo de cruz que quedaba en Jerusalen, colocándola bajo los pies de su trono, como manifiesto de su desprecio ante la fe de sus enemigos.
Poco le durarían a los persas las conquistas de Cosroes. Jerusalen será recuperada, y el 628, el emperador bizantino Heráclio consigue recuperar la Santa Cruz y el 14 de septiembre de ese año entra triunfalmente en la Ciudad Santa con Ella. Sin embargo ocurre algo que recogerán las crónicas como prueba de la autenticidad de la Cruz que habían arrebatado a los persas.
Según manifiesta la historia, al recuperar el precioso madero, el emperador quiso cargar una cruz, como había hecho Cristo a través de la ciudad, pero tan pronto puso el madero al hombro e intentó entrar a un recinto sagrado, no pudo hacerlo y quedó paralizado. El patriarca Zacarías que iba a su lado le indicó que todo aquel esplendor imperial iba en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo cuando iba cargando la cruz por las calles de Jerusalén. Entonces el emperador se despojó de su atuendo imperial, y con simples vestiduras, avanzó sin dificultad seguido por todo el pueblo hasta dejar la cruz en el sitio donde antes era venerada.
Ahí se veneraría hasta un día aciago para los ejercitos cruzados de los reinos latinos de Levante, en 1187. La batalla de Hattin. En la batalla de Hattin, los generales cruzados creyeron que pararían a Saladino con la exposición de la Veracruz y esta se perdió para siempre, pero eso es otra historia.
Fuentes: Catholic.net; aciprensa.com; infovaticana.com; webcatolicodejavier.org
lunes, 8 de septiembre de 2014
EL PENSAMIENTO ABSTRACTO DEL NEANDERTHAL
Ayer se clausuró en Burgos el XVII Congreso Mundial de la Unión Internacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas, celebrado en Burgos del 1 al 7 de Septiembre.
La cueva de Gorham está situada en la cara este del peñón de Gibraltar, frente al mar Mediterráneo y está sujeta a una intensa acción del oleaje que lleva a la formación de grandes grutas marinas. Una de ellas es esta gruta.
Durante la sesión inaugural surgió una noticia que alcanzó difusión en los distintos medios de comunicación. Se refería al hallazgo de unos trazos realizados en una cueva de Gibraltar (1). Aparentemente unos surcos hechos en piedra, por parte de unos antepasados nuestros de hace la friolera de 42.000 años. ¿Por qué le daban tanta importancia los medios de comunicación, cuando suelen ser noticias que sólo aparecen en los distintos medios especializados? Para intentar descubrir la razón, me fui a las fuentes y encontré la respuesta. Pero antes de comentarla, os resumo lo que puede obtener de mi investigación.
El arte de piedra
El arte en la piedra está asociado con la llegada de humanos modernos (H. sapiens) al occidente europeo hace unos 40.000 años(2,3). La datación en la cueva El Castillo, en España, ha retrasado el inicio del dicho arte hasta más allá de los 41.000 años (4), abriendo con ello la puerta a la posibilidad de una autoría por parte del hombre de Neanderthal (H. Neanderthalensis) de los primeros grabados en piedra. Sin embargo, como ello significaría la presencia de un pensamiento abstracto en el hombre de Neanderthal, algo que actualmente se viene solamente atribuyendo al Homo sapiens, nuestra propia especie, se lanzaron varias hipótesis ante dichos hallazgos:
1) El arte en piedra más tempranamente realizado por los humanos modernos no ha sido aún identificado, por lo que estos hallazgos no serían los más tempranos.
2) El arte en piedra fue creado por el hombre de Neanderthal u otros homínidos arcaicos anteriormente a la llegada al continente europeo del hombre moderno.
3) El humano moderno desarrolló el arte en piedra durante su llegada a Europa.
4) El arte en piedra se desarrolló en Europa después de la llegada del Homo sapiens.
La cueva de Gorham
Cueva de Gorham. Gibraltar |
En ella, bajo el nivel arqueológico IV, se descubrió un grabado en la roca. El nivel IV corresponde al periodo prehistórico conocido como Musteriense (5), entre el 38.500 y el 30.500 a.C.
