viernes, 20 de julio de 2018

LA PARADOJA DE LA MEJORÍA DEL DOLOR EN LA ENFERMEDAD CRÓNICA

Esta vez voy a hablar desde el punto de vista del enfermo. ¿Por qué? Porque soy yo el que estoy padeciendo la enfermedad. Tengo una lesión desde hace ya la friolera de 4 años, 3 meses y 11 días. Se supone que era una lesión leve, que en 3 meses se curaba, ¡3 meses!
Pues bien, por si fuera poco tres meses, en lugar de curarse, y a pesar de realizar todas las recomendaciones médicas correspondientes, ha ido cada vez a peor. Y me he encontrado con la circunstancia de ir 2 veces al quirófano, también en operaciones que eran sencillas y de resultados óptimos, y que, en cambio, la evolución a partir de dichas intervenciones quirúrgicas ha sido negativa. Me he visto, después de cada operación, más limitado en mis actividades de vida diaria.

Ahora, la solución que se me presenta es: o bien quedarme como estoy, con infiltraciones continuas y separadas en el tiempo por unos meses de diferencia y cuyo efecto me dura aproximadamente una o dos semanas como mucho; o bien una tercera operación en donde se me propone quitarme parte del hueso y esperar como funciona la rodilla. La alternativa es colocarme una prótesis, para de esta manera evitar el dolor. Sólo que este tipo de intervención tiene una eficacia del 60% aproximadamente.



Pero hasta aquí mi historia. Y ahora la reflexión "filosófica" que encabeza la entrada. La paradoja de la mejoría. ¿Por qué? Porque cuando mejoro, sé que es por poco tiempo. Hasta hace algún tiempo, tenía la esperanza que la mejoría era el principio de la curación. Era el principio de un proceso que me llevaría, tarde o temprano, a la resolución de mi lesión y a la recuperación, con secuelas más o menos evidentes, de mi vida normal. Eso hasta hace algún tiempo.

Ahora, mi experiencia, mi mente irracional, mi yo involuntario me dice que detrás de cada mejoría viene un empeoramiento. Ahora tengo que realizar un esfuerzo mental voluntario para intentar "engañar" a la mente para hacerle ver que esta vez puede ser la "buena", que esta mejoría que ahora experimenta el cuerpo puede ser la "de verdad". Pero la naturaleza es sabia, el cuerpo humano es sabio, el cerebro es muy sabio. Y por más que el hombre quiera engañarlo, el cerebro es muy tozudo. Si durante tanto tiempo ha experimentado en sus propias "carnes", si durante tanto tiempo ha almacenado en sus propias neuronas la información de que tras una mejoría llegará un empeoramiento, no habrá esfuerzo mental humano que le convenza de lo contrario.

Sobre todo porque, por desgracia, después de cada mejoría llegará un empeoramiento. Y no hay peor refuerzo mental que el que después de forzar al cerebro a pensar algo en contra de su hábito establecido, justamente se cumpla lo que él tenía establecido. Ello hará que lo establecido se refuerce de tal forma que la próxima vez que se den esas circunstancias, el cerebro responda igual, y será muchísimo más difícil convencerlo de lo contrario.

Por eso, mi cerebro, cada vez que yo noto una mejoría en mi salud, se echa a temblar. Esa es la paradoja de la mejoría en la enfermedad crónica. Que no nos alegra, al contrario. Esa mejoría nos entristece.

jueves, 12 de julio de 2018

¿HABLAMOS DE RESILIENCIA O...?


