lunes, 3 de abril de 2023

ANA KARENINA. 1877. León Tolstói.

 

La segunda gran novela de Tolstói, tras "Guerra y Paz". Ninguna adaptación de esta obra literaria al cine o a la televisión hace honor a la auténtica calidad y grandeza de esta novela de Tolstói. Porque todas ellas se centran en la historia de amor de la protagonista. Una relación amorosa tempestuosa, que rompe con las reglas de la sociedad del momento; habría mucho que decir al respecto; y que culmina con el final trágico de la protagonista. Por eso la foto de portada he querido mantener los elementos clásicos de la historia.

Pero "Ana Karenina" es en realidad un fresco de la sociedad rusa de la segunda mitad del siglo XIX. Mientras en "Guerra y Paz", Tolstói nos muestra todas las luces de la aristocracia de principios de siglo, en esta novela, en cambio, nos muestra una aristocracia venida a menos. Mientras en "Guerra y Paz" eran héroes enfrentándose al invasor, aquí se han convertido en tahúres, viciosos, rentistas y descreídos. Incluso uno de los personajes principales, Levin, llega a imbuirse de ese espíritu durante los meses que pasa en Moscú.

No sólo es, por tanto, la historia del adulterio de Ana Karenina con su amante Vronski. Aunque pueda ser el hilo conductor de la novela. De hecho, este hilo conductor es la antítesis del personaje de Levin y del de su esposa Kitty. La unión entre ambas parejas es otra pareja. Él, Stepan, hermano de Ana. Ella, Dolly, hermana de Kitty. Ellos constituyen el matrimonio aceptado en la época. Él mujeriego, ella amante de sus hijos y de su casa.

Para mí, la historia de amor entre Ana y Vronski es la historia de un amor que se pierde por parte de él, y que se convierte en una obsesión por parte de ella. Muestra cómo puede destruirse una pareja cuando lo único que buscan es satisfacer la atracción mutua que tienen entre sí y que la confunden, trágicamente, con amor. Tolstói lleva el enfrentamiento entre ambos a un extremo límite, en el que ya no hay vuelta de hoja.

Las versiones de cine y televisivas muestran a Ana como la mujer que ama hasta los límites, y que se ve abocada a un fin trágico por el amor que siente. ¡Nada más lejos de la realidad! Ana se deja llevar de un sentimiento egoísta de orgullo según el cual debe acaparar para sí misma el objeto de su amor. Cuando se da cuenta de que esto no es posible, la desdicha y la soberbia que la invaden la empujan a ese fin trágico. He leído por ahí que es una mujer adelantada a su época, que rompe reglas, que se enfrenta a la sociedad para hacer triunfar su amor y que, al final, pierde, queda vencida. Quien así piensa, o no ha leído la novela, que será lo más probable, o no ha entendido en absoluto lo que nos quiere plantear Tolstói con el personaje titular de la novela. Y digo titular y no protagonista, porque creo que el auténtico protagonista de la novela es Levin.

La historia de Levin muestra la distancia que existía en el siglo XIX entre la vida artificiosa que llevaban en la ciudad las clases altas de Rusia, y la realidad de la población campesina. Muestra cómo se venían a pique los esfuerzos por modificar y mejorar las condiciones de trabajo y producción en la Rusia zarista debido a la enorme fuerza de la costumbre y de la tradición. Y sirve de ejemplo, en fin, tal como he dicho más arriba, para ver lo seductora que era la vida de las clases altas y lo pronto que podían corromper a un hombre que tenía por vocación la mejora de las condiciones de vida del ser humano. Pero, para enterarse mejor, lean la novela, por favor.

Dije que habría mucho que hablar sobre aquello de romper las reglas de la sociedad y no me resisto a decir algo más. Ana no rompe ninguna regla. Es un ejemplo claro de la hipocresía de una sociedad en el que el adulterio estaba mal visto, pero estaba a la orden del día, y se cubría con un tamiz de honorabilidad. Salvo con el personaje de Ana. Tolstói quiere hacer la excepción con ella. De hecho, su comportamiento se iguala en todo al de una adúltera de las clases altas de la sociedad rusa. Tolstói nos lo avisa varias veces en la novela. Sólo que a ella no se le perdonan los pecados como al resto.