La ocupación permanente de esta zona por parte del hombre de Neanderthal fue descubierta y documentada en los años cincuenta del pasado siglo (6). El sector más interno de la cueva se excavó a principios de nuestro siglo (XXI) por el Museo de Gibraltar.
El nivel IV
Este nivel tiene un grosor de 25 a 46 cm. Difiere del nivel III en la composición de los elementos, con una proporción Mg/Al doble y muy superior de K/Al. Tal variación sugiere que entre el nivel III y el IV se produjo en la zona un cambio repentino en las condiciones ambientales.
Además, basándose en la tecnología y tipología de los instrumentos de piedra hallados en el nivel IV, se puede atribuir este nivel al periodo Musteriense, estando ausentes utensilios que corresponderían al Paleolítico Superior.
Por último, una banda de 90 cm de grosor de sedimentos sobre el grabado, indica que fue realizado en la piedra antes de la acumulación musteriense del nivel IV.
El grabado
El grabado se sitúa en el centro de una plataforma natural de 1 m2, elevada 40 cm sobre el suelo de la cueva. 8 profundas líneas forman un patrón cruciforme incompleto, oblicuamente cruzado por dos grupos de 3 y 2 líneas cortas y finas. El patrón difiere de forma significativa de las grietas de 1 a 4 cm de profundidad y otra serie de fisuras naturales que se pueden observar en la roca.
Para identificar cómo y porqué razón fue hecho el grabado, se realizaron distintas técnicas:
a) Análisis microscópicos y morfométricos del grabado.
b) Incisiones experimentales con diferentes utensilios.
c) Reconstrucciones 3D del patrón completo.
Usar navajas de piedra con filos límpios y realizar con ellas las incisiones resultó ser extremadamente difícil. Las marcas que se obtenían eran de superficies amplias con abundantes estrías laterales. Sin embargo, cuando se usó un instrumento punzante y se pasó de forma repetida y cuidadosa sobre la piedra, siempre en la misma dirección y sentido, las incisiones fueron morfológica y dimensionalmente similares a las del grabado. Durante la realización de la prueba, uno de los punzones usados sufrió una rotura y los pases siguientes que se hicieron con él mostraron una superficie de abrasión más ancha. Por ello, se dedujo que los instrumentos que realizaron las marcas debieron ser utensilios punzantes y robustos para producir dichas líneas.
Por otro lado, las estriaciones dejadas por las garras de un mamífero de forma más o menos casual, o incluso las debidas a la fuerza y el azote del oleaje difieren claramente de las del grabado de la cueva de Gorham. Se pudo comprobar que eran necesarios de 188 a 317 "pases" con el utensilio de piedra adecuado para completar el patrón que muestra dicho grabado.
Conclusiones
Diseños geométricos grabados en piedra en el Paleolítico Superior se han podido encontrar en África y Eurasia, donde ya se encontraban especímenes de humanos modernos (Homo sapiens). Sin embargo, la datación más antigua del radiocarbono (C14) para el nivel IV de la cueva de Gorham es de 39.000 a.C., lo que fija la producción del grabado en un tiempo anterior a esa fecha. Un tiempo en que los humanos modernos sí están presentes en Europa Occidental, pero aún no han alcanzado el sur de la península Ibérica (7).
Las conocidas pinturas del Auriñaciense de la cuevas de Alemania y Francia son más recientes que la de la cueva de Gorham, lo cual va en contra del argumento de que los hombres de Neanderthal realizaran este grabado bajo la influencia cultural del Homo sapiens. Al contrario, sugiere más bien una invención independiente, como el primer ejemplo de grabado no util. Se trataría de un diseño deliberado para ser visto por su autor Neanderthal y sus congéneres que habitaban en la cueva.
Por tanto, el grabado de la cueva de Gorham representa el primer caso de un patrón de diseño abstracto no utilitario, elaborado técnica, consistente y cuidadosamente para cuya producción requiere escisiones prolongadas y concentradas en la base de una cueva.
Este descubrimiento demuestra la capacidad del hombre de Neanderthal para el pensamiento y la expresión abstractos.