Después de unas semanas de descanso, he decidido compartir con vosotros otro tipo de entradas, que, como corresponden al verano, serán más variadas y ligeras.
Después de ellas, retomaremos la serie de LA CULTURA DE LOS PUEBLOS, no os quepa la menor duda. Mientras tanto, aquí tenéis la primera entrega de este verano.
Lo que viene a continuación es un artículo que me ha parecido interesante, a partir de una página de Facebook dedicada a la resiliencia. Simplemente es lo que antes era la capacidad de adaptación a las circunstancias ahora se resume en esa palabreja. Aquí os dejo el artículo entero.
¿Qué caracteriza a una persona resiliente?
Las personas que practican la resiliencia:
  1. Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones. 
    El autoconocimiento es un arma muy poderosa para enfrentar las adversidades y los retos, y las personas resilientes saben usarla a su favor. Estas personas saben cuáles son sus principales fortalezas y habilidades, así como sus limitaciones y defectos. De esta manera pueden trazarse metas más objetivas que no solo tienen en cuenta sus necesidades y sueños, sino también los recursos de los que disponen para conseguirlas. 
  2. Son creativas. 
    La persona con una alta capacidad de resiliencia no se limita a intentar pegar el jarrón roto, es consciente de que ya nunca a volverá a ser el mismo. El resiliente hará un mosaico con los trozos rotos, y transformará su experiencia dolorosa en algo bello o útil. De lo vil, saca lo precioso.
  3. Confían en sus capacidades. Al ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones, las personas resilientes confían en lo que son capaces de hacer. Si algo les caracteriza es que no pierden de vista sus objetivos y se sienten seguras de lo que pueden lograr. No obstante, también reconocen la importancia del trabajo en equipo y no se encierran en sí mismas, sino que saben cuándo es necesario pedir ayuda.
  4. Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender. A lo largo de la vida enfrentamos muchas situaciones dolorosas que nos desmotivan, pero las personas resilientes son capaces de ver más allá de esos momentos y no desfallecen. Estas personas asumen las crisis como una oportunidad para generar un cambio, para aprender y crecer. Saben que esos momentos no serán eternos y que su futuro dependerá de la manera en que reaccionen. Cuando se enfrentan a una adversidad se preguntan: ¿qué puedo aprender yo de esto?
  5. Practican el mindfulness o conciencia plena. 
    Aún sin ser conscientes de esta práctica milenaria, las personas resilientes tienen el hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora y de tienen una gran capacidad de aceptación. Para estas personas el pasado forma parte del ayer y no es una fuente de culpabilidad y zozobra mientras que el futuro no les aturde con su cuota de incertidumbre y preocupaciones. Son capaces de aceptar las experiencias tal y como se presentan e intentan sacarles el mayor provecho. Disfrutan de los pequeños detalles y no han perdido su capacidad para asombrarse ante la vida.
  6. Ven la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista. Las personas resilientes son muy objetivas, saben cuáles son sus potencialidades, los recursos que tienen a su alcance y sus metas, pero eso no implica que no sean optimistas. Al ser conscientes de que nada es completamente positivo ni negativo, se esfuerzan por centrarse en los aspectos positivos y disfrutan de los retos. Estas personas desarrollan un optimismo realista, también llamado optimalismo, y están convencidas de que por muy oscura que se presente su jornada, el día siguiente puede ser mejor.
  7. Se rodean de personas que tienen una actitud positiva. Las personas que practican la resiliencia saben cultivar sus amistades, por lo que generalmente se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan a aquellos que se comportan como vampiros emocionales. De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.
  8. No intentan controlar las situaciones. Una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestra vida. Por eso, cuando algo se nos escapa de entre las manos, nos sentimos culpables e inseguros. Sin embargo, las personas resilientes saben que es imposible controlar todas las situaciones, han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan el control.
  9. Son flexibles ante los cambios. 
    A pesar de que las personas resilientes tienen una autoimagen muy clara y saben perfectamente qué quieren lograr, también tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y cambiar sus metas cuando es necesario. Estas personas no se cierran al cambio y siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas, sin aferrarse obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución.
  10. Son tenaces en sus propósitosEl hecho de que las personas resilientes sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, si algo las distingue es su perseverancia y su capacidad de lucha. La diferencia estriba en que no luchan contra molinos de viento, sino que aprovechan el sentido de la corriente y fluyen con ella. Estas personas tienen una motivación intrínseca que les ayudaa mantenerse firmes y luchar por lo que se proponen.
  11. Afrontan la adversidad con humorUna de las características esenciales de las personas resilientes es su sentido del humor, son capaces de reírse de la adversidad y sacar una broma de sus desdichas. La risa es su mejor aliada porque les ayuda a mantenerse optimistas y, sobre todo, les permite enfocarse en los aspectos positivos de las situaciones.
  12. Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social. Cuando las personas resilientes pasan por un suceso potencialmente traumático su primer objetivo es superarlo, para ello, son conscientes de la importancia del apoyo social y no dudan en buscar ayuda profesional cuando lo necesitan.

jueves, 21 de junio de 2018

LCP Cap. 82: BIBLIOGRAFÍA MAASAI


LIBROS
  • Spencer P. Youth and Experiences of Ageing among Maa: Models of Society Evoked by the Maasai, Samburu, and Chamus of Kenya. Walter de Gruyter GmbH & Co KG, 2014. 196 p.
  • Stapleton T. J. Encyclopedia of African Colonial Conflicts [2 volumes]. ABC-CLIO, 2016. 787 p.
  • Gimpera P. B. Las Razas Humanas. Instituto Gallach de Librería y Ediciones. [4 volúmenes], 1976. 1.128.
  • Spear T. T., Waller R.D. Being Maasai: Ethnicity & Identity in East Africa. James Currey Publishers, 1993. 322 p.
  • Hambly H., Angura T. O. Grassroots Indicators for Desertification: Experience and Perspectives from Eastern and Southern Africa. International Development Research Centre (Canada). 1996. 168p.
  • Mair L. African Marriage and Social Change. Psychology Press, 1969. 171 p.
  • Murphy P., Gipps C.V. Equity in the Classroom: Towards Effective Pedagogy for Girls and Boys. Psychology Press, 1996. 286 p.
  • Kasfir S. L. African Art and the Colonial Encounter: Inventing a Global Commodity. Indiana University Press, 2007. 408 p.
  • Fratkin E. Laibon: An Anthropologist’s Journey with Samburu Diviners in Kenya. Rowman Altamira, 2011. 202 p.
  • Wrangham R. W., Peterson D. Demonic Males: Apes and the Origins of Human Violence. Houghton Mifflin Harcourt, 1996. 350 p.


WEBS
  • Darkest Africa. Masai II. [Internet]. A Grab Bag of Games.. Recuperado a partir de: https://agrabbagofgames.wordpress.com/2016/02/26/masai-ii/
  • Maasai Warriors. [Internet]. Quora. Recuperado a partir de: https://africa.quora.com/Maasai-Warriors
  • Tanzania Maasai evicted from ancestral land. [Internet]. Aljazeera. Recuperado a partir de: https://www.aljazeera.com/indepth/inpictures/2013/05/20135812215615515.html
  • Maasai people, tribe, culture, women, warriors, language, religion. [Internet]. AnswersAfrica. Recuperado a partir de: https://answersafrica.com/maasai-people-tribe-and-culture.html
  • Get up! The tradition of the Maasai jumping dance. [Internet]. G-Adventures. Recuperado a partir de: https://www.gadventures.com/blog/story-behind-maasai-jumping-dance/
  • The Maasai. [Internet]. Maasai Wilderness Conservation Trust. Recuperado a partir de: http://maasaiwilderness.org/maasai/
  • Meeting Laibon Meshuko. [Internet]. Asilia. Recuperado a partir de: https://www.asiliaafrica.com/meeting-laibon-meshuko/
  • Maasai Olympics take place on 22 Dec. A transition from hunting to sport. [Internet]. Great Plains. Recuperado a partir de: https://www.greatplainsconservation.com/bushbuzz/?p=6851
  • Kenya's 'Maasai Olympics' fights dwindling lion numbers. [Internet]. Phys.Org. Recuperado a partir de: https://phys.org/news/2014-12-kenya-maasai-olympics-dwindling-lion.html
  • Las Doce Tribus de Israel. [Internet]. Taringa. Recuperado a partir de: https://www.taringa.net/posts/imagenes/15449716/Las-Doce-Tribus-de-Israel.html


ARTÍCULOS
  • Ruiz-Cabrera S. Libros y lápices. Alternativas a la mutilación genital. Entrevista a Nice Nailantei, líder comunitaria keniana. Mundo Negro, revista misional africana. 2018, enero; Nº 634: 32-36.


Llegado este momento, tengo que pedir disculpas a todos los que me siguen. La bibliografía en que me he basado no está completa. Y esto es debido a dos razones: La primera, y principal, es mi torpeza con algunas de las cosas de la tecnología actual, que hace que use muy poco "algo" que todos conocemos por la nube. La segunda fue debida a un fallo catastrófico del PC en el que trabajo normalmente. Tanto que lo tuve que cambiar. Y al cambiarlo, no me dí cuenta de hacer una copia de seguridad en la nube o algo por el estilo.

¿Por qué cuento todo ésto? Por la sencilla razón de que existían muchos más artículos, obtenidos a través de internet y que se perdieron, no pudiendo por tanto aparecer aquí, en el repaso a toda la bibliografía que he usado para construir el relato de nuestros queridos Makutule y Lengwesi, dichos artículos. Mea culpa, tal como se dice en latín. Espero, sin embargo, vuestra comprensión y perdón.

El objetivo de dejaros toda esta bibliografía es para aquellos que aun quieran profundizar más en los conocimientos sobre la etnia Maasai, y en la situación actual de estas personas. Vale la pena. Os lo aseguro.

El siguiente capítulo de LA CULTURA DE LOS PUEBLOS se referirá a otro grupo étnico, pero todavía no salimos de África. Hasta entonces, queridos amigos, pasad unas buenas jornadas. Nos vemos en la red.


sábado, 16 de junio de 2018

LCP Cap. 81: LA LECCIÓN DE UN MAESTRO


Conforme he ido realizando la documentación que me ha servido para poder mostraros, en forma de relato literario, las costumbres del pueblo Maasai, me fui acordando de una serie de RNE. Esta serie se emitía normalmente los jueves por la tarde, durante mi infancia, y en multitud de ocasiones me enfrenté al dilema de elegir entre, escuchar LA AVENTURA DE LA VIDA a través de un pequeño transistor que tenía en la habitación de mi casa que utilizaba para estudiar, o bien, ver en la televisión, en aquellos tiempos en blanco y negro, a los payasos de la tele, Gaby, Fofo, Miliki y Fofito.

¿Por qué cuento ésto? Pues porque en esta época tecnificada, una de las ventajas es que puedes obtener pequeñas joyas del pasado. O, al menos, así las considero yo. El caso es que me acordé que en uno de los programas de LA AVENTURA DE LA VIDA, se hablaba de los Maasai. El Dr. Félix Rodríguez de la Fuente, con su voz intensa y profunda; con su saber expresar, y transmitir, por las ondas radiofónicas la riqueza y maravilla de la vida natural; con sus experiencias, en suma, como guía de viaje y reportero, que fue, durante los años 60 del siglo pasado; conseguía que, con un poco de imaginación, nos metiéramos en la vida y en las vicisitudes del pueblo Maasai.

Busqué el programa, dentro de los podcast de RTVE y lo encontré. Lo he preparado como vídeo de YouTube y le he colocado imágenes que os sonarán, porque corresponden a todo nuestra andadura con Makutule y Lengwesi. Le añadí alguna del Dr. Félix Rodríguez de la Fuente, y el resultado es el que váis a ver, pues esta entrada está dedicada a ese programa, realizado en las cercanías del verano del 74, y que tanto nos cuenta sobre los orgullosos Maasai. De hecho, su título es ese: Los orgullosos maasais. No podía dejar de compartir esta joya de los archivos de la radio pública.

