domingo, 24 de julio de 2022

EL COMBATE ESPIRITUAL. 1589. Lorenzo Scupoli


Cuando uno cree haber encontrado una pequeña joya de la ascética cristiana, como la que acabo de leer, de pronto, husmeando un poco por internet me encuentro con que este libro, "El combate espiritual" de Lorenzo Scupoli es, detrás de "Imitación de Cristo", el libro ascético por excelencia de la cristiandad occidental y que, incluso, ha tenido influencia en la cristiandad ortodoxa, oriental.

Empecé a leer el libro con algo de reserva. Ya había leído algunos otros que eran arduos y que estaban dirigidos directamente a las personas consagradas (curas, monjes y monjas) y he de reconocer que me resultaron complicados y difíciles para adaptarlos a mi situación y existencia, como laico normal y corriente en este siglo XXI.

Pero tras unos primeros capítulos, venciendo la reticencia de descubrir que su autor se dirige siempre a una persona en femenino, con lo que, a veces, parece que está escrito para monjas, cosa que no es cierta; tras los primeros capítulos, digo, conseguí encontrar estupendas lecciones de comportamiento, actuación y actitud para enfrentarse a problemas del día a día que son tan comunes actualmente como en el siglo XVI, que es la época en que se escribió este manual.

Porque sus recomendaciones no sirven sólo para los cristianos, sino también para las personas que no profesan ningún tipo de religión, sobre todo la primera mitad del libro. En la segunda mitad ya el autor habla de conflictos más propios de las personas religiosas que de aquellas que no siguen los dictados del cristianismo.

Otra de las cosas que me sorprendió en los resultados de mi búsqueda de internet fue el hecho de que Lorenzo Scupoli fue acusado y calumniado de violar las Reglas de su comunidad en 1585. Fue suspendido "a divinis", lo que significa que le prohibieron ejercer como sacerdote y le obligaron a realizar los trabajos domésticos de la comunidad. Además, debía de vestir el atuendo de fraile lego, es decir, de aquellos que no tenían estudios. Por tanto, le rebajaron al puesto más bajo que puede ocupar una persona en una congregación religiosa. ¿Cuál fue su reacción? Se mostró humilde, sencillo, soportó la pena que le tocó en suerte, se dedicó a la oración y empezó a escribir este libro. Es importante señalar que anteriormente a la condena, había ejercido su labor como sacerdote en ciudades tan importantes en ese siglo XVI como Milán, Génova, Venecia y Roma. Es decir, de ser una figura destacada de su orden, la de los Teatinos, pasó a ser un mero servidor de todo el mundo, incluso de los que lo acusaron.

Tuvo que esperar 25 años, en abril de 1610, para ser absuelto de su pena en un Capítulo General que celebró la Orden. Pero esta rehabilitación le llegó ya muy tarde, pues Lorenzo Scupoli moría el 28 de noviembre de ese mismo año. Quizá únicamente por lo que sufrió en su vida y por la ejemplaridad de su conducta ante la adversidad, merezca la pena acercarse a su pensamiento a través de la lectura de este libro.


jueves, 7 de julio de 2022

GERONA. 1874. Benito Pérez Galdós.


Y vuelvo a los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Un nuevo asedio. El de Gerona, en la segunda mitad de 1809. Y he de declarar que las impresiones han sido encontradas. De momento, es el que menos me ha gustado. No se centra tanto en el asedio por parte de las tropas napoleónicas, sino en las penurias y miserias que pasaron sus habitantes. El protagonista no es el mismo que en las anteriores novelas, de hecho, es una historia dentro de una historia. Se centra en los enfrentamientos entre dos de los personajes, uno de ellos el narrador, por conseguir comida y arrebatársela el uno al otro. Donde en "Zaragoza" era heroicidad, entrega, valor; aquí, en cambio, es egoísmo, envidia, enfrentamiento. Por otro lado, el defensor de Gerona, D. Mariano Álvarez de Castro lo describe casi como una caricatura de lo que se entiende por patriotismo. Tanto es así que al final de la narración consigue que se le deteste, entre las loas a su rigidez en la defensa de la plaza como los comportamientos de servilismo y cuasi adoración hacia su persona.

En fin, reseña pequeña, no lo recomiendo y he de confesar que conseguí acabarlo por cabezonería, y por distraerme de otras preocupaciones que ocupaban mi mente cuando no me dedicaba a la lectura.

jueves, 30 de junio de 2022

GUERRA Y PAZ. 1869. León Tolstói. Traducción por Lydia Kúper


Una obra magistral que se encuentra entre los grandes clásicos de la literatura mundial. Tanto es así que en 2009 (sí, el siglo XXI) estuvo entre las 100 novelas más vendidas. 