Y ahora la respuesta a la pregunta de más arriba
Hasta ahora, eramos los dueños de la creación. Las doctrinas creacionistas, no necesariamente religiosas, nos ponían como el culmen de la naturaleza. Incluso algunas teorías hacían que viniéramos de otros mundos. Y uno de los puntos importantes de esas teorías eran las diferencias entre el hombre y el resto de las especies que habitan la Tierra.
El hombre es un ser viviente único. Tiene una serie de características que no tienen los animales. Pregunten a cualquiera. Cualquiera de nosotros podríamos decir un montón de características que "suponemos" nos hacen distintos a cualquier otro ser vivo de este planeta. Y una de las diferencias más importantes es el pensamiento abstracto.
Incluso los evolucionistas habían marcado hasta ahora diferencias entre el Homo sapiens y el resto de sus parientes cercanos, los homínidos. De hecho, hasta los científicos que aceptan de forma diría que "religiosa" la evolución de las especies, califican la nuestra de "sapiens". La que tiene el saber. La que tiene la capacidad de saber. Y gracias a esa capacidad, se diferencia hasta incluso de primos muy cercanos a ella. Aquí entra en juego el Homo neanderthalensis.
El hombre de Neanderthal siempre se ha considerado el "primo bruto" de nuestra especie. No queríamos tener muchas cosas en común con él. Dónde en él era la fuerza bruta, nosotros era la inteligencia o la "picardía". Dónde en él estaban los rasgos toscos y las maneras torpes, en nosotros estaba la estilización de las formas y la elegancia en las maneras. Incluso llegamos a pensar que era una rama que se extinguió porque al acabar las glaciaciones no pudo adaptarse al nuevo mundo que llegaba. Y, por supuesto, esta criatura tosca, bruta, torpe no podría tener atributos humanos como el lenguaje, el pensamiento abstracto- Se comunicaría con gruñidos, y éstos sólo significarían lo suficiente para cubrir las necesidades básicas de un animal: comer, dormir, reproducirse.
Nosotros, los Homo sapiens, si bien la evolución y la paleoantropología nos había descubierto que no estábamos solos en esta Tierra, que pertenecíamos a un grupo más amplio de seres vivos, aún eramos los únicos. Los únicos que sabíamos pensar, los únicos que teníamos inteligencia, los únicos que llevarían la luz de la cultura a las generaciones venideras.
Sin embargo, ahora, en el s. XXI, unos científicos nos vienen a probar que no. No sólo no estábamos solos en la larga carrera de la evolución en el planeta Tierra, sino que, además, no eramos únicos. No eramos "los elegidos". Había otro ser. Un ser despreciado por nosotros en nuestras eruditas descripciones de su forma de vida, de sus relaciones sociales, de su aspecto. Había otro ser que era tan capaz, sino más, como nosotros de pensar, de comunicarse y de transmitir ideas abstractas. Nuestro "torpe" antepasado. Nuestro "primo bruto". Aquel que durante todo el tiempo habíamos considerado sin ninguna capacidad intelectual, podía transmitir ideas abstractas. Y podía transmitirlas no sólo con sonidos, sino con grabados en piedra.
Conforme la ciencia avanza, el hombre cada vez le toca bajarse de más pedestales. Pero este pedestal, el de la ideación abstracta, que pensaba exclusivo suyo, le costará mucho más bajarse.
Recreación del Hombre de Neanderthal |
References:
(1) Joaquín Rodríguez-Vidal, Francesco d’Errico, Francisco Giles Pacheco, Ruth Blasco, Jordi Rosell, Richard P. Jennings, et al. A rock engraving made by Neanderthals in Gibraltar
PNAS 2014 ; published ahead of print September 2, 2014.
(2) Zilhão J (2007) The emergence of ornaments and art: An archaeological perspective on the origins of “behavioral modernity.” J Archaeol Res 15(1):1–54.
(3) Conard NJ (2010) Cultural modernity: Consensus or conundrum? Proc Natl Acad Sci USA 107(17):7621–7622.
