Y esta novela da por acabada la primera serie de Episodios Nacionales, escrita por Galdós en la segunda mitad del siglo XIX, cuando habían pasado más de 50 años desde que se produjeron los hechos que narra.
Aunque la novela se refiere a la batalla de los Arapiles, que son dos montes, situados uno enfrente del otro, uno mayor que el otro, en este caso Galdós nos retrata la variedad del bando antifrancés, con la mezcla de portugueses, españoles e ingleses. E igual que en la novela anterior, de Juan Martín el Empecinado, hay un protagonista secundario alrededor del cual gira la historia. En dicha novela era el cura mosén Antón, que acaba su vida en la última página de la novela. En este caso, se trata de todo lo contrario. Una mujer joven, pizpireta, algo fantasiosa, atrevida más que valiente y que procede de Gran Bretaña, y que hará que Gabriel, el protagonista de toda esta primera serie, esté en más apuros de los normales que se producen en una situación de guerra. Se trata de la representante de aquellas ideas románticas que se tenían de España fuera de sus fronteras, sobre todo dentro de los círculos aristocráticos de una serie de países avanzados, cuyo representante más paradigmático era el Reino Unido de la Gran Bretaña, y que fueron explotados por autores anglosajones como Washington Irving (Cuentos de la Alhambra).
También hay que decir que la ayuda de la llamada Miss Fly, nombre muy adecuado (señorita Mosca sería la traducción literal), será imprescindible en algunos momentos de la obra. También su historia, la de esta muchacha inglesa, estará relacionada con una de las novelas anteriores de esta serie, la que Galdós dedicó a Cádiz. Y su historia nos hará comprender la predilección de la señorita por permanecer en la compañía de nuestro protagonista. No sigo, pues destriparía el argumento.
En cuanto a la parte histórica reflejada en la novela, se describe el asedio de las tropas aliadas (inglesas, portuguesas y españolas) a Salamanca, la retirada de los franceses de dicha ciudad, y la batalla de los Arapiles, que, debido a un giro funesto del destino, Gabriel Araceli la vive en el lugar en que la lucha fue más dura, donde hubo más muertos, más sangre, más violencia; cuando a la parte española de las tropas de Wellington se le había encargado esta vez un papel más secundario, más digamos en retaguardia, de reserva.
La maestría de Galdós ya no es necesaria comentarla y consigue un entrelazamiento de personajes y de acción, que no deja un momento de reposo, salvo por los circunloquios que hace tener a los personajes principales de esta serie de novelas que constituyen la primera parte de sus Episodios Nacionales.
Por último, con esta novela termina la historia de nuestro protagonista Gabriel Araceli. A partir del suceso, de la batalla de los Arapiles, Gabriel nos hace un resumen corto de lo que consistió su vida a partir de aquel momento, y de cómo siguió ya una existencia mucha más tranquila y acomodada. El descanso del guerrero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Cualquier comentario será bienvenido. Anímate y ayúdame a mejorar. Un saludo.