Ella no se pone el mundo por montera, sino que siempre está dependiendo de su amante, de tal forma que, al final, esa relación se vuelve enfermiza. Siempre espera que la solución le venga de los demás, su marido, su hermano, su cuñada, pero no busca la solución ella misma. Por eso no es ninguna heroína. Es una persona desdichada que teniéndolo todo, o casi todo, ella misma lo reconoce al final de la novela, lo acaba perdiendo por un concepto equivocado y totalmente erróneo del amor. Su vida acaba siendo una ficción. Hasta el amor que cree tener por su hijo es una ficción.

jueves, 16 de marzo de 2023

EL ASESINATO DE ROGER ACKROYD. 1926. Agatha Christie

Si sólo se pudiera leer una novela de Agatha Christie, yo recomendaría sin género de dudas, ésta. A pesar de que tiene otras magníficas, como el archiconocido "Asesinato en el Orient Express", y otras con una trama muy bien urdida e interesante, como "Trayectoria de boomerang", esta novela es la que consigue alcanzar unas cotas de naturalidad, caracterización de personajes, giros de argumentación, nivel de narración y sorpresa final, que hace que destaque del resto. Por algo a principios del siglo XXI se eligió como la novela policíaca más importante del siglo XX.

Casi la he definido ya, pues el argumento gira a través de un asesinato en el que volverá a aparecer Hércules Poirot como investigador, pero que supera el mero hecho del descubrimiento del asesino para plantear todo un conjunto de personajes, cada cual con sus características propias y que marcarán un antes y un después del género.

Y, por encima de todo, el final. Sorprendente. No digo más, sólo que es un libro que no debe dejar de leerse.

sábado, 11 de marzo de 2023

CRIMEN Y CASTIGO. 1866. Fiódor Dostoyevski.

 

Escrita entre 1866 y 1867, pasa por ser la obra cumbre de su autor. Se ambienta en San Petersburgo, capital de la Rusia del siglo XIX. Nos presenta la vida de los ambientes pobres de la ciudad y de la relación que existe entre los individuos que forman dichos ambientes. Todo ello con el hilo conductor de los pensamientos del protagonista. Pensamientos, sentimientos, emociones, dudas, conflictos internos; todo se amalgama en el interior de la mente del protagonista, Rodion Raskolnikov.

Al principio resulta algo dura y extraña, pues al presentar la narración desde la mente del protagonista, resulta difícil de seguir. No llegas a hacerte una idea de adónde nos quiere llevar el autor. Y, a pesar de ello, aparece la magia de los genios de la literatura. Nos bastan unas cuantas páginas para comprender que lo que estamos leyendo nos va a introducir de lleno en una historia interesante que merece la pena conocer.

Por otro lado, conforme van apareciendo los distintos personajes, la trama se complica. El que el autor cuente al detalle las características físicas, y, sobre todo, psicológicas de los personajes permite que los conozcamos mejor que ellos mismos.

Prácticamente todos los personajes principales son protagonistas de historias desgarradoras, llevan una vida miserable y su situación no mejora hasta el epílogo, el final de la obra. Es de destacar, hacia el final de la novela, el sueño que tiene uno de los personajes, Sbidigráilov.

Cuando he buscado imágenes de portada, me he encontrado con bastantes ilustraciones, todas ellas en blanco y negro, todas en claroscuro. Dostoyevsski consigue imbuirnos de tal forma en la pobreza y miseria que hace que veamos, a través de sus palabras, el ambiente oscuro, opresivo y degradante en que les ha tocado vivir a sus personajes. Digo les ha tocado vivir porque ninguno de ellos, salvo el protagonista, y su amigo Razumijin lo han elegido. Todos se han visto arrastrados por los avatares de la vida a esa situación de desdicha.

Por último, el autor quiere presentar la idea de que el crimen y el castigo van unidos indefectiblemente al alma, al espíritu humano. Y sólo en el caso de personas escogidas, desalmadas, es cuando ambos hechos, se separan. De ahí el título de la obra. Pero es una obra que va mucho más allá de esa hipótesis. Por ello se considera una de las primeras, y de las mejores, novelas que profundizan en la psicología y en la mente del ser humano.

jueves, 23 de febrero de 2023

EL MISTERIOSO CASO DE STYLES. 1920. Agatha Christie

El primer caso del investigador Hércules Poirot. La novela que lanzó a la fama a Agatha Christie. Dos hechos que por sí mismos serían suficientes para leerla. En ella, a través de uno de los testigos de la acción que ocurre en la mansión Styles, Christie narra un hecho enrevesado. Un vodevil propio de los años 20 del siglo pasado (XX), pero que en lugar de tener el centro en la infidelidad de la pareja y en el triángulo amoroso, se centra en la consecución de un asesinato aparentemente tan bien realizado que al principio pasa por un suicidio.

