domingo, 1 de marzo de 2020

ESOS ADORABLES PEQUEÑUELOS. Cap. 17: ¿Los animales no piensan?

HUSKY SIBERIANO
Bajando en el ascensor y tratando de sacar un tema para que se le quitara la rabieta del día, le comenté:

-¿Sabes que podemos ver ahora a Brooklin y le puedes saludar?

Brooklyn es el perro de una vecina, un husky siberiano muy bonito, y solemos coincidir justo cuando nos vamos a la guardería. Su dueña llega con él de darle el primer paseo de la mañana. Pues su respuesta fue totalmente lógica:

-Los animales no hablan.

Ante aquello, y como ya la conozco, no me arredré y seguí atacando el tema.

-Pero seguro que pensará qué le pasa a esta niña que no me saluda.

Ella siguió en sus trece:

-Los animales no piensan.

Mi experiencia, incluso con animales salvajes, me sirvió perfectamente para pillarla el renuncio. Así que la contesté:

-¿Tu estás segura de que no piensan?


La callada por respuesta, con lo que insistí otro poco más:

-¿Entonces cómo saben distinguir si se quieren ir a derecha o izquierda, o quiénes son sus amos?

Calló. Y al ver que no estaba el perro con su dueña en el portal, exclamó:

-¡No está Brooklyn!

-Claro -le dije-, porque a veces coincidimos con ellos y otras veces no.

No sé si aprendió algo, lo que yo sí me di cuenta es de que razonaba, con tan sólo 2 años y 10 meses, de forma mucho más compleja de lo que habría pensado nunca.


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