(4) Pike AWG, et al. (2012) U-series dating of Paleolithic art in 11 caves in Spain. Science 336(6087):1409–1413.
(5) Giles Pacheco F, et al. (2012) The tools of the last Neanderthals: Morphotechnical characterization of the lithic industry at level IV of Gorham’s Cave, Gibraltar. Quat Int 247:151–161.
(6) Waechter Jd’A (1964) The excavations at Gorham’s Cave, Gibraltar, 1951–1954. Bull Inst Arch London 4:189–221.
(7) Walker MJ, et al. (2008) Late Neandertals in southeastern Iberia: Sima de las Palomas del Cabezo Gordo, Murcia, Spain. Proc Natl Acad Sci USA 105(52):20631–20636.
jueves, 4 de septiembre de 2014
EL AVE TÍMIDA
Hoy toca escribir a las tantas de la madrugada, con un amigo molesto, como es el insomnio. ¿Qué podemos decir hoy? ¡Ah! Ya sé.
Existen unos animales, pájaros, que viven a las orillas de los ríos. Y digo bien, a las orillas. Se suelen esconder entre las zonas de marjales, carrizos y eneas. Son aves muy tímidas, pero aún así pueden nidificar cerca del hombre. De hecho se pueden ver en zonas de parques más o menos extensos, pero que tienen que tener una característica fundamental. Deben de tener agua corriente. Y no me refiero a grifos y cañerías, como tenemos los humanos. Me refiero a arroyos más o menos importantes, donde el agua fluye de forma continuada. ¿Por qué? Porque precisan que el agua esté limpia, no esté estancada, pues la base de su alimentación son vegetales y pequeños animales acuáticos que precisan que las aguas no bajen contaminadas. Primer punto de debilidad. Estas aves son delicadas en cuanto a sus características de alimentación.
También son aves que hacen su nido entre los carrizos, al amparo de la vegetación, para no ser vistos, donde ponen de cuatro a ocho huevos. Segunda debilidad, precisan de un rincón a salvo de intrusos para poder criar a su descendencia. Y la tercera sería la timidez de que hacen gala, de tal forma que, aunque están distribuidas en toda la península ibérica, son difíciles de ver.
Quizá esta ave nos sirva para pensar en tres debilidades que también puede tener el ser humano y que consigue sobreponerse a ellas cuando la vida le lleva a enfrentarse a situaciones complicadas por no decir límite.
La delicadeza, la exquisitez a la hora de alimentarse queda en segundo plano cuando lo importante es nutrirse. El refrán: "Hambre de quince días y el pan por las estrellas" es reflejo de ello. Cuando se pasa necesidad, hasta el hombre más sibarita dejará de lado sus gustos para dar paso a la alimentación para la supervivencia.
La exclusividad a la hora de buscarse un hogar, lejos de ruidos y molestias de vecinos, solemos tenerla superada en nuestras ciudades en que, como colmenas de termitas, nos aglomeramos. Pero es curioso observar que a mayor poder adquisitivo las casas tienden a ser unifamiliares. Tendencia que se rompe cuando es necesario compartir los recursos de una determinada zona. Y esa ruptura comenzó cuando el hombre pasó de recolector y cazador a agricultor y se asentó de forma sedentaria en ciertas áreas del planeta Tierra, más adecuadas para el desarrollo de la agricultura.
Por último, la timidez. En este caso, poco hay que explicar. "La fortuna sonríe a los valientes", yo aquí diría más bien a los audaces. Frases como ésta nos impelen a superar la timidez y el "respeto" humano y llevar adelante nuestros planes, enfrentándonos a los distintos obstáculos que van surgiendo conforme queremos ir realizándolos. Y aquí quería llegar. ¿Recordáis lo que decía en uno de los primeros posts? La superación humana. Algo que nos ayuda cada día a levantarnos y enfrentarnos a las situaciones y algo que hace que cuando vienen mal dadas sigamos adelante. No se trata de ser fuertes, valientes, héroes. Se trata simplemente de seguir adelante.
Por cierto, el ave al que me refería tiene un nombre común algo hilarante: Polla de agua. Os dejo un foto.
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