Hércules Poirot se nos presenta como un veterano de la I Guerra Mundial que está pasando unos días de asueto y recuperación en un pueblecito inglés y que es llamado por una camarada de su antiguo regimiento para intentar solucionar un asesinato en el que no saben quién ni cómo ha sido. Se nos muestra hasta un plano de la casa donde ha ocurrido la muerte, para que al lector le sea más fácil el seguimiento de los hechos y de las deducciones que va realizando el protagonista conforme se van descubriendo las distintas pistas que llevarán a la solución del enigma.

Una novela que dejará un buen sabor de boca.

jueves, 16 de febrero de 2023

EL QUIJOTE APÓCRIFO. 1614. Alonso Fernández de Avellaneda

 

Escojo esta foto del Quijote de Avellaneda porque creo que refleja el concepto, en su integridad, del libro. Cualquier información sobre este libro, su autor, que firmó con el pseudónimo que en el título de esta entrada se puede leer, se puede encontrar en internet con sólo poner en un buscador "Quijote apócrifo" o "El Quijote de Avellaneda". Por eso me voy a referir solamente a mi impresión personal al acabar de leer esta obra. Una aclaración. Una vez acabada, recordaba de mis años mozos haber leído el auténtico Quijote de Cervantes, y tenía una ligera idea de las diferencias entre uno y otro. Pero para confirmar, o no, estos recuerdos, me decidí a comenzar a leer la segunda parte del Quijote y poder, de esta forma, tener una idea más reciente de las mismas. Pues ahí va.

Conforme leía el Quijote de Avellaneda, siendo una novela que parodia los libros de caballerías, como el auténtico Quijote, sin embargo, habría que indicar que más parodia el personaje del Quijote que la literatura de caballerías. El Quijote lo presenta auténticamente loco, con alteración completa en la forma de ver lo que son las cosas, y dispuesto a reñir con cualquiera por nimiedades. No era así como conocía al Quijote auténtico, el cual tenía una forma de ver el mundo distinta, y aunque en ciertas ocasiones se dejara llevar de la imaginación y de una percepción alterada de la realidad, que le hacía realizar locuras. Sin embargo, solía tratar de razonar de forma convincente, lo que hacía que hubiera momentos en que pareciera cuerdo, el más cuerdo del género humano.

Una de las cosas que más me gustó del Quijote fue el enfrentamiento de dos personalidades tan distintas como Sancho Panza y Don Quijote, y las conversaciones que se traían entre ellos. Y una de las cosas que más me sorprendió fueron todos los consejos acertados que le da Don Quijote a Sancho, sobre todo en la segunda parte del Quijote. Además, Sancho me pudo parecer paleto, iletrado, pero nunca carente de la cultura popular que hace que la gente sin letras de aquella época pudiera hacer frente a la vida saliendo airosa de las difíciles situaciones que la vida nos depara.

En el Quijote de Avellaneda no hay nada de eso. La relación entre Don Quijote y Sancho Panza es un continuo enfrentamiento entre un loco y un tonto. Así de sencillo. Sancho Panza, que era la parte más cuerda de la pareja en la primera parte del Quijote, aparece en el de Avellaneda como un mentecato soez, vulgar y muy interesado, cubriendo a su amo cuando no tiene más remedio y sin ningún atisbo de la fina inteligencia de que luce en la primera parte.

Al fin y al cabo, se trataría de una buena novela picaresca la de Avellaneda, si no fuera porque intenta remedar a la mejor novela que se ha escrito en la historia de la literatura. Cervantes quiso hacer una parodia de la literatura caballeresca y le salió una obra de arte. Avellaneda quiso hacer una parodia de Don Quijote y acertó, su libro es una parodia, y como tal, se encuentra muy lejos de la calidad y maestría que D. Miguel de Cervantes nos muestra en "El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha."