El título parece inspirado en la película de Ridley Scott, aunque tiene poco parecido, sólo existe una batalla campal, y es entre cristianos, no entre cristianos y musulmanes. Eso sí, al ambientarse a finales del siglo XI principios del XII, existe el enfrentamiento que se da en ese momento entre ambas poblaciones, acentuado por la llegada de los almorávides desde el norte de África, a los que habían pedido ayuda los reyes de las taifas ante el avance cristiano.
Sin embargo, Mario Escobar intenta realizar un retrato costumbrista de la época, fijándose mucho más en la sociedad cristiana de la época, poniendo como protagonistas los enfrentamientos entre la clase nobiliaria y el pueblo llano, siendo sus personajes representativos de ambos estamentos.
En este caso los personajes históricos pasan a un segundo plano, apareciendo de forma puntual, dejando el estrellato a los personajes ficticios, que son los que auténticamente llevan el peso de la trama.
El relato peca de ser algo deslabazado, sobre todo en algunos momentos, y en pegar unos saltos en el tiempo para los que su explicación resulta muy sucinta, que puede ser debido, en parte a que no es un libro de 500 páginas, sino de alrededor de 200. En cambio, otras escenas están perfectamente narradas, hasta con una elegancia que es difícil de encontrar en las novelas actuales.
Se me olvidaba hablar de la auténtica protagonista: una villa llamada Magerit y que actualmente constituye la ciudad de Madrid.
En resumen, se trata de una novela histórica, en el pleno sentido de la palabra, que es entretenida, y que deja un regusto en el paladar al acabarla. Recomendable.
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