En esta cuarta entrega de la vida de la Roma tardorrepublicana, Colleen McCullough nos muestra a las personas que dan título a la novela, las mujeres que estuvieron relacionadas con Cayo Julio César en los años previos a que éste se marchara a las Galias, para acometer su campaña de conquista y adquisición de esos territorios para Roma. Estas mujeres son: Aurelia, su madre; Servilia, su amante; Julia, su hija, tenida de su primera esposa, Cornelia, hija de Cinna; Pompeya Sila, su segunda esposa; y hace una pequeña aparición al final del libro Calpurnia, quien constituirá su tercera esposa.
Además de todo esto, asistimos a los años en que se forma el triunvirato con Pompeyo y con Craso. Podemos ver que no se trata de una institución política (o forma de gobierno) como se nos quería hacer creer en los textos de las escuelas hace algunos años (en los actuales no sé siquiera si se llega a dar adecuadamente, si hay alguien que me lo comente quedaré agradecido). Ese primer triunvirato fue la conjunción de una serie de intereses que ni siquiera son comunes a los tres, sino que se entrecruzan de tal forma que uno de ellos necesita a los otros dos y eso mismo se puede aplicar a los otros dos miembros del triunvirato.
La escritora nos muestra a un César inteligente, pragmático, poco dado a dejarse llevar de sentimientos o emociones y que en todo momento sabe lo que hacer, tiene pensada su próxima jugada. También muestra la ambición de la que llegará a ser la figura cumbre de la civilización romana, pues será la persona más famosa de todos los "próceres" que dio la ciudad.
Sin embargo, la escritora australiana muestra también, al final de esta obra, el principio de la transformación de César, que pasa de gran político y estadista a un ser dominante, absoluto y que se impondrá al resto por su propia ambición. Es decir, pasará de ser un político populista a un dictador. Y ya se va mostrando poco a poco, el cambio del carácter y de la personalidad.
La historia narrada en este libro acaba con la marcha de César a las Galias, Cisalpina y Transalpina. Tiene que salir rápidamente de Roma, en la noche, como un delincuente, para evitar que una artimaña de sus enemigos en el Senado le prive del mando sobre dichas provincias. Con lo que todo queda preparado para la siguiente entrega: César.
Pero eso será ya otra historia.
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