Y a Mario Muchnik, el que editó el libro con la traducción de Lydia Kúper (ambos ya fallecidos) y que tiene la portada que aporto, debo agradecerle el haberme aportado (sigo con el juego de palabras) la mejor versión hasta la actualidad de Guerra y Paz.

Aviso a navegantes: La edición de Random House es una traducción de un borrador, con menos páginas, ausencia de capítulos enteros, y un final distinto que desluce totalmente la obra. Lo digo porque estuve a punto de sufrirlo en mis carnes. La compré, y al empezar a leerla la tuve que dejar, pues me perdía. Me parecía infumable.

Cuando me decidí a retomar la obra, decide comenzar de nuevo, y con otra edición. Quedé sorprendido cuando, en las primeras páginas me noté que la historia, el relato, me enganchaba, que me resultaba interesante de leer y que, sobre todo, valía la pena continuar la aventura de sus personajes. Era la versión que aquí dejo, tanto con la portada como señalando que es la traducción de Lydia Kúper. Son más de 1800 páginas que se te hacen cortas. Sin embargo, las 1200 de Random House se me hicieron interminables, de hecho, no lo terminé.

Se trata de un relato de la vida aristocrática, pues sus protagonistas son aristócratas, de la aristocracia rusa de principios del siglo XIX, inmersa en aquella vorágine de emociones a las que se tuvo que enfrentar toda Europa con el advenimiento de Napoleón. La maestría de Tolstoi, que de pequeños en la escuela le apodábamos "León Tostón", se halla precisamente en la forma de contar todos los acontecimientos que viven sus personajes, la verosimilitud de dichos acontecimientos, así como el día a día de los mismos. Quedan retratados todos los que eran en aquel momento, típicos aristócratas: el soldado con un amplio sentido del deber; el hijo juerguista que usa la influencia de su padre para librarse incluso de penas de cárcel; el intelectual que se ha formado en París; el bastardo que le cuesta ser aceptado en los círculos de la alta sociedad; la hija abnegada que sólo vive para cuidar a su padre; la hija risueña y que está siempre entre nubes, sin bajar a la tierra y darse cuenta del significado de las cosas; el noble que despilfarra su herencia por mantener una posición social; el joven mujeriego y juerguista; el muchacho que desea conseguir la gloria en el combate; el que pretende hacer carrera militar pero en puestos relativamente cómodos sin contacto con el frente de guerra.

Es capaz de relatar el desarrollo de una batalla con toda su crudeza, la relación romántica entre dos jóvenes, o la situación de una ciudad en guerra, tomada por las tropas enemigas, Moscú, sin que exista ninguna pérdida de estilo, de calidad o de interés en la forma en que lo narra.

No hay que asustarse de la longitud de la novela. Más bien, hay que felicitarse por que podamos leer una obra de estas características.

jueves, 16 de junio de 2022

LOS HERMANOS KARAMAZOV. 1878-1880. Fiódor Dostoyevski

Me he decidido a volver a adentrarme en los escritores clásicos del siglo XIX, tras el libro que leí el año pasado, titulado "El peregrino ruso". Y he comenzado con una historia que me llamaba la atención por varias razones. Una es que tiene una película, rodada a finales de los cincuenta del pasado siglo, protagonizada por Yul Brynner y María Schell. Otra es que no conocía la historia; no vi nunca la película y quería saber qué ocurría, cómo era la trama. Y la última ya le he señalado antes; quería leer algo de la literatura rusa clásica. Y me enfrenté al reto.

Me encontré con que la trama es sencilla: un asesinato, un supuesto culpable, una resolución distinta. No adelanto más, pues temo haber dicho ya demasiado. Pero lo que sí diré es que a mí me parece que el final del libro indica una especie de continuación de la historia, continuación que su autor, Fiódor Dostoyevski no pudo realizar, pues murió en 1881. De hecho, al buscar información sobre el autor, resulta que sí que había prevista una segunda parte de la obra, que no pudo escribir. Por otro lado, en esa misma información me encontré con que, de manera fortuita, me había enfrentado a la obra magna, no sólo a la última, del gran escritor ruso.

Pero lo más importante de la obra no es la trama en sí, sino el estudio profundo de la personalidad de los rusos del siglo XIX. Porque en la novela plantea un enfrentamiento entre el pensamiento liberal y socialista que venía desde Francia, debido a la emigración de estudiantes rusos a aquel país, y el pensamiento religioso, existencial y costumbrista ruso, no folklórico, sino de filosofía de vida. Ese pensamiento oscila entre los dos extremos: el religioso, por un lado, y el disipado, inmoral y ausente de normas por otro.

Dostoyevski presenta también un retrato de la sociedad de su época, desde aquellos más pobres y desheredados, que viven en un mísero granero acondicionado con una chimenea para tener calor en el invierno, hasta los mejor posicionados y más acaudalados de la ciudad, de la cual únicamente sabemos que se encuentra lejos de Moscú, unida a la capital por el ferrocarril. Y es aquí, en la caracterización de los personajes donde Dostoyevski alcanza la gran calidad y los méritos que le acreditan como uno de los mejores escritores rusos de su época. Porque no se conforma sólo con describirlos física y conductualmente, sino que se introduce en la mente de los personajes y consigue, narrando desde tercera persona, transmitirnos todos los sentimientos, emociones, turbaciones que inundan a sus personajes. Este hecho sólo lo había visto hasta ahora en aquellas novelas escritas en primera persona.

Es de destacar el gran número de citas que hace de otros escritores rusos, y el uso de las mismas para reflejar los estados de humor de los personajes, lo que muestra la gran cultura y dedicación a las letras por parte de Fiódor. Otro de los aspectos que me han llevado a admirar la cultura de este escritor es cómo es capaz de reflejar la doctrina cristiana ortodoxa vigente en aquel momento y que sólo habiendo leído tratados sobre la misma puede describirse como la describe Dostoyevski de la mano de uno de los personajes secundarios, el starets Zósima; el cual sirve para dar rienda suelta a todo el sentimiento ortodoxo ruso y contraponerlo a las filosofías que invadían en aquel entonces a Rusia procedentes del resto de Europa.

Por último, la relación entre los personajes es tan directa, tan humana y tan "sincera" en sus planteamientos que produce la magia de parecer que estás con ellos en la habitación, calle o campo donde está ocurriendo la acción en ese momento.

En resumen, por algo es considerada la obra magna de Dostoyevski, y por algo es un libro que merece la pena, a pesar de su tamaño, leerlo disfrutando de cada una de sus páginas.

sábado, 11 de junio de 2022

NAPOLEÓN EN CHAMARTÍN. 1874. Benito Pérez Galdós


El levantamiento del 2 de mayo de 1808, que acabó con los fusilamientos del 3 de mayo, supuso el levantamiento de todo el pueblo español ante el ocupante, pues no se le había dado carta de invasor hasta ese momento, pues todavía se vivía en el ensimismamiento de que los ejércitos de Napoleón venían para guerrear contra Portugal, y un retroceso en la mayoría de los frentes en que el ejército francés se había enfrentado con el pueblo español.

Tanto fue el descalabro sufrido que tuvo que venir el propio Napoleón, procedente del frente europeo, a poner orden en el "patio de atrás" de lo que consideraba su casa. Es en este momento en el que arranca esta novela de Galdós. Los madrileños están en espera de la llegada de las tropas francesas y del propio Napoleón.

En un primer momento, cabe destacar una larga escena en la que una noble, dos frailes y el protagonista de la novela, se dedican, sobre todo los tres primeros, a realizar una selección de las distintas obras literarias, libros, libretos y panfletos que ha ido recibiendo la noble, de todas las publicaciones que se han hecho relacionadas con Fernando VII, Napoleón y las distintas relaciones de estos dos personajes con el pueblo español. Lo que más admira de esta extensa escena es el gran conocimiento de Galdós sobre las publicaciones de la época, pues no habla de las más comunes o famosas, sino que se refiere a distintas obras de tono menor, o de poca tirada o poco éxito, que pululaban en el Madrid de ese verano y principios de otoño de 1808.

Posteriormente, nos muestra una escena que podría calificarse de costumbrista, tal como se entendía en la época de Galdós, dónde nos muestra la relación entre las distintas clases sociales, la influencia del clero en la población en general, las pequeñas muestras de la Ilustración que había llegado tan sólo a las altas esferas de la nobleza y aristocracia española, pero que no habían calado en absoluto en las clases populares. En algún momento da la impresión al lector que está leyendo un sainete costumbrista, más que una novela de tintes históricos.

Por último, llega el momento de la movilización, del enfrentamiento con el enemigo, del cual se deseaba no pasara Navacerrada y de la floja resistencia, por falta de medios de que se disponía, que se podía presentar al mismo.

Otro de los aspectos que se pueden ver en esta novela es cómo los aprovechados, siempre moviéndose según el ritmo que toque, se valen de las circunstancias cambiantes para, al fin y al cabo, cambiar las opiniones de la muchedumbre, la cual se cree que decide en libertad, cuando únicamente es una bestia bien domada por aquellos que saben hacerla saltar al son que les conviene. Y se ve a uno de los personajes secundarios que, antes de la entrada e Napoleón, es el más fervoroso defensor de Madrid y los madrileños, y tras la entrada del emperador francés se consigue hacer con un puesto de inspector de policía que le permite hacer y deshacer a su gusto.

Pero para conocer más de cerca todo esto, lo mejor es leer la novela, que no dejará de hacer que se pase un buen rato con ella.