Se trata de una auténtica lección de antropología por uno de los mejores, sino el mejor, de los divulgadores de la naturaleza del s. XX. El Dr. Félix Rodríguez de la Fuente nos narra, con su pasión por el hombre y el medio natural, todo lo referente a la etnia masai que vive en las altiplanicies de Kenia y Tanzania. A pesar de la fecha, no ha perdido ni un ápice de frescura y vigencia.

Por ello aquí os la dejo. Espero que la disfrutéis. Yo lo hago cada vez que la escucho.


jueves, 7 de junio de 2018

LCP Cap. 80: RETAZOS DE LOS MAASAI


Queridos amigos de CulturaySerenidad, y, por ende, de LA CULTURA DE LOS PUEBLOS. Nos quedan unos detalles del pueblo Maasai que no querría dejar pasar, aunque no me ha sido posible (o no he tenido la habilidad suficiente) reflejarlos en el relato de Makutule y Lengwesi. Son los siguientes:

Comparten con los pueblos Hamíticos ciertas costumbres como el abstenerse de beber leche al comer carne, el afeitado de las cabezas de las mujeres, la extirpación de los dos incisivos centrales inferiores, el uso de interminables saludos y bendiciones, y se consideran el pueblo escogido de Dios, de Ngai. De hecho, estas coincidencias junto con el gran peso del Laibón en su organización social, que se comportaría tal como lo hacen los jueces del pueblo de Israel, en el Antiguo Testamento, han hecho que algunos estudiosos mantengan que se trataría de la tribu perdida de Judá.

El Laibón se ocupa de ser el médico, consejero espiritual, experto en rituales y adivino. Los laibones tienen amplios conocimientos en cuanto a la prevención y a la curación de las enfermedades del ganado, más aun que el que pueden tener para los humanos, hecho este último que vimos en los capítulos en que Makutule es instruido por Obago en distintas maneras de curar las enfermedades de los Maasai. Hay quién los distingue, dentro de cada clan, en tres tipos: los que traen la lluvia, los adivinos y el Laibón Mayor.

Mokompo, laibón maasai. Foto cortesía de Stuart Butler

Los Maasai acostumbrar a reunirse en comunidad para rezar, lo cual no quita que sea fácil escuchar en su vida diaria expresiones y oraciones que indican su fe religiosa en el día a día. Una de sus características es que Ngai, Dios, puede ser masculino o femenino. Así una canción dice "aiyai de Naamoni" (Ella a quien yo oro), mientras otra reza "ingumok de Olasera" (Él, de muchos colores).

Para los Maasai no existe el más allá, por lo que no le ven sentido el rezar u honrar a sus muertos. Cuando un maasai anciano está muy enfermo, y ve que ya no va a sanarse, sino que posiblemente morirá, se produce en el poblado un gran alboroto.

Anteriormente, solía quemarse el enkang y desplazarse la comunidad a otro lugar. Pero actualmente, con las fronteras entre Kenya y Tanzania y con las restricciones a dichos movimientos de las leyes se ha pasado a otro comportamiento.

En el poblado, a la puerta de la choza donde está el moribundo, se agolpan las mujeres, llorando, haciendo las veces de plañideras. Mientras, la familia del anciano va preparando unas parihuelas y aquello que le pueda permitir vivir durante 24 horas al anciano. 

Una vez todo dispuesto, arranca del enkang la comitiva, encabezada por los familiares del moribundo, que va en las parihuelas hechas al efecto, seguido por las plañideras, y el resto del poblado. Cuando ya están lejos del poblado, en un sitio en el que esté al resguardo de la brisa nocturna, abandonan al moribundo con los pocos enseres que le han llevado. Y se vuelven hacia el poblado, hacia el enkang. No suele darle tiempo a la enfermedad del anciano a acabar con su vida. El sol, el hambre y las fieras salvajes acabarán con él, estas últimas incluso a veces antes que la comitiva que lo acompañaba haya llegado de vuelta al poblado. Así, dura, es la muerte del anciano maasai.